Piedras e Historia (Álava)

22/7/07 .- http://www.noticiasdealava.com

A los arqueólogos afincados en Álava se les acumula el trabajo por momentos. En los últimos tiempos da la impresión de que basta con elegir un lugar al azar para analizarlo y encontrar, dentro de la provincia, yacimientos sorprendentes. Iruña Veleia ha actuado como detonador mediático de la arqueología alavesa gracias a sus impactantes revelaciones. Pero antes de que se produjera el salto a las portadas de los periódicos, la arqueología ya se había establecido en el territorio gracias a trabajos tan cruciales como las excavaciones de Aldaieta, que demostraron que el pasado alavés nunca estuvo desligado del devenir europeo, o como el descubrimiento de un nudo romano de comunicaciones en Mariturri. Dentro de los últimos hallazgos destaca el de un peculiar rito funerario descubierto en Trebiño y las pinturas rupestres localizadas en una gruta del parque natural de Valderejo.

MARITURRI

Cruce de caminos

Las primeras informaciones relativas al yacimiento de Mariturri datan de los años 70, si bien su entidad y potencial no quedaron completamente confirmados hasta el arranque de los primeros trabajos de urbanización de Zabalgana. La primera fase del proyecto de excavación se remonta al periodo 2003-2005 y los resultados obtenidos son calificados por la comunidad científica como "excepcionales".

La información histórico-arqueológica proporcionada por este yacimiento, de 1.500 años de antigüedad, es enorme, ya que es la primera vez que se constata materialmente la existencia de tramos de calzada romana que atraviesan Álava. También resulta novedosa la aparición de caminos secundarios, lo que evidencia una red desarrollada de comunicaciones que posteriormente pasaría a formar parte del Camino de Santiago.

El hallazgo se enriquece con la primera estación oficial de posta excavada en la península Ibérica, denominada mutatio , que confirma la avanzada implantación administrativa del Imperio Romano en estas tierras. Su análisis ha permitido determinar que se hallaba vinculada al correo imperial. El vicus o poblado descubierto en el perímetro se dedicó a la atención de viajeros y, tras evolucionar, pudo albergar ferias y mercados de ámbito comarcal. El conjunto se completa con un gran recinto ganadero sólo equiparable al italiano de Ivrea, un pequeño edificio de carácter termal y un altar dedicado a una deidad.

ARMENTIA

La gran necrópolis medieval

A pocos metros de distancia, bajo la basílica de Armentia, los equipos de investigación volvieron a dar en la diana al hallar en 2005 los vestigios de la necrópolis medieval más importante del Estado. El equipo de expertos dirigido por el antropólogo y médico forense Francisco Etxeberria Gabilondo se topó con centenares de esqueletos de los siglos XII, XIII y XIV, restos de entre los cuales destacaban varios cráneos trepanados. Los posteriores estudios efectuados precisaron que la cirugía practicada en la zona permitió a los heridos sobrevivir a estas intervenciones, por lo que se le presupone una cierta sofisticación.

MURALLA MEDIEVAL

La eterna desconocida

Las conclusiones de los estudios realizados por el arqueólogo Agustín Azkarate sobre la muralla de Vitoria también constituyen una de las grandes sorpresas de la arqueología alavesa. ¿La conclusión más impactante? Que la construcción es bastante más antigua de lo que se calculaba, ya que data del siglo XI, cien años antes de que el rey navarro Sancho VI El Sabio fundara la ciudad de Vitoria. Azkarate tiró del hilo hallado en el subsuelo de Santa María y redescubrió el tramo de la muralla que parte desde el cantón de las Carnicerías al de la Soledad. El hallazgo tuvo su origen en los trabajos de restauración de la Catedral Vieja. Mientras se excavaba, aparecieron los restos un tramo completo del lienzo de la muralla y uno de los torreones. A partir de ese momento, bastó con seguir su rastro para obtener, nuevamente, resultados asombrosos.

IRUÑA VELEIA

Fuente inagotable

Tal y como consta en las enciclopedias digitales, el yacimiento de Veleia, situado a 10 kilómetros de Vitoria, es "una fuente inagotable de hallazgos que algunos comparan con los de Vindolanda o Pompeya".

