El circuito turístico conquista la Mérida rural y paleocristiana con la basílica de Casa Herrera

El Consorcio abre un centro de interpretación en los restos de uno de los primeros templos del país El Instituto de Arqueología desarrolla un novedoso proyecto de investigación alrededor del monumento

Siete escalones hacia abajo y siete escalones hacia arriba. Dando la espalda a occidente, y con el rostro hacia oriente. El pasado y todo lo malo, atrás. Al frente, la nueva vida, el horizonte en dirección a Jerusalén, por donde volverá el Mesías el Día del Juicio Final.

Así se sumergían los primeros cristianos de la comarca emeritense en la piscina bautismal de la basílica paleocristiana de Casa Herrera, construida junto al arroyo de la Magdalena en el año 500.

Esta piscina bautismal, estrecha, profunda y en muy buen estado de conservación, fue uno de los elementos que más interés despertó durante la visita guiada a los restos de la basílica que organizó ayer el Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida.

La curiosidad era normal, dado que no existen muchas oportunidades de ver in situ una piscina bautismal paleocristiana.

Sólo se conocen diez, incluida ésta, en toda la península ibérica, como destacó Isaac Sastre, investigador del Instituto de Arqueología y arqueólogo que se ha ocupado de las excavaciones de la basílica, cuyo nombre original aún se desconoce.

Con monasterio

Posiblemente estaba vinculada a un monasterio con zonas cultivadas y habitadas alrededor, como explicó Pedro Mateos, director científico del Consorcio de la Ciudad Monumental.

Aunque el yacimiento no resulte muy vistoso, ya que sólo quedan en pie algunas columnas y los arranques de los muros interiores y exteriores de la iglesia, Mateos ha sido uno de los grandes defensores de la inclusión de Casa Herrera en los circuitos turísticos y patrimoniales de Mérida.

«No se puede entender una ciudad antigua sin conocer el territorio que la rodeaba, donde se desarrollaba la vida diaria. Sin conocer Casa Herrera, no se puede entender la Mérida visigoda», justifica.

Después de la conquista

Para el Consorcio, la zona rural que rodea la ciudad es «un territorio a conquistar». Pero una vez conquistado parte de ese pasado rural de Mérida, el siguiente paso es conseguir que los turistas y los emeritenses recorran cinco kilómetros hasta Casa Herrera, utilizando el camino de tierra que ha preparado la Consejería de Desarrollo Rural.

Además, aún no hay carteles ni señales que indiquen a los despistados qué sendero seguir, por lo que la excursión, con mala suerte, puede derivar en un safari.

La estrategia ya está pensada, advierte Mateos. Incluirán Casa Herrera en las rutas patrimoniales que se están diseñando para el próximo año en colaboración con el Ayuntamiento.

El Consorcio también colaborará con asociaciones de todo tipo en la organización de actividades relacionadas con Casa Herrera y su entorno.

Y por último, organizarán visitas escolares con centros educativos de toda la región, al estilo de los talleres didácticos que se realizan en el Teatro Romano, según anunció Antonio Barroso, gerente del Consorcio.

Mientras tanto, todas las personas y organizaciones que deseen conocer el yacimiento de Casa Herrera deben ponerse en contacto con el Consorcio para organizar las visitas.

Sigue la investigación

La apertura de Casa Herrera al público no significa que se detenga la investigación del entorno. El Instituto de Arqueología desarrolla en la zona un novedoso proyecto que utiliza alta tecnología y nuevos sistemas de prospección para conocer su potencial arqueológico sin necesidad de excavar.

Victorino Mayoral, uno de los investigadores que trabajan en este proyecto, resalta que el trabajo desarrollado hasta el momento demuestra la existencia de un gran yacimiento arqueológico en la zona que se estudiará con técnicas de «mínima invasión». En breve, se realizarán prospecciones con un geo-radar para averiguar qué tipo de estructuras hay en el subsuelo.