De valles a villas (Guipuzcoa)

GUIPUZKOA se ve alterada a principios del siglo XII por un nuevo fenómeno que cambiará todos los aspectos de la vida de sus habitantes: el territorio formado por comunidades rurales organizadas en valles y universidades se convertirá en espacio de poblaciones urbanas.


El proceso de creación de las ciudades guipuzcoanas comienza con la fundación de Donostia, alrededor de 1180, y culmina con Urretxu, en 1383. Durante esta época, los últimos siglos de la Edad Media, las tierras del norte del reino de Castilla serán escenario de una intensa y programada política de promoción urbana. Los pobladores conseguirán a cambio una ley propia con sus privilegios.

Los 25 núcleos urbanos que se crean durante esta época en Gipuzkoa, más las anexiones de las aldeas vecinas, van a ocupar gran parte del territorio, por lo que el proceso urbanizador va a tener especial relevancia. "Son pequeñas ciudades, nada que ver con Burgos, que puede tener ciento y pico hectáreas. Aquí hablamos de ciudades pequeñas, cuya extensión varía desde la hectárea que tiene Elgeta hasta las seis o siete de Donostia. Y eso hay que tenerlo en cuenta porque no vamos a encontrar murallas inmensas como en otras ciudades medievales", explica la catedrática en Historia Medieval Beatriz Arizaga.

Puertos

Fuente de riqueza

Gipuzkoa queda incorporada definitivamente a Castilla en 1200. Unos años antes se fundó Donostia, la única ciudad creada por un rey navarro. Los documentos existentes apuntan a que en 1180 la ciudad estaba ya fundada con fuero propio.

A los reyes les interesa establecer núcleos urbanos en la costa y conseguir los puertos. De 1200 a 1237, Alfonso VII y Fernando III se centran en dominar la línea de la costa por lo que fundan Hondarribia, Getaria, Mutriku y Zarautz. "Los puertos siempre han generado riqueza porque por ellos siempre entran y salen mercancías", explica Arizaga.

Estrategia

Red de comunicación

Posteriormente, Alfonso X, en sus doce años de reinado, funda cinco ciudades que crearán una comunicación entre el interior y la costa del territorio. Así nacieron Segura, Ordizia y Tolosa en 1256, Arrasate en 1260 y Bergara en 1268. De manera que quedaban estratégicamente unidos los terrenos alaveses con los puertos guipuzcoanos.

"Cualquier persona podía ir andando o en burra de un punto a otro en una sola jornada. Se crea una especie de red, de manera que se puede circular por toda Gipuzkoa de una villa a otra y, por lo menos, los viandantes pasaban la noche seguros dentro de una población, protegida de gente de mal vivir ", dice la catedrática.

Ciudadanos

Protección ante el peligro

La mayoría de las fundaciones se produjeron entre 1310 y 1347. En aquella época se crearon diez ciudades, todas menos Errenteria limítrofes con el Señorío de Bizkaia. El objetivo de dichas creaciones era establecer las mugas entre las tierras del Señorío de Bizkaia y las del rey castellano. Después de 30 años de descanso, entre 1371 y 1383 se crearon las cinco últimas villas de la época por iniciativa de los ciudadanos.

Los primeros guipuzcoanos que mostraron interés en formar una villa fueron los habitantes del valle de Oiartzun. El concejo de Oarso pide crear un núcleo urbano en la zona de Orereta. El objetivo de los pobladores era unir a sus habitantes y protegerse mejor, ya que una de las grandes preocupaciones de la Edad Media era la seguridad.

En su fundación cada una de las ciudades recibe su propia Carta Puebla que les remite a un corpus jurídico más amplio. Estos privilegios que fueron otorgados a las villas guipuzcoanas son de dos tipos y claramente diferenciados. Las villas de la costa reciben el Fuero que en su día se redactó para Donostia, por tener una reglamentación de carácter comercial muy avanzada. En cambio, las villas del interior reciben el Fuero de Vitoria. Así se garantizaban, entre otros, los derechos individuales, como la inviolabilidad del domicilio. Todos los vecinos de la villa eran libres, no podían ser detenidos por delito alguno siempre que entregaran fianza, el aprovechamiento de los montes comunales era libre, podían elegir alcalde y los ciudadanos estaban exentos del servicio militar y del pago de impuestos.

Emplazamientos

Valles y orillas

Las villas guipuzcoanas creadas durante la Edad Media se sitúan en las zonas bajas de los valles, a orillas de los ríos. Las ciudades costeras se asientan en la línea de la costa, en algunos casos sobre suelo llano y, en otros, sobre terreno más fragoso.

Las demás localidades siguen pautas propias. Usurbil se sitúa en una ladera en suave pendiente. Segura sobre una loma que le permite una mejor defensa de la villa. Leintz- Gatzaga y Elgeta son las dos villas emplazadas a mayor altura para demarcar las fronteras con otros territorios.

Las ubicaciones elegidas fueron aceptadas por los ciudadanos ya que las cambios de emplazamiento fueron escasos. Únicamente Azkoitia, Deba, Usurbil y Segura tuvieron pequeños problemas con su posicionamiento. Azkoitia se fundó en 1324 en la colina de San Martín de Iraurgi, a la derecha del río Urola. En 1331 los vecinos pidieron a Alfonso XI otra Carta Puebla para una nueva fundación en Miranda de Iraurgi, localización actual de la villa.

En 1294 se creó Itziar con el nombre de Monreal. Sus habitantes vivieron durante nueve años en la zona situada a 342 metros de altura. Los lugareños pidieron insistentemente al rey el traslado al lado del mar en la zona llana a la derecha del río.

No se encuentran datos concretos sobre Segura pero parece que la ciudad original se quemó y Alfonso X decidió la ubicación actual porque facilitaba la construcción de las murallas.

El caso de Usurbil es más complicado. No hay un traslado de población legalmente constituido, pero se da un movimiento de vecinos lo suficientemente significativo. Los propios habitantes solicitan situarse en San Salvador. El rey accede a la petición y deja en manos de los vecinos la elección de la ubicación del núcleo que se llamará Belmonte de Usurbil. Es un emplazamiento alejado de la iglesia y del camino, y relativamente alto. Parece que los vecinos querían librarse de la influencia de la casa solar de Archega que también controlaba la iglesia. Alejándose evitaron la integración de los Archega en la villa. El tiempo, en cambio, demostró que la ubicación no era funcional, ya que los ciudadanos comenzaron a construir viviendas cerca de la iglesia.