Asturias reclama al Arqueológico Nacional la devolución de piezas

15/8/08 .- http://www.lavozdeasturias.es

El Principado ha solicitado el reintegro, en calidad de depósito, de puñales de la Edad del Bronce. No hay pacto con los herederos de Manzanares porque sus exigencias son "difíciles de asumir".

El Principado ya ha cursado las primeras peticiones para recuperar, al menos en depósito, piezas arqueológicas que, en su día salieron de Asturias. Así lo confirmó Carmen Fernández Ochoa, directora del comité de expertos que elabora el discurso expositivo del Museo Arqueológico de Asturias.

Lo primero que se ha pedido son piezas de la Edad del Bronce que se encuentran en el Museo el Arqueológico Nacional. Concretamente, de unos puñales. Es lo primero que se reclama a una institución que tiene también (procedente de Asturias) la diadema de Moñes y los tesorillos de Vegadeo y de Cangas de Onís, alhajas de origen castreño. Falta ahora saber qué respuesta llegará de la institución nacional. Si ésta es positiva, se precisará establecer un convenio que fije que, aunque la titularidad de las piezas es estatal, se quedan en Asturias en calidad de depósito por tiempo indefinido.

Asturias tiene la intención de seguir cursando peticiones de esa índole, con el objetivo de presentar en ese nuevo museo, cuando se inaugure, piezas que, en su día, se hallaron en territorio y contexto asturiano y son importantes para elaborar el discurso expositivo.

En el caso de los museos estatales a los que se solicitarán esos depósitos, el único inconveniente será que a su vez, ellos consideren que esas piezas también les son imprescindibles. En el caso de los museos privados, las autoridades asturianas son conscientes de que estos préstamos serán más difíciles de materializar. Un ejemplo es la Fundación Lázaro Galdiano, a la que también se le pedirá un depósito. Ese centro cultural tiene una diadema de oro repujado, de los siglos III a I antes de Cristo, que procede de Vegadeo y que es pareja de otra que se encuentra en el Arqueológico Nacional.

Con la negociación no descarta la posibilidad de un intercambio de piezas, en el caso de que la institución a la que se reclama algo se interese por alguna muestra arqueológica que en Asturias exista por duplicado.

Cara a la inauguración del Arqueológico, también se está a la expectativa de las negociaciones con los herederos de Joaquín Manzanares y de su Tabularium Artis Asturiensis. El Principado continúa negociando, pero «la negociación es difícil». Fernández Ochoa se hace eco de lo que percibe de esas conversaciones. «No es la primera vez que se intenta, pero creo que las exigencias son muy duras, muy difíciles de asumir».

No es la única colección privada sobre la que el Principado negocia para poder exhibirla en el nuevo museo.Hay otras, como la de los herederos del padre de los castros asturianos, José Manuel González. La arqueóloga dice que, en general, «los que tienen colecciones particulares son avaros de su propia colección, porque les gusta, o porque creen que tiene un gran valor económico».

Por otro lado, la Abadía de Montserrat, los archivos de Simancas y el Nacional; elMuseo Arqueológico Nacional, el Museo de Valencia de don Juan... Y en el extranjero, el museo de Saint Germain-en-Laye (París), la Biblioteca de Baviera, el Museo de Bonn, o el Metropolitan de Nueva York, entre muchos otros, son algunos de los destinos de piezas de origen asturiano.

Son cientos, las que, en su día salieron de Asturias rumbo a otras instituciones. En el Arqueológico Nacional está, además de los puñales, el tesorillo de oro de Vegadeo fechado entre los siglos III a I antes de Cristo: una lámina, un broche y una diadema. También alberga una diadema y torques de Cangas de Onís, de la misma época, así comomonedas del siglo VII y la cruz parroquial de San Pedro de Belonciu, Infiesto, de fines del siglo XIV. Además, custodia la Virgen entronizada con el Niño, del siglo XIII, que procede de la iglesia de La Isla (Colunga). Y, entre otras instituciones depositarias de piezas asturianas se puede citar al Museo de Valencia de don Juan, donde llegaron una lámina de oro estampillada; un amuleto prerromano de oro labrado; el torques de Langreo, también prerromano, o una hebilla de oro, de la misma época. Por otro lado, el Museo de Cantabria alberga un oinochoe (jarra) y un puñal de bronce altomedievales que proceden de Carreña de Cabrales.

Aparte, está todo lo que se fue a colecciones particulares, y otro tipo de piezas. Por ejemplo, los 191 restos humanos que, procedentes de las minas del Aramo, se entregaron al Museo de Anatomía Antropológica de Madrid.

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