Hallan la Puerta del Mar en el mayor tramo de muralla medieval (Santander)

La excavación de la Plaza Porticada se podrá visitar hasta el 5 de enero En breve el Ayuntamiento conocerá las ideas para poner en valor la zona

«Santander ya tiene qué enseñar». Así lo señaló ayer Juan Manuel Iglesias, el director de la excavación arqueológica que se están llevando a cabo en la Plaza Porticada de Santander, donde se ha encontrado la Puerta del Mar que separaba la ciudad del mar Cantábrico. El concejal de Cultura de la capital explicó, por su parte, que el área cuenta ya con el mayor tramo que se conoce de la muralla medieval, algo que será 'puesto en valor' por el Ayuntamiento que, en enero, abrirá las plicas de las ideas que se aportan para 'explotar' el área.

Por el momento, se han encontrado un total de 15.000 piezas (fragmentos de objetos históricos) entre cerámicas, monedas y otros materiales que demuestran la relación comercial que mantenía Santander, gracias a su puerto, con Francia, Inglaterra o la Andalucía almohade. «La relación entre el mar y la ciudad se ve perfectamente en todo esto. La vida de Santander surgió con el puerto y vino siempre marcada por él», afirmó Iglesias.

Todos los ciudadanos que quieran visitar estos restos del pasado pueden ponerse en contacto con el Consistorio para concertar un recorrido. Desde junio, mes en que éstas se pusieron en marcha, han pisado el lugar 13.500 personas, muchas de ellas escolares que acuden con el colegio. El recinto acogerá recorridos -guiados y gratuitos- hasta el próximo 5 enero. Quien se apunte comprobará que los santanderinos de otra época vivían dos o tres metros por debajo del nivel que habitan los actuales.

Torrellas e Iglesias explicaron que los restos de la muralla, de finales del siglo XIII, revelan que ésta tenía una anchura de 2,3 metros en la base, y se estrechaba a dos metros en la parte superior. Su estructura, a unos cuatro metros de altura, era de mampostería con sillares irregulares. Y es en la parte norte de la misma donde ha aparecido la puerta que en la época medieval servía de acceso a la ciudad.

«Algo que visitar»

Por ella entraba todo el comercio, ilustró Iglesias, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Cantabria, quien mostró su entusiasmo por que la capital cántabra, «que hasta ahora se había limitado a hablar del incendio del 41 tenga, a partir de ahora, algo nuevo que visitar. Además, en el centro de la ciudad, lo que puede servir de revulsivo. «Es una oportunidad histórica», recalcó.

Entre otras cuestiones porque, según sus datos, el lienzo de muro es el más importante del norte de España. Salvando la de Lugo, «no se encuentran construcciones de estas texturas», dijo. Su trazado es recto, cuenta con 21 metros de recorrido y pueden verse, incluso, una escalera y el suelo en donde hacían la ronda los vigilantes del lugar, que data del siglo XV. También se ven con claridad dos lienzos distintos: la cara que daba al mar estuvo revocada con cal y tenía más arena que la cara interior.

El arqueólogo cree que, con esta parte de muralla, los restos encontrados en las obras del aparcamiento de Alfonso XIII, y los romanos hallados en el interior de la Catedral «Santander abre una etapa absolutamente nueva» que puede llevar a plantear la creación de un «museo itinerante». De hecho, la semana que viene el Ayuntamiento tendrá el proyecto con que se pondrán en valor los restos del aparcamiento de Alfonso XIII.

Para dar a conocer la muralla, Iglesias sugirió ayer que se podrían trazar en las calles de alrededor unas líneas que mostraran por dónde discurría. Porque lo que está claro es que el perímetro actual de la excavación no se ampliará, ya que lo que se ha descubierto hasta ahora «sirve para explicar el hallazgo. El proyecto se tiene que rematar, pero no se puede seguir. La puerta, por ejemplo, está incompleta. El resto se destruyó al construirse el edificio de Hacienda». El periodo de investigación concluye el próximo 31 de diciembre y, después, quedan distintas decisiones que tomar.

El experto comentó que ya son varias las ciudades españolas que aprovechan sus áreas históricas para proponer la visita de ciudades superpuestas. La fórmula da buenos resultados en Zaragoza, Tarragona o Córdoba, indicó.

Iglesias recordó, finalmente, que el muro de la Porticada se levantó primero en la zona de la Puebla Vieja de la ciudad, «al otro lado de la ría que hoy es la calle de Calvo Sotelo», y después «en la Puebla Nueva». La muralla que protegía la ciudad subía desde la calle San José, para recorrer la calle Santa Clara, bajar por Francisco de Quevedo y la travesía del Cubo y finalizar de nuevo en la Plaza Porticada o de Velarde.