Zamora recupera un polígono industrial del siglo X a orillas del río Duero

11/7/08 .- http://www.elmundo.es

El Ayuntamiento abre después de 14 años las aceñas de Olivares
El objetivo es convertir la zona en un 'producto turístico exportable'


El Ayuntamiento de Zamora ha conseguido culminar, después de casi catorce años de obras, el proceso de recuperación integral de las aceñas de Olivares, tres molinos del siglo X situados sobre el río Duero en los que, a partir del próximo miércoles, se mostrarán los oficios que tradicionalmente se desarrollaban asociados al agua.

El arquitecto Francisco Somoza, que se ha hecho cargo del proyecto de rehabilitación junto a Pedro Lucas del Teso, destacó la importancia de la recuperación de unos edificios "que han sido clave para el sustento de la ciudad, la fábrica de la molienda durante años y el único polígono industrial que tuvo Zamora durante la Alta y la Baja Edad Media", según explicó el arquitecto durante la visita realizada a las aceñas, la primera vez que se han podido ver tras el proceso de restauración.

Las aceñas de Olivares, situadas en el barrio del mismo nombre de la capital zamorana, se han reconstruido con algunas de las piedras milenarias "que se encontraron bajo las aguas al realizar las obras" e incluso siguiendo los procesos constructivos y arquitectónicos tradicionales, "o que le da ese punto de verdad que se estaba buscando cuando de manera lenta e insegura se inició el proyecto» en el año 1994, primero con la intervención de una escuela taller y después con la incorporación al trabajo de la empresa Rearasa.

La única variación que se ha introducido responde a la necesidad de hacer el complejo de molinos comprensible en el momento actual. Ahora, dijo Somoza, no tendría sentido como la fábrica de molienda que fue en su momento y por eso se le ha dotado de los medios necesarios para explicar la manera en la que a lo largo del tiempo se ha ido utilizando la fuerza del río para otros usos.

En el interior de las aceñas se puede ver ahora en funcionamiento un martillo pilón, un batán y el molino harinero propiamente dicho, todo ello maquinaria original. Además, en la planta alta, donde antaño se colocaban las tolvas y donde se subía la maquinaría más delicada para protegerla de las crecidas, se ha instalado una exposición con paneles informativos y fotografías que muestran la manera que tenían las generaciones anteriores de "cuidar y vivir el río", según dijo la alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón.

Este segundo uso de las aceñas responde a la pretensión del Ayuntamiento de que la recuperación no tuviera sólo un sentido arquitectónico y patrimonial sino que fuera "un producto turístico exportable" y, además, "un testimonio de las vivencias emocionales de quienes han vivido por y para el río y lo amaban más que nadie".

Además de las aceñas propiamente dichas, el proyecto ha includio también la reconstrucción de la azuda sobre el Duero para garantizar un caudal mínimo de agua que permita el funcionamiento de los molinos y la recuperación de un pontón a través del cual antiguamente accedían los carros que iban a la molienda.

En la entrada de las aceñas se ha construido, además, un mirador que permite tener una visión hasta ahora inusual del río.

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