Cada vez menos historia
17/6/08 .- el diario montanés
Uno de los aspectos más negativos -y cada vez existen más- del Estado de las Autonomías, lo constituye la dispersión de las competencias educativas. La cesión a los políticos lugareños de la facultad de programar los estudios de los niños de una región, se ha convertido en un arma ideologizante en muchos territorios de España y en instrumento de desculturalizacion en aras de pretendidas modernidades en boga.
Cualquier país del mundo posee una educación unitaria en sus contenidos. En el nuestro podía haber sido igual, lo que hubiera sido compatible con la cesión administrativa de la gestión de la educación. Pero la claudicación del Estado como concepto unitario representando a todos los españoles ha conducido a que existan 18 planes educativos diferentes, con sus correspondientes fracasos globales. La mayoría muestran una especial dedicación a ensalzar lo propio e ignorar lo que consideran ajeno. La conocida anécdota de los colegios de Cataluña describiendo al Ebro como un río surgido «en tierras extrañas», es ya lo de menos. Es rara la comunidad autónoma que no tiene una especial dedicación a la difusión de la historia y la geografía locales. Los chicos aprenden los arroyuelos y las colinas de su tierra, como si ésta fuese el centro del universo. Se elevan a categoría de hechos históricos determinantes acontecimientos que fueron mínimos rifirrafes o tergiversadas historietas para justificar pasados inexistentes. Y se ignora al resto del mundo. Por otra parte, el esfuerzo dedicado a enseñar en las escuelas las lenguas locales, conduce a producir generaciones de analfabetos en dos o tres idiomas, incapaces de hilvanar tres frases coherentes consecutivas.
En la comunidad de Cantabria, se ha abierto una polémica sobre la vigésimo nona reforma de la enseñanza al decretarse la reducción -un poco más otra vez- del tiempo docente que se va a dedicar a la Historia. Cuando a una asignatura se le van quitando horas docentes, el alumno y su familia sacan la inmediata conclusión que se trata de una materia secundaria. Consecuentemente, se abandona el interés y el esfuerzo en aprenderla. Quizás, incluso, quepa en el saco de las cuatro asignaturas con las que se pueden suspender sin que pase nada. Resulta curioso que solo hayan protestado los propios profesores de Historia. He leído sus artículos, les he visto manifestarse, aislados, como si fuesen restos docentes del medioevo pretendiendo mantener tan solo sus puestos de trabajo. Pero no oigo a ninguna asociación de padres, ni a intelectuales prestigiosos, ni por supuesto a ningún representante juvenil salir en defensa de la enseñanza de la Historia. Y nadie ha resaltado su especial importancia aglutinadora que permite una integración plena de los millares de jóvenes procedentes de otros países que comienzan sus estudios en el nuestro.
Las viejas preguntas que constituyen la esencia del ser humano -¿quienes somos, adonde vamos, de donde venimos?- prácticamente han desaparecido en la formación del estudiante. La filosofía es una sombra y la Historia se ha convertido en una corta descripción de mínimos hechos relevantes apresuradamente enseñados. El inmenso error de nuestro tiempo es creer que solo con el conocimiento de la tecnología y los idiomas se abrirán las puertas del éxito, olvidando la capacidad de expresión oral, la de escribir ideas o el de ser capaz de leer los conceptos escritos por los demás. Quienes triunfarán, quienes alcanzarán el mayor nivel serán aquellos que acompañen a su formación especializada una base general sólida que asienta en las Humanidades y que difícilmente lograrán si no la adquieren en los años primeros de su formación. Resulta patético el espectáculo de muchos concursos, supuestamente culturales, donde se equipara saber el nombre de un cantante de rock con el de un acontecimiento histórico. Y aún más, cuando el concursante , deseoso de obtener dinero fácil, se vuelca ansioso sobre un ordenador para averiguar en qué siglo se descubrió la imprenta o si Aristóteles fue anterior a Platón. Lo que nunca sabrá es qué supusieron cada uno en nuestra forma de contemplar la vida ni las consecuencias del descubrimiento de los tipos móviles de Guttemberg. Imposibilitados de ordenar secuencialmente los acontecimientos del pasado e incapaces de situarse con referentes situados más allá de sus límites geográficos, avanzamos hacia una sociedad de gentes perdidas en el tiempo y en el espacio.
