El estudio de las grietas en el Benacantil finaliza esta semana (Alicante)

ALICANTE. Los servicios técnicos del Ayuntamiento de Alicante continúan con las labores de estudio de las grietas detectadas recientemente en la roca bajo el castillo de Santa Bárbara, en el monte Benacantil. Las grietas, próximas a la roca conocida como «La cara del moro», se detectaron a finales del pasado mes de agosto, y el Consistorio encargó su estudio y la presentación de un proyecto de subsanación al arquitecto Marius Beviá, escogido por su conocimiento de la fortaleza y su entorno.

Según fuentes municipales, los análisis de las grietas se prolongarán a lo largo de la presente semana, y se prevé que a finales de la misma se cuente ya con suficientes datos para que Beviá acometa la redacción del proyecto con las medidas a tomar. Por el momento, el Ayuntamiento ha colocado «testigos» en las grietas, de hasta seis metros de longitud y un centímetro de grosor, para conocer su evolución, así como una malla bajo las mismas en previsión de un eventual desprendimiento.

El ascensor, en marcha

En cualquier caso, las mismas fuentes insistieron en que, desde la colocación de los «testigos» -que miden la evolución de las grietas con una precisión milimétrica- hace unos días, las brechas no se han agrandado.

Las fisuras en la roca bajo una de las estructuras principales de la fortaleza medieval fueron descubiertas de manera casual por un vecino a finales del pasado mes de agosto. No obstante, el Ayuntamiento desconoce por el momento si estas brechas son de aparición reciente o por el contrario se produjeron hace tiempo.

Por otra parte, el portavoz del equipo de gobierno popular, Andrés Llorens, señaló ayer que el ascensor que llega hasta el castillo de Santa Bárbara desde el nivel del mar podría entrar en funcionamiento mañana, tras permanecer cerrado varios meses debido a una avería.

Fortaleza del siglo IX

El castillo, icono de la ciudad de Alicante, comenzó a construirse en el siglo IX, bajo la dominación musulmana, si bien a lo largo de los siglos ha sufrido numerosas reformas y ampliaciones. El nombre actual se debe a que el futuro Rey Alfonso X lo conquistó en la festividad de Santa Bárbara, en 1248. La fortaleza ha jugado un papel militar estratégico en la historia de Alicante, incluso durante la Guerra Civil.