Dentro del catálogo de tesoros descubiertos por el equipo de Eliseo Gil destaca una pieza cerámica de unos 10 centímetros cuadrados en la que figura la primera representación histórica del calvario de Cristo. Tras la realización de pruebas de carbono 14, se ha constatado que el hallazgo es tres siglos más antiguo que el considerado -hasta 2006- el vestigio más antiguo de la crucifixión, hallado en las catacumbas romanas. La pieza apareció junto a otros dibujos de crucifixiones de dioses paganos y textos cristianos del tipo pater noster.

Pero la trascendencia del yacimiento va mucho más allá, ya que en Veleia se han encontrado referencias al mundo egipcio. Cinco siglos después de que la escritura jeroglífica dejara de emplearse en su lugar de origen, se han descubierto jeroglíficos y grafías en latín sobre hechos históricos de Egipto datables en el siglo III. El descubrimiento de este tipo de signos egipcios en ostracas -piezas cerámicas, tablillas y material de desecho- en Álava plantea inquietantes incógnitas.

Para añadir aún más misterio al descubrimiento, los arqueólogos dieron con el vestigio más antiguo de palabras escritas en euskera: en principio, datan de entre los siglos III y VI. La confirmación de su antigüedad supondría una prueba de la convivencia de culturas y lenguas en el País Vasco desde la época romana y reforzaría la teoría de que los pueblos prerromanos várdulos y caristios empleaban el euskera.

El valor de estas inscripciones en arcilla no sólo se encuentra en su fecha de origen, sino también en su riqueza. Algunas de las inscripciones parecen corresponderse con la lengua común, inteligibles no sólo para los filólogos, sino también para cualquier vascoparlante contemporáneo -como las palabras edan , ian y iaun -. Todo ello cinco siglos antes de que las primeras expresiones del idioma quedaran plasmadas en las Glosas Emilianenses.

ALDAIETA

La reinterpretación de la historia vasca

De nuevo Agustín Azkárate, en los años 90, se destacaba como agitador de la escena arqueológica al descubrir en Aldaieta los restos de un asentamiento tardoantigüo, es decir, originario del periodo comprendido entre la desaparición del Imperio Romano hasta el siglo VII. Este hallazgo supuso un cambio radical en la concepción de la historia del País Vasco, ya que quedaba demostrado que, a pesar de sus particularidades, estuvo íntimamente ligada a las corrientes culturales imperantes en Europa y nunca fue un territorio aislado.

Hasta la aparición de los restos de Aldaieta, el imaginario colectivo preservaba la imagen de los vascones como la de buenos salvajes que vivían del pastoreo y que campaban por el territorio vestidos con pieles, alejados de la civilización. Este descubrimiento echó por tierra todas aquellas ideas y constató que los habitantes del territorio conocían el comercio, dominaban la tecnología de la época, contaban con influencias norpirenaicas y estaban relacionados culturalmente con el mundo aquitano. "Considero que el fenómeno de Aldaieta es una de las aportaciones arqueológicas más importantes del siglo XX para el conocimiento de la historia de los territorios vascos. Creo que Aldaieta tiene que ver con el origen de lo que luego ha sido Euskal Herria", manifestó en su día Azkarate.

TREBIÑO



El condado de Trebiño cuenta, según se ha conocido esta misma semana, con su propio tesoro arqueológico. En esta ocasión, el yacimiento contiene un túmulo funerario de 5.000 años de antigüedad cuyas características lo destacan como "único", a juicio de los arqueólogos de la UPV responsables de su hallazgo.

La excavación de San Quílez, en San Martín de Zar, reveló un sistema de enterramiento singular, diferente a todos los anteriormente descubiertos en Euskadi. Además, los restos humanos sepultados en este enclave son los más antiguos localizados hasta la fecha en la zona, ya que proceden del Neolítico. El equipo de investigadores, dirigido por el profesor de Prehistoria de la UPV Alfonso Alday, localizó un montículo de dos metros de altura bajo el que aparecieron enterrados entre seis y ocho individuos. Los arqueólogos aseguran que los restos habían sido expuestos en otro lugar antes de ser trasladados a este sepulcro, debido a la disposición de los huesos y a la ausencia de ciertas partes de los esqueletos.

Según Alday, este descubrimiento constituye un "enterramiento secundario", realizado una vez que los cuerpos quedaron reducidos a huesos. La presencia de fragmentos de cerámica y de piezas de sílex lleva a los investigadores a especular con la posibilidad de que el túmulo tenga cinco milenios de antigüedad.

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