Conocer el surgir de las primeras civilizaciones de Oriente Próximo y las bases de la civilización grecorromana en la Edad Antigua , la evolución de la formación de Europa en la Edad Media, la constitución de los Estados modernos en la Edad Moderna o las raíces de los problemas actuales en la Historia Contemporánea, son fundamentales. Mucho más para la inmensa mayoría de la gente que otras enseñanzas técnicas que cambian día a día y cuya misión acaba siempre cediéndose al ordenador. Y sin embargo, a nadie sensato se le ocurriría despreciar la enseñanza de las ecuaciones matemáticas, del cálculo logarítmico o de la tabla de multiplicar , basados en que son operaciones realizadas por los avances informáticos. A este ritmo, acabaremos considerando como materias básicas el diseño, el marketing, la lengua local e incluso la Educación para la Ciudadanía, como otrora las fueron la Formación del Espíritu Nacional o la Educación Física. Y, parafraseando el prestigioso libro, cada vez tendremos una sociedad con más Prozac y menos Platón. La cesión a los políticos lugareños de la facultad de programar los estudios de los niños de una región, se ha convertido se ha convertido en un arma ideologizante en muchas comunidades
Cualquier país del mundo posee una educación unitaria en sus contenidos. En el nuestro podía haber sido igual, lo que hubiera sido compatible con la cesión administrativa de la gestión de la educación. Pero la claudicación del Estado como concepto unitario representando a todos los españoles ha conducido a que existan 18 planes educativos diferentes, con sus correspondientes fracasos globales. La mayoría muestran una especial dedicación a ensalzar lo propio e ignorar lo que consideran ajeno. La conocida anécdota de los colegios de Cataluña describiendo al Ebro como un río surgido «en tierras extrañas», es ya lo de menos. Es rara la comunidad autónoma que no tiene una especial dedicación a la difusión de la historia y la geografía locales. Los chicos aprenden los arroyuelos y las colinas de su tierra, como si ésta fuese el centro del universo. Se elevan a categoría de hechos históricos determinantes acontecimientos que fueron mínimos rifirrafes o tergiversadas historietas para justificar pasados inexistentes. Y se ignora al resto del mundo. Por otra parte, el esfuerzo dedicado a enseñar en las escuelas las lenguas locales, conduce a producir generaciones de analfabetos en dos o tres idiomas, incapaces de hilvanar tres frases coherentes consecutivas.
En la comunidad de Cantabria, se ha abierto una polémica sobre la vigésimo nona reforma de la enseñanza al decretarse la reducción -un poco más otra vez- del tiempo docente que se va a dedicar a la Historia. Cuando a una asignatura se le van quitando horas docentes, el alumno y su familia sacan la inmediata conclusión que se trata de una materia secundaria. Consecuentemente, se abandona el interés y el esfuerzo en aprenderla. Quizás, incluso, quepa en el saco de las cuatro asignaturas con las que se pueden suspender sin que pase nada. Resulta curioso que solo hayan protestado los propios profesores de Historia. He leído sus artículos, les he visto manifestarse, aislados, como si fuesen restos docentes del medioevo pretendiendo mantener tan solo sus puestos de trabajo. Pero no oigo a ninguna asociación de padres, ni a intelectuales prestigiosos, ni por supuesto a ningún representante juvenil salir en defensa de la enseñanza de la Historia. Y nadie ha resaltado su especial importancia aglutinadora que permite una integración plena de los millares de jóvenes procedentes de otros países que comienzan sus estudios en el nuestro.
Las viejas preguntas que constituyen la esencia del ser humano -¿quienes somos, adonde vamos, de donde venimos?- prácticamente han desaparecido en la formación del estudiante. La filosofía es una sombra y la Historia se ha convertido en una corta descripción de mínimos hechos relevantes apresuradamente enseñados. El inmenso error de nuestro tiempo es creer que solo con el conocimiento de la tecnología y los idiomas se abrirán las puertas del éxito, olvidando la capacidad de expresión oral, la de escribir ideas o el de ser capaz de leer los conceptos escritos por los demás. Quienes triunfarán, quienes alcanzarán el mayor nivel serán aquellos que acompañen a su formación especializada una base general sólida que asienta en las Humanidades y que difícilmente lograrán si no la adquieren en los años primeros de su formación. Resulta patético el espectáculo de muchos concursos, supuestamente culturales, donde se equipara saber el nombre de un cantante de rock con el de un acontecimiento histórico. Y aún más, cuando el concursante , deseoso de obtener dinero fácil, se vuelca ansioso sobre un ordenador para averiguar en qué siglo se descubrió la imprenta o si Aristóteles fue anterior a Platón. Lo que nunca sabrá es qué supusieron cada uno en nuestra forma de contemplar la vida ni las consecuencias del descubrimiento de los tipos móviles de Guttemberg. Imposibilitados de ordenar secuencialmente los acontecimientos del pasado e incapaces de situarse con referentes situados más allá de sus límites geográficos, avanzamos hacia una sociedad de gentes perdidas en el tiempo y en el espacio.
