La Fundación de Albarracín actúa en un torreón del siglo X en ruinas

16/5/07 .- www.heraldo.es

El monumento, que conserva restos de su origen islamista, presenta grave riesgo de desprendimientos hacia el acantilado.

La Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón ha autorizado a la Fundación Santa María de Albarracín a que acometa lo antes posible las obras de reforma y consolidación de un torreón del primer recinto amurallado de la ciudad que presenta grave riesgo de desprendimientos.

Los trabajos se iniciarán a mediados de este mes y se centrarán, según señalaba el gerente de la Fundación, Antonio Jiménez, "en el fortalecimiento del torreón y en afianzar su posicionamiento dentro de la muralla".

Esta construcción que aún conserva algunos restos de su origen islámico, es la más deteriorada del conjunto amurallado de la ciudad.

De hecho, forma parte del primtivo recinto, que se encuentra a un nivel inferior del castillo. Jiménez señaló que en este espacio ya se realizaron hace algunos años excavaciones arqueológicas y agregó que su dañada estructura entraña un serio riesgo de "desprendimientos al paseo fluvial, como ya sucediera antaño, y al acantilado del río Guadalaviar sobre el que se levanta".

La intervención se completará con la eliminación de todos los elementos que, según Antonio Jiménez, no sólo irrumpen en el paisaje, sino que influyen en el deterioro del torreón. "Los árboles y la vegetación inyectan humedad a los sillares, pero, además, su crecimiemto constituye una barrera en el acantilado del río", señalaba el gerente de la Fundación Santa María de Albarracín.

Estructura cuadrada

Las excavaciones arqueológicas que se realizaron en este espacio han puesto de manifiesto que el torreón conserva restos procedentes de dos épocas. Una primera del siglo X, islámica, con muy pocos elementos estructurales, y una segunda medieval, datada entre los siglos XII y XIII. La antiguedad de esta construcción defensiva y la erosión por el paso del tiempo han provocado su actual estado de destrucción, con numerosos bloques de piedra desmoronados.

Para evitar males mayores, los restos que aún quedan en pie han sido apuntalados a la espera de la restauración que le devolverá estabilidad. Antonio Jiménez señaló que los estudios previos han podido determinar que la estructura originaria del torreón era cuadrada. "Posteriormente -explicaba- se construyeron muros redondeados, a modo de funda".

Tras el afianzamiento del elemento defensivo, la Fundación Santa María pretende acometer trabajos de acondicionamiento del entorno. Se trata de una propuesta que seguirá las mismas pautas que las mantenidas hasta ahora en la zona de acceso al castillo árabe, y que han consistido en eliminar todos los materiales que rodean el conjunto patrimonial y que distorsionan su perspectiva.

Se incidirá en el mobiliario y en las especies vegetales que crecen en el entorno y que no guardan armonía con el monumento.

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