La necrópolis judía de la ronda podría ser una de las más antiguas de España (Lucena, Córdoba)

El origen de los restos encontrados deberá ser certificado mediante la prueba del Carbono 14. El arqueólogo municipal, Daniel Botella, cree que el ritual de enterramiento remite al siglo IV



El arqueólogo municipal, Daniel Botella, señaló ayer que los enterramientos aparecidos junto a las obras de la ronda de circunvalación sur, corresponden a una de las necrópolis judías más antiguas de España. Según Botella, a falta de los resultados del análisis de tres muestras de restos óseos mediante el sistema del Carbono 14, que ofrecerá datos definitivos sobre la datación cronológica de las tumbas, todos los indicios apuntan la procedencia judía de la necrópolis, cuyo origen podría situarse en torno al siglo IV, "dato que de confirmarse, potenciaría la creencia de que Lucena contó con una de las comunidades judías más antiguas de nuestro país, casi cuatro siglos antes del florecimiento de las principales juderías de España".

Botella señaló que, hasta el momento, se han detectado en la ladera norte del cerro Hacho más de 75 enterramientos, de los que ya han sido excavados 53. No obstante, se sabe que en los años 60 aparecieron varias hileras de tumbas en el solar de los depósitos municipales de agua, contiguo a las obras y todo hace indicar que la necrópolis se extiende tanto al sur como al norte de las actuales excavaciones y podría estar formada por centenares de enterramientos.

El arqueólogo municipal indicó que las tumbas se adaptan a la pendiente del terreno y están organizadas en filas y columnas. El ritual de enterramiento es el de inhumación, en fosa simple o doble, excavada a una profundidad inusual, a veces con nicho o covacha lateral que alberga al difunto y que se cubre con lajas o tégulas tardoromanas, otras en forma de bañera y en otros casos con disposición antropomorfa.

Los individuos adultos aparecen siempre de forma individual, en posición de decúbito supino, con la orientación del cuerpo de este a oeste, con la cara mirando hacia el este. En la mayoría de los casos uno de los brazos aparece flexionado sobre el cuerpo con la mano sobre la cadera opuesta o sobre el pubis y no aparece ningún tipo de ajuar ritual ni adorno personal, ni tampoco elementos de sujeción de sudario --agujas-- o clavos que hagan pensar en parihuelas o ataúdes.

Según Botella "esta posición del difunto, así como la innecesaria profundidad de la fosa donde aparece, y la realización de covachas laterales al sur de la fosa principal, sobreexcavando la marga con la obsesión de ocultar un cuerpo sin ajuar funerario, nos hace pensar en un cementerio con ritual judío".

De confirmarse esta hipótesis también sería necesario rescribir parte de la historia local "ya que supondría --señala Botella- que la fundación de la ciudad es mucho más antigua de lo que suponemos por los datos históricos y arqueológicos de los que disponemos hasta el momento". No obstante, el director del Museo Arqueológico apuntó que "también podría tratarse de tumbas mas modernas, con tejas romanas reaprovechadas".

Botella señaló que los trabajos concluirán en el plazo previsto, ya que por el momento sólo se excavarán los enterramientos situados en la zona afectada por las obras de la ronda de circunvalación sur.