¿conservar o destruir? por Rafael Carmona

16/11/07 .- http://www.diariocordoba.com

¿conservar o destruir? por Rafael Carmona

Rafael Carmona es el Arqueólogo municipal de Priego


Este verano se han excavado los restos de una villa romana aparecida durante los trabajos de ampliación del Colegio Nuestra Señora de las Angustias de Priego de Córdoba, en pleno centro urbano, y regentado por la congregación religiosa de las Hijas del Patrocinio de María. La superficie excavada se corresponde con una de las esquinas de la edificación, de la que se han podido identificar parte de las termas, así como una de las habitaciones principales de la casa, que contaba con un mosaico como pavimento. Los restos en general no están bien conservados, es cierto, pero son perfectamente interpretables y diagnosticables, por lo que su valor histórico está intacto. En consecuencia con este criterio, la dirección de la excavación arqueológica ha propuesto a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía la integración parcial, que no total, de los restos en la nueva edificación, dejando in situ un testimonio arquitectónico representativo de esta parte de la historia local, convenientemente musealizado. Pero esta propuesta no es compartida por la congregación religiosa, que ha llevado a cabo una campaña para que lo anterior no se lleve a afecto, entregando en la sede de la Delegación Provincial de dicha Administración varias miles de firmas, aportadas, en su mayor parte, por los familiares y conocidos de los alumnos del centro. También se ha conseguido el apoyo de empresarios y comerciantes, así como de hermandades y cofradías locales. El argumento que se esgrime es la supuesta incompatibilidad de la integración arqueológica con el proyecto de ampliación del colegio.

Ante tal despliegue de apoyos incondicionales de la causa no conservacionista, veo oportuno presentar aquí algunos de los motivos que deben mover precisamente a lo contrario:

1º El patrimonio arqueológico recuperado es un bien de dominio público que afecta a la historia de una colectividad, la ciudad de Priego. Por ello, representa los intereses generales de la población, y no los particulares de un colegio concertado, por muy de interés público que sea la educación de nuestros hijos.

2º Estoy convencido de que existe compatibilidad entre la integración y la nueva edificación. Si hasta ahora no se ha aportado por la dirección técnica de la obra ha sido porque se ha pensado en lo contrario, en la búsqueda de causas para justificar la eliminación de los restos arqueológicos.

3º Estamos defendiendo una integración parcial de dos de las habitaciones de la villa romana, que quedarían perfectamente inteligibles por el visitante al contemplarse también una reintegración mínima de pavimentos e insinuación de alzados. Todo se acompañaría de la cartelería, reconstrucciones virtuales e iluminación adecuados. La integración arqueológica pasa así a convertirse en un valor añadido del inmueble de gran valor didáctico, y no en una reliquia descontextualizada.

4º La propuesta de integración de los restos ha sido el resultado de una aplicación responsable y meditada de las leyes y reglamentos que afectan al Patrimonio Histórico Andaluz, la Carta Arqueológica de Riesgo y el Plan Especial de Protección, Reforma Interior y Catálogo del Centro Histórico, estos últimos de ámbito local. También se ha dado con ello respuesta al escrito de la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, con fecha 16 de mayo, en el que se concreta la necesidad de acondicionar las obras de nueva planta de la parcela a los resultados de la excavación arqueológica.

5º La propuesta de un posible traslado de los restos sólo tendría sentido dentro de una reconstrucción espacial de los mismos. Es decir, si los restos se desplazan de su posición original, deberán disponerse reconstruyendo dichas superficies. El coste económico sería más elevado que en una integración, se perdería buena parte del valor de la autenticidad y haría falta una superficie mínima de 42 m2.

6º La arqueología prieguense se ha visto en esta misma tesitura en ocasiones anteriores, en las que se ha salvado el patrimonio arqueológico afectado mediante integraciones de las obras de nueva planta, o con traslados cuando se trataba de estructuras compactas. La destrucción de los restos de la villa romana del colegio supondría, entonces, un agravio comparativo hacia aquellos promotores que se vieron requeridos a cambiar sus proyectos arquitectónicos para salvaguardar el registro arqueológico.

7º Por último, desde 1989, el Ayuntamiento está trabajando en la gestión del patrimonio arqueológico del municipio, actuando con carácter de verdadero pionero en toda Andalucía. Fruto de este interés es el hecho de que la mayor parte del coste económico de las intervenciones arqueológicas las asume la Administración local, aun cuando la normativa sectorial correspondiente especifica que este coste económico debe asumirlo el promotor de la obra. En este caso, el Ayuntamiento ha contribuido con dos arqueólogos, incluida la dirección de los trabajos, y dos operarios. La extracción del mosaico, previa a su restauración, ha sido también costeada por el Ayuntamiento. Advertimos esto porque, según se declara en el preámbulo de la Ley de Patrimonio Histórico Español (16/1985, de 25 de junio) todas estas medidas "solo cobran sentido si, al final, conducen a que un número cada vez mayor de ciudadanos pueda contemplar y disfrutar las obras que son herencia de la capacidad colectiva de un pueblo (...), en el convencimiento de que con su disfrute se facilita el acceso a la cultura y que ésta, en definitiva, es camino seguro hacia la libertad de los pueblos".

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