García y Bellido, su diálogo vital con la arqueología española.

10/12/04 .- EFE - elmundo.es

Inaugurada una Exposición sobre el insigne arqueólogo en el Museo madrileño de San Isidro.

La exposición 'Antonio García y Bellido y su legado a la arqueología española' explica, en el museo madrileño de San Isidro, el paso dado por una generación que modernizó esta ciencia en España, a través del diálogo vital de un científico "cuya capacidad intelectual resulta apabullante".

El adjetivo lo puso el comisario de la exposición, el profesor Juan Blánquez, que dirige el proyecto de investigación para el estudio y catalogación del archivo personal de este historiador y arqueólogo (1903-1972), con fotografías y dibujos en los que lleva trabajando dos años un equipo de estudiosos.

Blánquez visitó la muestra antes de que fuera inaugurada por el director general del Patrimonio Cultural de las Artes del Ayuntamiento de Madrid, Juan José Echeverría y el director del Museo de San Isidro, Eduardo Salas y que es fruto de la colaboración institucional: Ayuntamiento y Comunidad de Madrid, Universidad Autónoma y Museo de San Isidro.

"Aprovechamos que se exponen los resultados del estudio de los documentos privados de García y Bellido -miles de cartas, dibujos, manuscritos, diarios o fotografías- para mostrar retazos de su vida que ayuden a entender su devenir científico y su ingente legado bibliográfico", explicó Blánquez.

Historiador, arqueólogo, dibujante...

El insigne historiador y arqueólogo publicó más de 40 libros y unos 400 artículos, además de todo su arte seriado; era un gran dibujante, enamorado de la investigación y no pasó un año sin publicar, informó.

"La exposición abre otras vías para comprender, por ejemplo, las razones de que defendiera a Alemania, pues en parte se había educado en Berlín, o por qué vio tan necesario crear un instituto al acabar la guerra española", añadió Blánquez, profesor de Prehistoria y Arqueología en la Universidad Autónoma.

García y Bellido nació en 1903 en Villanueva de los Infantes (Ciudad Real) y fue una de las figuras más importantes de la arqueología en las primeras décadas del siglo XX. Murió de forma repentina el 26 de septiembre de 1972.

Exposición hasta el 27 de febrero

El comisario recalcó que "hay que enjuiciarlo en los parámetros de su época", que no fue precisamente monótona pues pasó por la monarquía, la república, la guerra civil y la dictadura, sin que llegara a vivir la restauración democrática.

"Fue un hombre cuya capacidad intelectual llega a ser agobiante", dijo Blánquez, pero que, "además, pudo vivir para su trabajo gracias a su mujer, Carmen García de Diego, quien se ocupó de sus hijos, era profesora de Griego y una de las primeras cinco alumnas de Humanidades de entonces".

La exposición, que dura hasta el 27 de febrero y cuenta con un riguroso catálogo donde escriben investigadores en historia y arqueología tratados por García y Bellido, explica en siete espacios diferenciados la evolución experimentada por la arqueología en España desde la segunda mitad del XIX, al hilo de su vida intensa.

Muestra sus viajes científicos y formativos, su estancia en Berlín y el crucero por el Mediterráneo, sus principales líneas de investigación, la aportación al Instituto de Arqueología Rodrigo Caro del CSIC, sus años como director de la revista "Archivo Español de Arqueología" y, por último, el análisis crítico de las líneas de investigación abiertas por él en el panorama arqueológico español actual.

Investigaciones arqueológicas

Las últimas salas enseñan con detalle sus múltiples investigaciones en la arqueología de campo: el castro de Coaña en Asturias; la ciudad romana de Julióbriga en Reinosa, Cantabria; las excavaciones en León; el templo romano de Córdoba o la ciudad romana de Baelo Claudia en Bolonia, Cádiz.

Hay también algunos manuscritos de sus obras 'Hispania Graeca', 'Arte Romano' y 'La Dama de Elche', además de numerosos dibujos originales que permiten apreciar las grandes dotes que tenía para el dibujo arqueológico.

"El uso que hacía García y Bellido del dibujo y la fotografía como instrumentos intelectuales tiene gran importancia teniendo en cuenta lo que era una España depauperada en humanidades", precisó el profesor Blánquez, quien subrayó que la muestra permite ver "todo lo que era su complejo proceso intelectual, hasta el dato más minucioso de cambiar una coma o un adjetivo; él ocultaba el proceso 'lo consideraba algo íntimo', pensando que lo importante sólo estaba en el mensaje final".

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