Europa acude al rescate de su huerta (Alcantarilla)

Recuperación del paisaje antiguo y medieval en la huerta de Alcantarilla (Murcia)


En 1545, una desastrosa riada conjunta de los ríos Segura y Sangonera arrasó Alcantarilla. En aquella época, el municipio se asentaba en las riberas del Segura, en el paraje del Agua Salá, el lugar donde ya en el siglo V a.C. los íberos construyeron un primer asentamiento, y donde romanos y árabes levantaron las primeras obras de aprovechamiento del agua.

La virulencia de la riada -las crónicas hablan de decenas de muertos y de todas las casas anegadas- colmó la paciencia de los vecinos, que incapaces de domeñar a los ríos que les daban el sustento, decidieron trasladar todo el pueblo hacia las tranquilizadoras alturas de los barrios de San Roque y San Pedro. El Agua Salá, la noria árabe, los arcos romanos y la belleza ribereña del Segura quedaron alejadas de la vida diaria del muncipio. Ni siquiera la apertura del Museo de la Huerta en 1968 y el desvío de la N340 le devolvieron su esplendor.

Ahora, Europa acude al rescate de la zona, que abarca más de 250.000 metros cuadrados, de los que 50.000 pertenecen al entorno del Museo de la Huerta. Allí, según los datos aportados por la concejal de Urbanismo, Mercedes Hernández, irían a parar al menos 6,5 millones de euros, que se traducirían en una rehabilitación completa y la construcción de un centro de Participación Ciudadana, otro de Desarrollo Sostenible y una nueva oficina de turismo.

Atención al ciudadano

Hernández, cuya experiencia previa de trabajó en Bruselas antes de incorporarse al equipo de Gobierno ha facilitado los complejos trámites, señala que se trata de un «proyecto integrado de cambio, que pretende crear un nuevo polo de atracción de la vida municipal». Este nuevo centro de la vida municipal se aprovecharía de que en él se ubicarán «todas las concejalías que tengan que ver con la atención al ciudadano», señala Hernández, en un entorno más accesible que el actual.

Además, el Centro de Desarrollo Sostenible acogerá también un vivero de empresas y las instalaciones de formación y empleo municipales, además de un centro de nuevas tecnologías. A su vez, el otro gran edificio que se ubicará en las cercanías del Museo de la Huerta acogerá una biblioteca, el archivo municipal, una ludoteca y un centro juvenil. También está previsto que cuente con un Museo Arqueológico que complemente al existente, de tipo etnográfico. El plazo para que la rehabilitación esté terminada por completo ronda los tres años, una vez que se dé luz verde a la misma.

Pero la reforma de los 50.000 metros cuadrados del entorno del Museo de la Huerta son sólo una parte del ambicioso proyecto.

El Plan Director ha logrado implicar también a la Comunidad Autónoma, concretamente a las consejerías de Obras Públicas y Cultura. La primera tiene ya sobre la mesa el plan para soterrar la N340 en todo el entorno; y la segunda estaría implicada en la recuperación y puesta en valor turístico de los viejos arcos romanos, el acueducto de Alquibla, de la época árabe, y el puente de las Pilas que acabó dando nombre al municipio. El soterramiento de la N340 permitiría que los arcos y acueductos volvieran a ser reconstruidos en su forma original, es decir, partiendo de la actual noria hacia el Agua Salá y las viejas tierras de labor. El presupuesto contemplado para esta actuación supondría otros 6,5 millones de euros.

Al otro lado del desvío está el paraje del Agua Salá, 200.000 metros cuadrados que también cuentan con un plan específico.

En este caso, los organismos implicados en el proyecto serían las direcciones generales de Medio Natural y Calidad Ambiental, así como la Confederación Hidrográfica del Segura. En sus manos quedaría el acondicionamiento de la ribera del Segura y su recuperación para integrarla en la vida diaria de la población.

Huertos urbanos

Para dar más atractivo al área, se construirían unos huertos urbanos, que quedarían bajo la tutela de la consejería de Agricultura e incluirían una granja-taller. Toda la actuación quedaría también visada por la dirección general de Energías Limpias, que supervisaría que los edificios tengan una «arquitectura sostenible» e incluiría un carril bici y senderos peatonales para articular toda el área a rehabilitar.

El colofón para la actuación sería la construcción de un muy necesario auditorio, con una capacidad estimada de 1.500 butacas. Además, la intención del Consistorio es rescatar la propiedad del cerro situado al oeste del Agua Salá para realizar una exhaustiva excavación arqueológica, ya que su subsuelo alberga los primeros vestigios de población en toda la comarca. La complejidad y enormidad del proyecto no arredran ni a Hernández ni al alcalde, Lázaro Mellado, el principal impulsor del mismo. Desde el Ayuntamiento se insiste en que la actuación se llevará a cabo con el máximo consenso posible, incluyendo fuerzas políticas y vecinales en su diseño final. Por ahora, el plan va por buen camino y superando fase tras fase.