Ruiz de la Peña: «Avilés es la villa cantábrica más antigua gracias a su fuero de 1155»

El historiador dirige un doctorado con mención de calidad sobre las ciudades medievales

El profesor de la Universidad de Oviedo Ignacio Ruiz de la Peña defiende que Avilés es la villa cantábrica más antigua, basándose en su fuero, que data de 1155. El historiador es coautor del libro «Mercado inmobiliario y paisajes urbanos en el occidente europeo, siglos XI-XV», que recoge las ponencias de la Semana de estudios medievales de Estella, un seminario de proyección internacional. La publicación dedica capítulos a ciudades medievales de toda Europa que puedan servir como modelo, como Burdeos o Lisboa y, entre ellas, Avilés, que es el ejemplo de ciudad medieval de la costa cantábrica, con un estudio firmado por Ruiz de la Peña. Su objetivo es ampliar este trabajo y publicar un libro sobre el devenir de la villa de Avilés hasta el incendio de 1479.

La tesis de Ruiz de la Peña no choca con la existencia de restos romanos en Gijón, porque allí se interrumpió la vida urbana, y no se recuperó hasta el siglo XIII. «Avilés es la más antigua. Bilbao, por ejemplo, se fundó en 1300, San Sebastián en 1180, La Coruña en 1208, Laredo en 1200 y Santander en 1186». Avilés se fundó, señala el historiador, sobre un núcleo preurbano. La condición de ciudad le llega cuando se formaliza su jurisdicción, en el citado año de 1155.

«Avilés, dados sus extraordinarios fondos medievales, es la segunda ciudad en importancia después de Oviedo, y para los siglos centrales de la Edad Media una de las más importantes villas de la cornisa cantábrica», afirma el profesor. Para Ruiz de la Peña es fundamental el abundante material del archivo existente.

Pero además de esta razón documental, destaca Avilés porque su estructura tiene todas las características propias de una ciudad medieval, marítima en este caso, en la que no falta la muralla. «Es muy peculiar el cuerpo de la villa y el arrabal de Sabugo; se trata de una estructura binaria que se da en otras villas portuarias como Pontevedra y La Coruña». Del patrimonio arquitectónico destaca las iglesias de San Nicolás, la de los Padres Franciscanos, la vieja de Sabugo, la capilla de Las Alas y obra civil como la Casa Baragaña o el palacio de Valdecarzana.

«Además de esto, Avilés presenta unas características jurídicas en el fuero que son muy importantes. Se trata de una adaptación del fuero de Sahún, uno de los grandes monumentos jurídicos, al igual que el de Oviedo, mientras que las otras villas asturianas siguen el modelo de Benavente», añade el profesor.
Aún hay más. Avilés tuvo, en la época medieval, una «vida económica muy palpitante, con una burguesía notable que se muestra en una estructura social muy definida, muy urbana». En lo que se refiere a las relaciones comerciales, tenía contacto con toda la fachada atlántica europea, y está demostrada la llegada de francos a la localidad, donde tenían una colonia.
El Avilés medieval, que se deja ver en parte de las calles del casco histórico, no está a salvo de riesgos. «La desvitalización de los cascos históricos es un problema, y puede ocurrir como en Carcassone, que se ha convertido en un escaparate turístico», señaló. Por eso Ruiz de la Peña aboga por «una ciudad viva». El casco de Avilés, en su opinión, está bastante bien conservado, pero es necesario «actuar con mucho cuidado» en rehabilitaciones y restauraciones, y «hacer caso de los historiadores del arte». «La ciudad es un continuo, un libro con varios capítulos, y hay que conservarlo», remató.
Doctorado
Ruiz de la Peña es director del programa de doctorado de la Universidad de Oviedo sobre la ciudad medieval, parte del cual podría realizarse en Avilés, según las conversaciones que mantuvo con el concejal de Cultura, Román Antonio Álvarez. Este doctorado celebra su séptima edición y acaba de ser distinguido con la mención de calidad del Ministerio, que sólo tenían hasta ahora los cursos de Santiago y de la Complutense. Esta acreditación lo hace ser homologable, a todos los efectos, con los estudios europeos. El programa del doctorado aborda el estudio de la ciudad medieval bajo todas las perspectivas: la morfología, el derecho, la sociedad, la vida económica, el comercio y las ciudades industriales a escala europea. «La ciudad es un producto europeo», afirma el historiador.

Otra de las peculiaridades del doctorado es que es interuniversitario, ya que cuenta con profesores no sólo de la Universidad de Oviedo, sino también de Sevilla, Murcia, León y Santiago de Compostela. Además los docentes provienen de ámbitos distintos de conocimiento, desde la Historia Medieval hasta la Paleografía, la Historia del Arte y el Urbanismo. «De esta forma se garantiza una formación científica para el doctorado que procura una sólida formación para abarcar una tesis doctoral».

La distinción de calidad no sólo se enmarca en el camino hacia los posgrados y a la convergencia de Bolonia, sino que supone un aliciente para los alumnos, a quienes les computa medio punto más que otros doctorados, válido por ejemplo para las oposiciones a Secundaria. Ruiz de la Peña afirma, además, que la formación tiene aplicación práctica al problema, cada vez más frecuente, de las ciudades de origen medieval que se plantean el conocimiento, conservación y difusión de su casco histórico. «Son elementos de atracción turística, generadores de dinero; hay una puesta en valor de la ciudad histórica, y para valorarla y conocerla se necesita una formación que puede recibirse a través de estos cursos», resume.

La idea es que, ya que Avilés responde «perfectamente» a los planteamientos de lo que es una ciudad histórica, pase a ser sede de algunas de las lecciones teóricas de esta edición. Y, por supuesto, dada su historia, también de las lecciones prácticas.