La torre del Horno abrirá al público en siete meses, prevé el Ayuntamiento (Cáceres)

Su buen estado de conservación facilitará la realización del proyecto «La vista hacia la Plaza Mayor es inmejorable», dice el edil de Turismo

La torre del Horno estará abierta al público dentro «de seis o siete meses», calcula Francisco Torres, concejal de Turismo. Si se cumple esa previsión municipal, Bujaco dejará de ser la única a disposición de los visitantes, a expensas de lo que suceda con la Torre de los Pozos, la otra que está proyectado convertir en visitable.

La comisión de seguimiento del Plan Especial para la protección del casco viejo aprobó el lunes la propuesta de acondicionar la torre del Horno para convertirla en un atractivo más de la Ciudad Monumental. La idea ya la planteó el arquitecto Miguel Matas Cascos y figura en el Plan de Excelencia Turística, donde figuraba como una de las torres a rehabilitar, junto a la de Bujaco, visitable desde hace tiempo, y la de los Pozos, ya rehabilitada y que abrirá una vez se acondicione el Centro de Interpretación de la Cultura Judía. En la justificación de la iniciativa que Francisco Torres tiene en su mesa se pueden leer las razones que aconsejan acondicionar la torre del Horno para que cacereños y visitantes puedan conocerla por dentro. El documento destaca su ubicación céntrica, su buen estado de conservación, el hecho de que tenga acceso directo desde la calle, la relativa facilidad para recuperarla y su vista panorámica. «Es inmejorable, no hay otra mejor para ver la Plaza», dice el edil, que menciona una ventaja del proyecto: la obra para adaptarla no es muy compleja.

Su situación

«La torre del Horno -explica el breve dossier sobre la iniciativa- está situada en el lienzo occidental del recinto amurallado, entre el Palacio de la Generala (por el interior) y la plazuela de Piñuelas (por el exterior). Su estructura está libre en la cara que da a dicha plazuela, y en su conexión con la muralla, pero tiene adosadas edificaciones parasitarias en sus lados oeste y sur (inmuebles de la plazuela de Publio Hurtado) que no impiden aunque sí perfilan su contemplación».

Su buen estado de conservación la convierte en un elemento de especial valor desde el punto de vista pedagógico, ya que es un buen ejemplo de torre defensiva almohade. «Hay indicios suficientes, apreciables y enseñables -subraya el trabajo- de que esa torre era el inicio del muro que dividía la ciudad histórica en dos zonas: el albacar -para las tropas- y la medina -la ciudad-, y que dicho lienzo llevaría hasta el alcázar (actual Palacio de las Veletas).

Una de las ventajas del proyecto es que no requiere una gran inversión. En su momento, al ser incluido en el Plan Especial, se valoró la actuación en 100.000 euros, una cantidad que hay que actualizar, según precisa el concejal. En cualquier caso, los gastos serían para acondicionar la construcción, es decir, cuestiones como la iluminación, la videovigilancia nocturna, el acceso, la escalera -muy empinada y sin protecciones- y otras reformas que no entrañan grandes dificultades.

A largo plazo, se propone hacerse con varios inmuebles colindantes de propiedad particular -a diferencia de la torre del Horno, que es del Ayuntamiento- para obtener un espacio monumental más amplio y por tanto de mayor interés. Entre esos atractivos en manos privadas de especial interés patrimonial está la torre de la Yerba.