La fuente de la Rúa podría haber sido un encargo de uno de los monarcas astures (Oviedo)

Un laboratorio de Miami realizará las pruebas del carbono 14
Su calidad técnica y diseño indican un origen de Estado
Sería la segunda muestra de arquitectura civil prerrománica
Se confía en hallar nuevos restos de época medieval

Los primeros indicios sobre el origen de los restos de la fuente aparecidos en las obras de ampliación del Museo de Bellas Artes de Asturias aventuran que la idea del proyecto del surtidor pudo surgir de la corte de unos de los reyes de la Monarquía asturiana. Aunque Rogelio Estrada, director de la excavación, insiste una y otra vez en que «hay que ser cautos y prudentes hasta conocer todos los datos científicos», el diseño y la ejecución de la fuente le permiten afirmar que «se vislumbra un programa de inicio hecho desde una estancia superior, de alguien como un arquitecto, no por el común de los ciudadanos, por lo que detrás podría estar alguna organización estatal, posiblemente monárquica. Pero todo lo que se diga hasta no contar con los resultados del carbono 14 son apreciaciones subjetivas».

Lo que sí parece claro sobre la fuente, cuya estructura recuerda a la de Foncalada -fechada en el siglo IX y el único vestigio de arquitectura civil que se conserva del arte prerrománico-, es que se proyectó y se levantó por personas que dominaban las técnicas constructivas de la época. «Detrás de ella se advierte una mano que sabía lo que estaba haciendo. Es una obra bien pensada y ejecutada con cierto rigor, con no poca pericia técnica. Quien la hizo era solvente técnicamente», repasa Rogelio Estrada para proseguir: «Se advierten buenos conocimientos técnicos y de ejecución, algo poco habitual en la baja Edad Media (siglos XIV-XV). Además, el motero hidráulico utilizado es de una calidad excelente, de fábrica altomedieval (siglos VIII-XI)».

Por otro lado, el poco desgaste que presenta una de las piezas que se conservan de la fuente, la piedra rectangular con un pequeño canal rematado en un arco semicircular destinado a recoger el agua del pozo, puede señalar dos cosas: «O que la fuente se usó poco o que fue objeto de una reforma», aventura Estrada.

Mientras, la zona del solar que ocupan los restos de la fuente fue cubierta ayer para poder proseguir con la excavación arqueológica.

Dado el lugar donde se encuentra la fuente, justo en la puerta de entrada y salida de los camiones encargados del traslado de los escombros, se ha optado por protegerla. Rogelio Estrada opina que «la fuente está totalmente acotada», por lo que no se espera que aparezcan más restos que puedan ponerse en relación con ella. Pero sí se confía en recabar más información referente a la planta del edificio que se construyó sobre la fuente una vez cegada. Se cree que puede datarse entre los siglos XIII y XIV, pero en este caso también habrá que esperar a los resultados del carbono 14 que se realizarán sobre unas cenizas aparecidas en uno de los huecos hechos en la roca para clavar los postes sobre los que se sostenía la estructura. La aparición de nuevos vestigios «permitiría conocer cómo eran los edificios de la época», explica Estrada.

La repercusión que ha tenido el descubrimiento, hecho público el jueves por parte de la Consejería de Cultura del Principado, atrajo ayer hasta la excavación a numerosos miembros de la Universidad de Oviedo y curiosos. La aparición de la fuente ha disparado las especulaciones sobre lo que puede aportar a los estudios históricos sobre el Oviedo medieval, aunque los expertos enarbolan la bandera de la prudencia y cautela hasta conocer las pruebas para la datación del surtidor. Uno de los que mejor conocen este tipo de obras es el arqueólogo Sergio Ríos. Junto a Rogelio Estrada fue uno de los que excavó la fuente de Foncalada, cuya forma es parecida a la hallada en el calle Rúa. «Lo mejor que se puede hacer es dejar trabajar al arqueólogo para que documente lo mejor posible el hallazgo», solicitaba ayer. Con todo, Ríos reconocía que la aparición de la fuente «es una prueba más de la existencia de espacios altomedievales en la zona».

Para Ríos, la fuente «permitirá avanzar en el conocimiento de la ciudad. Otra cosa es que suponga una revolución de la visión de Oviedo en la alta Edad Media. Hay que esperar a tener más datos». Por su parte, Adolfo Rodríguez Asensio, director general de Patrimonio del Principado, insistió ayer en que este descubrimiento no retrasará las obras de ampliación del Museo de Bellas Artes de Asturias, proyectada por el arquitecto navarro Patxi Mangado. Pero el proyecto deberá cambiarse ligeramente para dejar visible la fuente. «Lo indiscutible es que estará integrada dentro de la exposición permanente del futuro museo», adelantaba Asensio para sentenciar: «Conociendo la sensibilidad de Patxi (Mangado), seguro que estará muy contento porque esto es un regalo. La complicación de integrar esta pieza en el futuro equipamiento será todo un reto para él».

El equipo dirigido por el arqueólogo Rogelio Estrada se afanaba ayer en preparar los restos del mortero hidráulico (una especie de cemento utilizado ya en época romana) encontrados en la fuente de la calle la Rúa para ser sometidos a la prueba del carbono 14. La intención de Estrada es hacerlos llegar en los próximos días al laboratorio de Miami (Estados Unidos) que estudiará los restos para aportar una cronología lo más exacta posible sobre la época en la que se levantó y utilizó la fuente por lo ovetenses del medievo. Esta prueba científica puede ofrecer fechas con un margen de error de cuarenta a cincuenta años. La elección de este laboratorio estadounidense responde a razones de rapidez y de fiabilidad del estudio. Se confía en tener una respuesta concreta dentro de un mes.

Sus resultados serán vitales para conocer a qué período pertenece la fuente, y si se la puede integrar dentro de los monumentos del Prerrománico asturiano, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Además de las muestras que se utilizarán para el carbono 14, el equipo de Rogelio Estrada almacenará otras como reserva científica, por si es necesario un nuevo análisis o se producen novedades en los próximos años.