Conocer el surgir de las primeras civilizaciones de Oriente Próximo y las bases de la civilización grecorromana en la Edad Antigua , la evolución de la formación de Europa en la Edad Media, la constitución de los Estados modernos en la Edad Moderna o las raíces de los problemas actuales en la Historia Contemporánea, son fundamentales. Mucho más para la inmensa mayoría de la gente que otras enseñanzas técnicas que cambian día a día y cuya misión acaba siempre cediéndose al ordenador. Y sin embargo, a nadie sensato se le ocurriría despreciar la enseñanza de las ecuaciones matemáticas, del cálculo logarítmico o de la tabla de multiplicar , basados en que son operaciones realizadas por los avances informáticos. A este ritmo, acabaremos considerando como materias básicas el diseño, el marketing, la lengua local e incluso la Educación para la Ciudadanía, como otrora las fueron la Formación del Espíritu Nacional o la Educación Física. Y, parafraseando el prestigioso libro, cada vez tendremos una sociedad con más Prozac y menos Platón. La cesión a los políticos lugareños de la facultad de programar los estudios de los niños de una región, se ha convertido se ha convertido en un arma ideologizante en muchas comunidades
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Comentarios
2 Aparte de mis simpatías personales por la fuente (mis abuelos maternos eran de 'La montaña'), la politización viene de lejos. Aún recuerdo que la filosofía de 6º nos la impartió un profesor que con sus tejemanejes sólo consiguió que uno no tenga actualmente el menor recuerdo de la asignatura. Con el tiempo me enteraría que este señor, que presumía de ser muy de izquierdas, abandonó la docencia y se había metido a negocios inmobiliarios.
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Antonio.
17/6/08 12:56h
3 Estimado Mario: No es ninguna basura, es la triste realidad. Y del mismo modo que tú tienes libertad para calificarlo de basura y de creer sólo en tu pequeña colectividad catalana, otros la tienen para escribirla, o publicarla, y creer en colectividades mucho mayores y más grandes como España, Europa o el Mundo.
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el bezudo.
17/6/08 13:01h
4 Esencialmente, quien pueda creer lo que se expone en el texto es que no vive en la realidad de ese ámbito.
Recojo un un párrafo que publico Carmen Fernández Ochoa en uno de sus artículos en el que decía lo siguiente "El despegue de los estudios (en referencia a los arqueológicos, etc.) ha estado favorecido asimismo por factores de índole política como la creación de Comunidades Autónomas, con capacidad de diseñar su propia política cultural en materia de Patrimonio Histórico. La descentralización administrativa ha supuesto una toma de conciencia más clara por parte de cada Autonomía respecto a las necesidades de conservación y valoración de su Patrimonio Histórico (...) El desarrollo de la investigación en el ámbito de las diferentes Comunidades Autónomas ha supuesto un innegable impulso en el conocimiento regional." (ref. "Romanización y asimilación cultural en el Norte peninsular. Algunas reflexiones sobre un topos historiográfico desde una perspectiva arqueológica").
Creo que estamos a años luz de lo que se impartía cuando España era "una, grande y libre"; y a quien no le guste ver más allá, que siga hablando de lo que cree que son "incompetencias autonómicas"; que ya hemos andado mucho camino para volver de nuevo a conceptos caducados de la Historia.
