Una empresa dedicada a la protección del Patrimonio sumergido

9/4/08 .- http://www.andaluciainvestiga.com



Al descubrirse los trabajos ilícitos que realizaba la empresa ‘cazatesoros’ Odyssey Marine Exploration, ha surgido gran expectación por los pecios españoles del litoral nacional que se desconocen, en especial en torno al Mediterráneo, donde este barco actuó. Andalucía, País Vasco y Cataluña han tomado medidas para proteger los restos de barcos hundidos del saqueo. Así mismo, se ha constituido el Plan Nacional de Patrimonio Subacuático, que contribuirá a la conservación de nuestra herencia escondida bajo las aguas.

Aunque, sin duda, ha sido Ceuta, una de las primeras ciudades españolas en encargar una carta arqueológica submarina que incluirá todos los pecios de gran valor que contienen sus aguas. Estos mapas son claves para proteger los tesoros submarinos frente a la piratería, y facilitarán la labor de las diferentes administraciones y organismos responsables de su protección, ya que conocerán de manera exacta la situación y localización del patrimonio que presentan sus costas.

Los planos arqueológicos del fondo marino suponen un trabajo minucioso de recuperación de la memoria y la tradición del lugar, que se completa con un profundo estudio documental y bibliográfico en archivos, bibliotecas especializadas, institutos oceanográficos e incluso con la participación de los historiadores que se dediquen a estas ramas y que pertenecen a los distintos centros de investigación.

Esta labor se ha encargado a la empresa Nerea Arqueología Subacuática, una spin-off malagueña. Está constituida en su totalidad por jóvenes arqueólogos relacionados y tutelados en algunos casos por la Universidad de Málaga. Esta compañía dispone de una amplia experiencia gracias a los numerosos trabajos, asistencias técnicas y asesoramientos prestados en su afán por conocer los peligros que suponen los cazatesoros ante las principales potencias arqueológicas del mundo. Entre otros, han desarrollado trabajos para varias unidades de la Guardia Civil, como por ejemplo el grupo de patrimonio histórico, o el servicio marítimo.



Bajo el agua

Tras el análisis de documentos históricos pertenecientes a batallas marinas, naufrágios, etc., el siguiente proceso a realizar son las inmersiones, para comprobar que el pecio se encuentras en el lugar estudiado. De este modo se consigue también realizar fotografias del patrimonio que se está explorando y se realiza una base de datos donde se indica la situación y localización del pecio, su morfología, deterioros observables, profundidad a la que se encuentra, etc.

Este trabajo es muy interesante, pero a su vez arriesgado, ya que en invierno las condiciones de trabajo son muy forzadas, “tenemos que adecuarnos con trajes apropiados para resistir las bajas temperaturas”, indica Javier Noriega, uno de los socios fundadores y gerente de la empresa. Su trabajo está ligado a las “condiciones climáticas y horas de luz solar” y los submarinistas “debemos conocer previamente las corrientes submarinas que se generan en nuestra área de estudio”, afirma.


Aumentar la protección

La gran pasión que sienten los integrantes de Nerea por la conservación del patrimonio subacuático les ha llevado a conseguir un convenio con el Departamento de Derecho Administrativo de la Universidad de Málaga, en el que sus abogados protegerán de manera jurídica el rico dominio cultural submarino. Según Javier Noriega, “la concienciación ciudadana ante el patrimonio histórico submarino debe ser un objetivo fundamental de cualquier marco normativo”.

“En lo relativo a programas de investigación, somos pioneros en abogar las nuevas tecnologías”, continúa, aunque reconoce que en relación con los trabajos de intervención arqueológica, no se han utilizado demasiado”. Para ampliar el uso de las TIC en el mundo de la arqueología submarina, la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa financió con más de 87.000 euros el proyecto Vigilancia de Yacimientos Arqueológicos Subacuáticos Mediante Satélite (VYAMSAT), en el que participan empresas malagueñas como Decasat y Nerea Arqueología Subacuática.

Este proyecto está formado por un software basado en imágenes de satélite, que reconoce los barcos 'cazatesoros' que actúan en nuestra costa. Un barco que expolia el fondo marino necesita un estudio continuado de los fondos, así que persisten en un lugar determinado durante más de quince días.

Esto favorece los trabajos de investigación, ya que aunque las fotografías no se realizan de manera continuada, el amplio rango de actuación del barco pirata permite conocer la actividad que está realizando. Si se tienen evidencias de las posibles actuaciones que realizan, se procederá a llamar a la guardia civil para que envíe una patrulla de guardacostas, con el fin de evitar males mayores.



Más información:



Nerea Arqueología Subacuática -Javier Noriega

C/Almogía, 14 Bloque 9, local 19

Tel.:952 34 06 96/ 678 73 31 26



Email: nereasubac@gmail.com

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