Una promoción de viviendas integra un horno califal del siglo X

La puesta en valor de los restos encontrados es, según la Junta de Andalucía, un ejemplo de salvaguarda del patrimonio para posibles futuras intervenciones

Una promoción privada de viviendas ha integrado un horno califal fechado entre el siglo X y el XI que ha sido restaurado y musealizado para ser incluido en el interior del portal de acceso a este edificio, situado en la glorieta Amadora.

La delegada de Cultura de la Junta, Mercedes Mudarra, presentó ayer la puesta en valor de estos restos arqueológicos en un acto en el que estuvo acompañada por los promotores de las viviendas, de la empresa Los Jardines, y por los restauradores del horno. Para ambientar el espacio se han colocado réplicas de vasijas y otras piezas de cerámica de esta misma época.

Los restos restaurados consisten en un horno geminado o doble excavado en la tierra que presenta una planta ligeramente cuadrangular. Se constituía principalmente con muros de adobe y arcilla sin cocer. Tiene un orificio de alimentación para introducir el combustible vegetal, que ardía en el interior de la cámara de combustión. El calor producido pasaba a la cámara de cocción, que estaba separada de la primera por una parrilla sobre la que se situaban los utensilios cerámicos. El horno se cerraba por medio de una bóveda donde se encuentran una serie de chimeneas y toberas para expulsar el humo y permitir la entrada de oxígeno para la combustión.

"Hemos conseguido recuperar para el patrimonio un pieza fundamental, uno de esos elementos singulares que suelen salir en las excavaciones", aseguró Mudarra. El horno no sólo tiene interés como pieza arqueológica sino también como documento histórico, ya que puede ayudar a los investigadores a explicar cómo era la vida cotidiana en ese momento. "Éste junto con otros que vayamos encontrando progresivamente nos irán dando datos de cómo era la vida cotidiana en el siglo X, de cómo funcionaba la ciudad y cómo funcionaban ciertas estructuras urbanas", añadió la delegada.

Se trata de una forma de integrar los elementos patrimoniales en las nuevas estructuras urbanas. Los restos están preservados y, sobre todo, sometidos a un proceso de interpretación a través de la exposición de elementos cerámicos que son reproducciones realizadas mediante estudios que han hecho los arqueólogos para ver cómo era la cerámica que podía haber en torno al horno. "Es un ejemplo de los primeros que hemos conseguido. Estamos en muchos tratos con muchas promotoras y con muchas construcciones que se están haciendo ahora", aclaró Mudarra.

La puesta en valor de estos restos es similar a la que se realizó en el Hotel Conquistador, donde se encontró una parte de la Mezquita y se integró en él. La delegada recordó que el porcentaje de encontrar restos arqueológicos es altísimo en la zona de Poniente, donde se encuentra esta promoción de viviendas, ya que en este lugar están apareciendo todos los arrabales islámicos de la Córdoba califal. "No siempre se pueden conservar porque son hectáreas enormes y porque además el nivel de conservación que tienen no es bueno", explicó Mudarra.

Este tipo de integración sólo se hace cuando se trata de elementos singulares que pueden adaptarse para poder ser vistos. Al estar en una urbanización privada el horno sólo podrá ser visitado en determinadas ocasiones en las que haya un interés científico.