Las catas en torno al mercado han localizado restos desde el siglo VI (Ceuta)

13/2/08 .- http://www.elfaroceutamelilla.es

Las prospecciones realizadas durante el último año en el entorno del Mercado Central, ocho, han servido para localizar no sólo los últimos restos conocidos, los de la fortificación portuguesa, sino vestigios de la ocupación de esta zona del istmo desde época tardoantigua, en torno a los siglos VI y VII después de Cristo.

Éstas son algunas de las conclusiones que se extraen del informe presentado por el arqueólogo de la Ciudad, Fernando Villada, responsable de las intervenciones llevadas a cabo en esta zona.

En la primera fase de las excavaciones se realizaron tres sondeos, uno de ellos en la conjunción de las calles Victori Goñalons y Deán Navarro Acuña, y los otros, en la mitad meridional de la primera, lindando directamente con el lateral oeste del Mercado. Ya en 2008, se han completado cuatro catas más, tres en Victori Goñalons y una al comienzo de la calle Independencia.

En la primera campaña se detectaron ya restos del paramento del Baluarte de San Francisco, construido por los portugueses en el siglo XVI. También se hallaron entonces vestigios vinculados a los niveles coetáneos excavados en la calle Jaúdenes y que corresponden a momento paleocristiano. Entre los restos encontrados en uno de estos tres primeros sondeos figuran estructuras de época altomedieval (siglos X-XI). En algunas fosas utilizadas como basureros se encontraron también cerámicas del siglo IX d. C.

Por su parte, las prospecciones realizadas este año sacaron a la luz, tal como se confirmó hace dos semanas, un “potente paramento” vinculado al complejo defensivo que definía el Foso Seco de la Almina. Una de las catas, la situada más al norte de Victori Goñalons, donde se inicia la curva hacia Independencia, arrojó los resultados más interesantes, lo que planteó “la necesidad de ampliar el área de investigación” hasta un total de 93 metros cuadrados. De este modo, se ha podido constatar la presencia de construcciones que delimitaron el Foso Seco, en concreto, de una obra defensiva de la que se ha podido documentar un desarrollo lineal de 10 metros, con una anchura de 2,20 metros y un alzado de 2,50 “arrancando a partir de una superficie de obra de mampostería ligada con cal y arena, de gran potencia”. Al este del citado muro hay varios tramos de lienzos de construcción similar al mismo que conforman un espacio de planta posiblemente hexagonal y que el arqueólogo cree podría corresponder a una de las dependencias internas del Baluarte de San Francisco.

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