Recuperan en Dinamarca ADN intacto de vikingos

28/5/08 .- http://www.abc.es

Ni portaban cascos con cuernos, ni eran especialmente sanguinarios para su época. La historia vikinga, pese a ser una de las más referidas por los eruditos, sigue plagada de incógnitas y leyendas poco fundamentadas. Ahora sabemos que los cuernos seguramente se los atribuyó Wagner para dar mayor vistosidad a sus representaciones operísticas y que, si bien era un pueblo muy beligerante, nunca llegó a consumar matanzas tan colosales como las de su coetáneo Carlomagno. En lo que sí destacaron estos «hombres del norte» -traducción literal del término «vikingo»- fue en sus extraordinarias habilidades para la navegación, que les permitieron arribar a las costas americanas cinco siglos antes que Cristóbal Colón.

Desde ayer, gracias a los científicos de la Universidad de Copenhague, tenemos la posibilidad de conocer cuál era su estructura genética. Y es que por primera vez se ha obtenido ADN auténtico procedente de las osamentas de antiguos vikingos. Concretamente han sido diez los cadáveres exhumados, tres hombres, cuatro mujeres y otros tres cuerpos cuyo sexo aún no ha podido ser determinado por los especialistas. Los restos, ubicados en un enterramiento no cristiano, han permanecido durante 1.000 años intactos bajo tierra.
El descubrimiento podría suponer un meritorio avance en la investigación de la historia genética del hombre. Algunas cuestiones como el origen de las enfermedades hereditarias, los patrones migratorios de nuestros antepasados o sus directrices familiares y tribales serían deducibles a partir de los datos obtenidos. Las excavaciones han tenido lugar en la isla de Fionia, una de las más grandes de Dinamarca y residencia de sucesivos monarcas escandinavos desde el siglo IX hasta que la llegada de los ideales cristianos acabase con las creencias vikingas, basadas en un modelo politeísta.

Pruebas impolutas

Esta clase de investigaciones presentan una elevada dificultad, ya que las moléculas intactas son escasas, especialmente en el caso de los fósiles humanos. Sin embargo, el mayor problema cuando de análisis genético se trata es la contaminación de las muestras. Tantos estudios se han desechado tras detectar la presencia de ADN ajeno, que algunos investigadores han llegado a negar la fiabilidad de este tipo de trabajos de campo.
Los humanos participan activa e intensamente en todas las fases de la investigación, desde la excavación al trabajo de laboratorio, y cualquier contacto, por mínimo que sea, con el material extraído, es suficiente para invalidar todo el proceso.

Aislamiento completo

El equipo de excavación ha extremado las precauciones para evitar los riesgos de contaminación. Así, todos los científicos han utilizado un traje de protección integral compuesto por máscara, casco, mono, botas y guantes perfectamente aislados. También se han pasado por alto algunos procedimientos arqueológicos estandarizados, como el lavado y etiquetado de las piezas.

Para el posterior análisis de ADN se han extraído varios dientes de las mandíbulas de los esqueletos, de los cuales los caninos y los premolares son los más cotizados por su cometido en el proceso de masticación. Las muestras fueron selladas en tubos esterilizados y enviadas inmediatamente después de su obtención al laboratorio. Las cautelas de tan meticulosa operación han dado sus frutos, pues los primeros análisis practicados por el Laboratorio de Antropología Biológica de Copenhague han confirmado la limpieza de la muestra, descartando la presencia de ADN exógeno.

Además, la escasa similitud del material hereditario observado, ha permitido al equipo científico adelantar que los vikingos presentaban una diversidad genética equivalente a la de los humanos actuales.

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