Patrimonio descarta la destrucción de la muralla

Las obras que está realizando la empresa Arascón en el entorno del antiguo monasterio de La Cartuja no han producido afecciones al patrimonio arqueológico y mucho menos al supuesto trazado de la cerca y cubos del viejo complejo, ya que estos se vieron afectados hace años cuando se construyó la urbanización que hoy rodea el que fuera recinto religioso. Esta es la conclusión a la que ha llegado el técnico de la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón que el 17 de marzo visitó el barrio rural para comprobar si se habían destrozado restos arqueológicos, tal y como había denunciado Izquierda Unida.

El diagnóstico ha sido rotundo. "Durante la visita de inspección, se constató la ausencia de cualquier resto arqueológico en la banda este de la obra mencionada, quedando la cerca y cubos reconstruidos hace unos años completamente separados de cualquier afección", dice el texto remitido por la DGA.

Asimismo, el documento añade que en la franja de terreno situada más al sur se comprobó la ausencia de restos y se constató que los que existieron en tiempos se vieron afectados por la construcción de una urbanización, un parque anexo y la ampliación de la carretera nacional. "La afección puede comprobarse en el corte norte de la zanja actualmente abierta, donde, en una pequeña zona, se han observado restos de cimentaciones removidas y sobre las que existe una potente capa de tierra vegetal, colocada en su día para la plantación de árboles en el parque", concluye el texto.