El Palacio de Altamira abre sus puertas a los ciudadanos (Sevilla)

Diez años después de su restauración, el Palacio de Altamira compartirá con el público su patrimonio de siglos, los vestigios de las reconversiones sufridas desde que este edificio, sede ahora de la Consejería de Cultura, fuera una construcción almohade ocupada entonces posiblemente como vivienda.


Esta difusión se hará a través de un programa de visitas guiadas que recorrerá las estancias más destacadas de este inmueble. Las visitas, convocadas para viernes y sábado, empiezan mañana y se plantean para grupos no mayores de 20 personas.

La consejera de Cultura, Rosa Torres, y el consejero de Economía y Hacienda, José Antonio Griñán (cuyo departamento impulsó la restauración del palacio), fueron los encargados ayer de presentar esta iniciativa, junto con un voluminoso estudio,

La restauración del Palacio de Altamira,

que pormenoriza la complejidad de los trabajos de reconstrucción al mismo tiempo que explica los distintos usos que a lo largo de los siglos ha tenido este solar.

Residencia señorial desde los siglos XIV al XIX, cuando afrontó una etapa de decadencia y se degradó al rango de casa de vecinos, el Palacio de Altamira atesora un vasto conjunto de epigrafía en lengua árabe sobre madera, cerámica y estucos, además de artesonados, frisos de yeserías policromadas, pinturas murales o alicatados de pavimentos y zócalos procedentes de diferentes épocas.

Torres, que resaltó entre las virtudes del palacio "la mayor colección de carpintería medieval de Europa", reconoció que Altamira abría sus puertas porque su Consejería se fijaba como un asunto prioritario "la difusión del legado para las generaciones venideras". Entretanto, el consejero de Economía y Hacienda se mostró orgulloso de la transformación que en los últimos años había experimentado el Barrio de San Bartolomé, "una parte de Sevilla muy viva", y señaló como intervenciones decisivas en este aspecto las restauraciones que se habían realizado de la casa de Mañara o de la Iglesia de San Isidoro.

El itinerario que articulará la visita contempla el Palacio de los Azulejos y el Palacio Real, lugar destinado al protocolo donde se ubican la gran Qubba o el Aposento del Duque. Uno de los apartados de este recorrido expone la colección de objetos recuperados durante la investigación arqueológica previa al remozado del edificio. Allí, grandes vasijas usadas para conservar el vino o ruedas de molino con las que se molían cereales son, en su cotidianeidad, los elementos más ilustrativos de las lecciones de Historia que depara el Palacio de Altamira.

, Horario de visitas: Viernes y sábados a las 11.30 y a las 12.30. Teléfono de información: 954712620, con atención al público de lunes a viernes, de 16.00 a 18.00.Cine

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