Historiador defiende el origen hispano de los marfiles del arca de San Millán

19/4/07 .- actualidad.terra.es

El catedrático de Arte Antiguo y Medieval de la Universidad Autónoma de Madrid, Isidro Gonzalo Bango Torviso, afirmó hoy que los marfiles del arca románica de San Millán fueron elaborados por el taller de un artesano español y no, como habitualmente se afirma, por el maestro germano Engelram y su hijo.

Esta es la tesis que defiende en el libro 'Emiliano, un santo en la España visigoda y el arca románica de sus reliquias', editado por Fundación San Millán de la Cogolla y que fue presentado hoy en el Palacio regional por el propio autor, el presidente de La Rioja, Pedro Sanz y el prior del monasterio de Yuso, Juan Angel Nieto.

'Mis propuestas de interpretación pueden ser arriesgadas, pero están sólidamente fundamentadas, dentro de lo que puede ser la solidez en un periodo tan incierto', afirmó.

El libro del profesor Bango esta dividido en cuatro apartados, en los que además de analizar el arca, también se ocupa de describir el contexto histórico y la vida de Emiliano (Millán), la circunstancias en las que se desarrolló su culto en San Millán de la Cogolla y cómo éste fue evolucionando.

'El arca de San Millán figura en todas la historias del arte como una obra clave de las artes figurativas del románico, atribuida al maestro Engelram. Pero tal y como yo lo planteo, lo único germánico que hay en el arca es todo lo relacionado con la metalistería, pero no los marfiles', dijo.

Para Bango, los marfiles son obra del taller de un maestro apellidado García, un artesano 'inclasificable dentro de los estilos que había en ese momento, un genio creador cuya mano está detrás de varios de ellos, ya que luego cuenta con un serie de ayudantes'.

'En todo caso, su obra responde a los planteamientos de la plástica hispana del momento', dijo.

El catedrático recordó que al día de hoy no se sabe nada de cómo era la parte metálica del arca elaborada por Engelram, ya que fue expoliada en el siglo XIX por las tropas franceses, al ser de oro, 'aunque lo más probable es que estuviera en la órbita de la plástica otoniana', dijo.

Otra novedad que aporta esta obra es que tradicionalmente se ha creído que los marfiles del arca eran monocromos, exclusivamente con el color original de este material, cuando los testimonios que ha recogido indican que estaban pintados.

El arca de San Millán fue elaborada en una fecha inconcreta entre 1064 y 1068, con motivo de la consagración de la nueva iglesia del monasterio de Yuso de San Millán de la Cogolla, para trasladar allí las reliquias del santo.

Salvo algunas ventanas que se elaboraron para acceder a las reliquias o el robo de alguna de sus joyas menores, el arca prácticamente no sufrió mayores percances hasta el siglo XIX.

'Con el expolio francés se debieron de romper algunas placas y otras fueron robadas por gente del pueblo y otras personas antes de que apareciesen en el mercado de los anticuarios. Cuando los monjes volvieron al monasterio los marfiles que se conservaban se insertaron sobre un arca nueva', recordó el catedrático.

Los marfiles robados se encuentran actualmente repartidas por diversas pinacotecas del mundo, como el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, la Dumbarton Oaks Colletions de Washington, el Museo Nacional del Bargello en Florencia o Hermitage de San Petersburgo.

La única placa que se tiene fotografiada, aunque no conservada (la del cuerno de elefante), ya que desapareció en el año 1945, es una que estaba en el Museo Kaiser Friedrich de Berlín.

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