Las obras de la ronda norte de Valencia, sacan a la luz un partidor de aguas de época islámica

La pieza, que distribuía a las huertas el caudal de la acequia de Tormo, se desmontará

Los arqueólogos han sacado a la luz durante las obras de la ronda norte, en unas excavaciones que se efectuaban detrás del Palacio de Congresos, un partidor de aguas de época islámica perteneciente al milenario sistema de riego de la huerta de Valencia, en concreto de la Acequia de Tormo, una de las siete que tenía la ciudad.

Se trata de un conjunto de sillares de grandes dimensiones, formado por una pieza principal de 1,30 metros de largo en forma de lengua, denominada tajamar, a través del cual se repartía y canalizaba el agua que llegaba por la acequia principal a las huertas de los actuales barrios de Marxalenes y Ciudad Fallera.

El arqueólogo que ha dirigido las excavaciones, Sergi Selma, situó el hallazgo entre los siglos X u XI y destacó que «es la primera vez que se excava un elemento de arqueología hidraulica como éste». Todavía se conservan en peor algunos partidores o llengües en las acequias de Rovella, de Favara y Quart.


Los partidores formaban parte del sistema hidráulico que se encontraron en el siglo XIII los señores feudales, que más tarde cambiarían este método de reparto de agua por el de compuertas, que por ser más manipulable daba pie a mayores conflictos entre los regantes. El partidor era una pieza inamovible que distribuía proporcionalmente el caudal.

La pieza que se ha encontrado durante las obras de la ronda norte está a un lado de una conducción de hormigón moderna de la acequia. Selma explicó que esta infraestructura islámica sufrió obras de ampliación posiblemente vinculadas al privilegio de riego que se concedió en el siglo XIII a una partida de huerta denominada Fila del Patriarca. Antiguamente las acequias tenían mucha más anchura y caudal que en la actualidad, alcanzado los ocho metros de lado a lado. La boca del partidor hallado en la ronda tiene 2,10 metros de ancho.

En la zona excavada se va a construir el paso inferior de la ronda que cruza por debajo de las vías del metro, a la altura de la Estación de Empalme. Esta infraestructura afecta de lleno al hallazgo arqueológico y a la acequia de Tormo, más en concreto, al ramal de Benicalap.

El trazado de la acequia será trasladado a un lateral de la futura ronda. Dado el valor histórico y el buen estado en que se encuentra el partidor, éste será desmontado pieza a pieza y trasladado a la misma zona que la acequia, donde mantendrá el contexto físico. La pieza será visitable, explicó Selma, quien manifestó su satisfacción por la buena disposición de la Conselleria de Infraestructuras a la hora de conservar la pieza porque se demostrará que «la conservación del patrimonio no siempre está reñida con la obra pública».

Selma apuntó que preservar tanto los partidores, como los molinos, las acequias, azudes, alquerías y la propia huerta es fundamental ahora que se está tramitando la declaración del Tribunal de las Aguas como Patrimonio de la Humanidad.