Recojo un un párrafo que publico Carmen Fernández Ochoa en uno de sus artículos en el que decía lo siguiente "El despegue de los estudios (en referencia a los arqueológicos, etc.) ha estado favorecido asimismo por factores de índole política como la creación de Comunidades Autónomas, con capacidad de diseñar su propia política cultural en materia de Patrimonio Histórico. La descentralización administrativa ha supuesto una toma de conciencia más clara por parte de cada Autonomía respecto a las necesidades de conservación y valoración de su Patrimonio Histórico (...) El desarrollo de la investigación en el ámbito de las diferentes Comunidades Autónomas ha supuesto un innegable impulso en el conocimiento regional." (ref. "Romanización y asimilación cultural en el Norte peninsular. Algunas reflexiones sobre un topos historiográfico desde una perspectiva arqueológica").
Creo que estamos a años luz de lo que se impartía cuando España era "una, grande y libre"; y a quien no le guste ver más allá, que siga hablando de lo que cree que son "incompetencias autonómicas"; que ya hemos andado mucho camino para volver de nuevo a conceptos caducados de la Historia.
Comentario realizado por
Tuki.
17/6/08 20:37h
5 a eso me refería... gracias tuki. bezudo, no se como sabes que yo formo parte de "esa pequeña colectividad catalana", pero igualmente te digo que donde yo me he educado, nunca nos han impuesto la basura que este articulo atribuye a las educaciones autonómicas.
Comentario realizado por
mario.
17/6/08 23:45h
6 Una cosa es que la sana descentralización haya acercado la administración a las necesidades concretas de la población en cada marco geográfico-cultural, y esto tenga su expresión en el auge de la actividad arqueológica y en otras muchas facetas; y otra cosa es la miopía terruñera y la pérdida de visión del conjunto, algo claramente empobrecedor. Por otro lado, no conozco a nadie que quiera volver al Franquismo, Tuki; basta ya de inventarse enemigos al más puro estilo hegeliano para justificar militantes luchas, por favor.
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el bezudo.
18/6/08 14:06h
7 Me da que los enemigos se los inventan otros, cuan contemporáneos Quijotes; sin embargo, en la actualidad éstos no sufren de ningún trastorno mental. Y quizá ni me importe saber lo que empuja a estas personas para hablar en términos como "miopía terruñera".
Hay circunstancias, muchas en la actualidad que yo recuerde, en la que para criticar formas políticas- administrativas que no gustan a algunos se han sacado argumentos como los que podemos leer ahora en el artículo publicado. Quizá es el sino de nuestra historia, la de criticar periodicamente al vecino. Sin embargo, pienso que la "ignorancia del estudiante" no viene por los planes de estudios que tengamos en cada comunidad, sino que proviene de los valores/ comportamientos que aprendemos cada uno ante la vida: desde la cuna creamos a autómatas no más interesados que por un triunfo fácil en la vida, pasando absolutamente de valores añadidos como es el aprendizaje de materias que para ellos son insulsas (geografía, historia, filosofía... no digamos ya del lenguaje).
Con lo que no discutiré sobre si algunos piensan que las materias que se dan en ciertas comunidades sean acertadas o no; porque se van a seguir impartiendo así y estoy conforme con ellas (y sé que no le voy a convencer a nadie). Lo que sí discutiré hasta el final es que la ignorancia corrosiva de nuestra sociedad viene por otros factores. ¿Cuáles? Hay muchos por enumerar y no creo que esté en un foro para hacerlo.
Hay circunstancias, muchas en la actualidad que yo recuerde, en la que para criticar formas políticas- administrativas que no gustan a algunos se han sacado argumentos como los que podemos leer ahora en el artículo publicado. Quizá es el sino de nuestra historia, la de criticar periodicamente al vecino. Sin embargo, pienso que la "ignorancia del estudiante" no viene por los planes de estudios que tengamos en cada comunidad, sino que proviene de los valores/ comportamientos que aprendemos cada uno ante la vida: desde la cuna creamos a autómatas no más interesados que por un triunfo fácil en la vida, pasando absolutamente de valores añadidos como es el aprendizaje de materias que para ellos son insulsas (geografía, historia, filosofía... no digamos ya del lenguaje).
Con lo que no discutiré sobre si algunos piensan que las materias que se dan en ciertas comunidades sean acertadas o no; porque se van a seguir impartiendo así y estoy conforme con ellas (y sé que no le voy a convencer a nadie). Lo que sí discutiré hasta el final es que la ignorancia corrosiva de nuestra sociedad viene por otros factores. ¿Cuáles? Hay muchos por enumerar y no creo que esté en un foro para hacerlo.
Comentario realizado por
Tuki.
18/6/08 23:19h
