Empotran un muro de hormigón en las ruinas del castillo de Gor

23/3/08 .- www.ideal.es

La Delegación de Cultura paraliza las obras nada más tener noticia al tratarse de un monumento protegido

Antes de entrar en Gor, al borde de la carretera, una pequeña virgen bendice el horizonte desde un montículo de piedra incrustado en el cerro. Hasta el monte opuesto sólo media el aire. Pero si te cuentan la historia es fácil imaginar que de un extremo a otro hace un siglo cruzaba un puente apodado de lata. El mismo que desmontaron para instalarlo en Dúrcal.

Ya en el centro del pueblo el antiguo palacio del Duque de Gor, una vieja fortaleza medieval, está convertido desde hace décadas en plaza de toros. Tal vez sea uno de los pocos cosos que existan -por no decir el único- que está metido dentro de un castillo y en vez de redondo es cuadrado. Del viejo palacio se conserva la muralla, que da forma a la plaza. Igual que desmontaron el puente, se desmanteló el castillo. Cosas de la historia.

Desde 1985, los restos de la fortaleza están declarados monumento y protegidos como Bien de Interés Cultural (BIC). No se pueden tocar.

Sin embargo, en la parte trasera de la plaza han empotrado un muro de hormigón sobre la vieja muralla. Es el armazón de una nave que está construyendo un taller de empleo del Ayuntamiento y que, según los letreros presentes, está subvencionado con fondos europeos. La Junta paralizó la obra el miércoles a las pocas horas de conocer lo que estaba sucediendo. Según explicó a IDEAL el delegado de Cultura, Pedro Benzal, ha sido una «metedura de pata importante». El proyecto ni siquiera había pasado por la Comisión de Patrimonio, como es obligatorio al tratarse de un BIC. No obstante, Cultura lo atribuye más al desconocimiento que a la mala fe.

Todo fuera

Un arqueólogo de la Junta emitió el miércoles un primer informe aunque habrá que esperar hasta el lunes para saber qué sucede. Puede ser uno de los primeros casos en la provincia al que se le aplique la nueva Ley de Patrimonio que entró en vigor en enero. Con esta norma, al mismo tiempo que la administración abre un expediente para averiguar las supuestas irregularidades puede ordenar que se «reconstruya lo destruido sin autorización» o que se deshaga lo que se ha hecho sin permiso.

Chatarra

Pero las obras en el entorno del castillo de Gor han destapado otra situación. A poco que se remueve aparecen restos. Lógico en un pueblo donde se han encontrado huellas hasta del Neolítico. Gor forma también parte de la ruta de Ibn al-Jatib, el último gran polígrafo de la España musulmana.

Un grupo de vecinos ha recogido algunas piezas que han surgido al escarbar los cimientos de la inoportuna nave. Ayer todavía quedaban restos de vasijas y cerámicas en la zona, a falta de que un experto precise si tienen algún valor. Pero sobre todo se intuye que bajo los cascotes hay más. El entorno se ha convertido en una escombrera donde junto a los posibles restos arqueológicos hay chatarra y basura, desde una lámpara vieja hasta trozos de vigas. Uno de los muros antiguos se ha vencido y está apuntalado toscamente.

Este periódico intentó recabar ayer la opinión del alcalde de Gor.

Noticias relacionadas

Comenta la noticia desde Facebook

Comentarios

No hay comentarios.