El historiador Ruiz- Doménec busca en un libro a Rodrigo Díaz detrás del mito del Cid

2/5/07 .- nortecastilla.es

Propone un recorrido por las obras que forjaron el mito del héroe del siglo XI


Ocho siglos después de que el 'Cantar de Mio Cid' convirtiera a Rodrigo Díaz en un personaje literario universal, el historiador José Enrique Ruiz-Doménec ha despojado al héroe de su leyenda en un libro que descubre a un hombre «fascinante y controvertido».

«Muy pocas veces un héroe literario es un personaje real de la historia», dijo en una entrevista Ruiz-Doménec, quien propone en 'Mi Cid' un recorrido por las obras que forjaron el mito de este caballero del siglo XI, para afrontar después la realidad histórica del personaje. El viaje comienza en el rodaje de la película 'El Cid', que el ci-neasta norteamericano Thomas Mann dirigió en España en 1961.

En un descanso del rodaje, el actor Charlton Heston, caracterizado del Cid, muestra un halcón posado sobre su brazo al historiador Ramón Menéndez Pidal, quien observa con interés desde su silla del set cinematográfico. El mundo de la historia y el de la ficción se reúnen en esta escena, que recogió el fotógrafo de la Agencia Efe Jaime Pato, en una instantánea que sirve como portada a 'Mi Cid', un libro que la editorial Península acaba de publicar coincidiendo con el VIII centenario del 'Cantar de Mio Cid'.

Es ese romance, que Per Abat copió, fechó y firmó en mayo de 1207, «el que define el personaje del Cid y lo hace transitar desde la realidad histórica a la realidad literaria», destaca José Enrique Ruiz-Doménec (Granada, 1948), catedrático de Historia Medieval en la Universidad Autónoma de Barcelona. «En el momento que se inicia la elaboración de la leyenda sobre el Cid, la memoria histórica se debilita», advierte el medievalista en su libro.

Sin máscaras

Tras repasar una obra literaria e histórica sobre el Cid de «muchas miles de páginas» producida entre los siglos XII al XX, Ruiz-Doménec encara la tarea de desprender de «todas sus máscaras» al personaje y buscar a Rodrigo Díaz «al otro lado del espejo de la literatura». Aparece entonces un perfil del Cid «poco conocido y que la leyenda ha tratado de matizar». Es el lado oscuro de un caballero del siglo XI que para ganarse la vida recurría al pillaje y la recaudación de impuestos, «actividades económicas» propias de la época.

Pero este mismo personaje es el que se niega a aprovechar sus conquistas militares para convertirse en rey, «y prefiere que la corona pase a su soberano aunque le haya desterrado», subrayó Ruiz-Doménec, para quien Rodrigo Díaz fue «un hombre muy sometido a las contradicciones de su época. Es un personaje de encrucijada que vive entre dos culturas, la islámica y la cristiana, a las que servía a los dos lados de la frontera sin demasiados escrúpulos, y entre dos concepciones de poder, la heroica y la dinástica, y que, además, teje su vida entre personajes femeninos».

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