La visita al monasterio de la Valldigna se realizará con un GPS que informa de los monumentos

El visitante tendrá una PDA que le informará directamente de la historia de cada uno de los puntos del conjunto fundado en el siglo XIII

La última tecnología al servicio del turismo. El Monasterio de Santa María de la Valldigna va a poner en marcha un novedoso sistema de visitas guiadas llamado I4 que permitirá a los visitantes del monumento monacal conocer su historia y evolución a través de antenas de GPS e instrumentos como las PDA.

Así lo anunció la consellera de Cultura, Trini Miró, quien destacó la importancia de utilizar las nuevas tecnologías para difundir el conocimiento sobre el monasterio e incidió en la voluntad de su departamento de "continuar invirtiendo hasta recuperar todo el conjunto" fundado en el siglo XIII por Jaume II el Just. Atrás quedan los audífonos que sirven de guía en muchos monumentos y museos españoles en los que es el visitante el que busca la información a través de una serie de informaciones numéricas.

Con este nuevo sistema, la propia máquina sabe, a través de las antenas, donde está ubicado exactamente el turista y así le puede enseñar toda la información sobre cada uno de los rincones de este conjunto arquitectónico.

El monasterio de Santa María de la Valldigna, en plena recuperación desde hace una década, se compone de numerosos espacios de los que quedan restos que han sido rehabilitados tras décadas de expolio.

De esta forma, el visitante podrá adquirir a través de alquiler de una PDA toda la información sobre la evolución de este conjunto, desde su fundación en el siglo XIII hasta la desamortización de Mendizábal en que fueron expulsados los monjes cistercienses.

El I4 consiste en un sistema de visitas guiadas interactivo a través de PDA que detecta dónde se encuentra el visitante en cada momento para explicarle exactamente qué es lo que está viendo mientras recorre el monasterio "con absoluta libertad", explicó Miró en una entrevista concedida a Europa Press.

Otra de las posibilidades es que el visitante decida qué itinerario desea seguir y el I4 le indicará el camino hasta llegar a alguno de los puntos del conjunto arquitectónico.

Todo ello se hace mediante un sistema de posicionamiento global para el que ha sido necesario instalar antenas de GPS que están siendo probadas en la actualidad por los técnicos contratados para la instalación.

Esta será una de las primeras ocasiones en las que se emplee un sistema tan innovador en un recinto relativamente pequeños. En Barcelona se ha instalado un sistema de guía similar para visitar la ciudad. Se trata de una empresa privada que ha adquirido 20 vehículos con licencia de ciclomotor que disponen de altavoces y orientan a los conductores en seis idiomas por Barcelona.

Los vehículos, con dos plazas, realizan tres rutas predeterminadas (zona montaña, zona mar o recorrido de una hora) o una mezcla de todas que puede configurar el conductor. Un GPS es el que actúa de guía y dirige al turista.

En el caso de la Valldigna no será necesario recurrir al automóvil porque el recinto ha sido acondicionado para disfrutar de la belleza del paisaje y de los edificios. Así, el turista que en el paseo se encuentre con una gran piedra con un agujero en el centro y no sepa lo que es, tendrá automáticamente la información en la PDA de que se trata de los urinarios que empleaban antiguamente los frailes y que estaban situados junto a un pozo para dejar correr los desechos.

Es sólo un ejemplo de todos los detalles que el visitante puede aprender a través de este sistema de telecomunicaciones que se aplica al sector del turismo.

El Monasterio de Santa María de la Valldigna ha desarrollado en los últimos años varios proyectos para facilitar la visita a los turistas. El más emblemático fue la reconstrucción de la almàssera para convertirla en el centro de acogida. También es empleada como centro de reuniones de congresos y como sala de exposiciones.

El monasterio de la Valldigna también cuenta con una serie de guías que ofrecen información a los grupos de visitantes. Este asunto ha sido objeto de cierta polémica puesto que, debido a la situación económica que atraviesa la Fundació Jaume II el Just, se había prescindido de alguno de ellos. Esta crisis ha llevado a que se reduzca el presupuesto en muchos ámbitos y a que no se desarrollen actos como el festival de música de tecla.