El futuro de la arqueología en Madinat Ilbira. (Antonio Malpica Cuello)

27/8/07 .- http://www.ideal.es/ Opinión. Tribuna Abierta

ANTONIO MALPICA CUELLO/PROFESOR DE ARQUEOLOGÍA MEDIEVAL DE LA UNIVERSIDAD DE GRANADA. DIRECTOR DEL PROYECTO DE INVESTIGACIÓN 'LA CIUDAD DE MADINAT ILBIRA'

La arqueología tiene una dimensión científica primordial pero no puede renunciar a otra social. El arqueólogo investiga sobre los restos materiales del pasado y los sitúa históricamente. Su tarea no acaba aquí. Tiene que conservarlos integrándolos en el espacio y en el paisaje en donde se encuentran. Esta actuación no se hace porque los restos tengan una consideración 'sagrada', sino porque son la expresión de tiempos pasados que han ido conformando nuestra historia. Los destinatarios de ellos son las personas que viven en nuestros días y que tienen el derecho, e incluso la obligación, de recibir el conocimiento que se desprende del proceso de recuperación y conservación de los vestigios materiales.

Cualquier investigación arqueológica no puede prescindir de estos tres aspectos: investigación, conservación y difusión que son parte de un mismo proceso. Además, el trabajo científico que comporta el quehacer arqueológico requiere un esfuerzo y preparación previos que se plasman en el conocimiento y en las técnicas que se utilizan y que se normalizan en un equipo de trabajo. Todo esto, a su vez, exige inexcusablemente de un tiempo productivo.

El tratamiento de la investigación de un asentamiento por sus restos materiales no puede ser más que el análisis de los vestigios de ocupación humana con una especial atención a los objetos que se encuentran y una integración de todos ellos en un conjunto territorial que se manifiesta en el paisaje. Sólo de esta forma se hace la moderna arqueología. Únicamente así se le confiere dignidad a quienes ocuparon estos asentamientos y, por supuesto, a todos aquellos que quieren y deben actualmente conocerlos.

Con estos planteamientos acometimos en el 2005 el proyecto de investigación 'La ciudad de Madinat Ilbira'. Nuestros esfuerzos se concentraron en esa primera fase en el estudio de la parte superior y mejor defendida de la ciudad, la alcazaba. No ha sido por capricho. Lo considerábamos obligatorio porque graves alteraciones hechas por furtivos forzaron en 2001 una excavación de urgencia en esta zona. A consecuencia de la misma nos percatamos de que además de la muralla había estructuras de habitación en este espacio, salió a la luz la puerta de entrada al recinto y se pudo definir una buena parte del recorrido de la muralla. El trabajo en esta área ha permitido establecer el estudio de la relación entre todo el conjunto organizado de la ciudad y la zona del poder y la alcazaba. Nada es casual. Madinat Ilbira es un ejemplo de una claridad meridiana -de ahí su extraordinaria importancia- de un urbanismo emergente en el primer al-Andalus y ha de servir para conocer un modelo de ocupación del espacio a partir de pequeños núcleos rurales que se aglutinaron con la gestación de una estructura de poder situada en la alcazaba y puede ser muy revelador para aportar conocimientos definitivos en esta época de formación del estado andalusí donde sólo la arqueología puede llegar para aportar datos que generen debate histórico de importancia. En ese sentido, no es extraño que haya levantado grandes expectativas en la comunidad científica este proyecto de investigación con la participación y colaboración de profesores y alumnos de muchas y diferentes universidades españolas y europeas.

Este importante trabajo que, como ya hemos dicho, requiere de un ciclo productivo, es decir una preparación previa de un equipo sólido y un tiempo prudente para su rentabilización social, requiere la participación y el apoyo de las instituciones más cercanas a este proyecto. En primer lugar, el Ayuntamiento de Atarfe porque será el más beneficiado con el conjunto arqueológico que se irá formando. La Junta de Andalucía que es la responsable de la tutela de los bienes culturales y la Universidad por el potencial de investigación de distintos grupos y disciplinas que están surgiendo de este proyecto.

Ahora, a punto de empezar la segunda campaña de excavación arqueológica, parece conveniente hacer algunas matizaciones de cara al futuro. Los resultados que hasta ahora se han obtenido como resultado de la excavación son muy prometedores tanto en el aspecto científico como en los objetivos de difusión más general. Sin embargo, hemos de confesar que, pese a los esfuerzos de arqueólogos y de algunas instituciones, Madinat Ilbira sigue siendo una gran desconocida. Se corre el riesgo de querer optimizar resultados rápidos que puedan ser rentables políticamente olvidando el desarrollo natural del propio trabajo científico porque en la arqueología aquello que se destruye no se puede volver a recuperar. Y eso sí sería una pérdida irreparable para todos. El tiempo, con seguridad, permitirá sacar a la luz restos importantes de esta ciudad. Pero hay que hacer un aviso a navegantes: todos los agentes implicados en su desarrollo deben preservarlos y difundirlos continua y eficazmente y tienen que estar empeñados en darle el ritmo adecuado estableciendo con mesura una vínculo entre el proceso de trabajo científico y su incuestionable puesta en valor como bien cultural.

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