Los primeros conventos de Lugo
18/2/07 .- lavozdegalicia.es
Su ubicación dentro del recinto amurallado es una singularidad en la época medieval. La prosperidad comercial es un estimulante para la fundación de los primeros
La prosperidad comercial y artesanal es un estimulante para la fundación de los primeros conventos de Santo Domingo y San Francisco en el territorio correspondiente a la parroquia de San Marcos, inmediato también a la rúa de las Herrerías de gran actividad artesanal. Se establecen en una zona rural y con poco caserío, junto al Carballal o Kalendis, con una importante actividad económica por celebrarse allí la feria mensual y anual, y la de los paños que comenzaba el día de Todos los Santos.
Los frailes menores o franciscanos y los predicadores o dominicos, se establecieron en Lugo a finales del XIII, desconociéndose la fecha exacta. Sabemos que en tiempos del obispo don Miguel (1226 - 1270), no había en la ciudad conventos de religiosos regulares, dado que en su testamento del año 1267, figuran diversas donaciones y limosnas para conventos de las órdenes mendicantes, de franciscanos y dominicos existentes en Galicia, pero no se menciona ninguno de los de Lugo, que serían fundados poco después de 1274.
Aunque lo habitual en lugares poblados es que la ubicación de los conventos fuera de los recintos amurallados, el caso de Lugo es especial debido a dos factores. Por la necesidad de ocupar o urbanizar el enorme espacio deshabitado en el interior. Este fenómeno se observa en algunas ciudades europeas de origen romano con murallas que quedaron deshabitadas y que posteriormente fueron refundadas. Esta preocupación aún persistía en el segundo tercio del XIX cuando en el proceso desamortizador no se derribaron los conventos para evitar la sensación de despoblamiento. Otra cuestión que influye en que los conventos de las órdenes religiosas de mendicantes y predicadores se construyan en lugares habitados es porque no precisan del aislamiento que requieren las de vida contemplativa, sino que por su naturaleza es indispensable estar en donde hay gente, no sólo por depender de las limosnas para subsistir sino por su finalidad. De ahí que el lugar más adecuado sea el de celebración de la feria, en donde el concurso de gran número de personas está garantizado.
La prosperidad comercial y artesanal es un estimulante para la fundación de los primeros conventos de Santo Domingo y San Francisco en el territorio correspondiente a la parroquia de San Marcos, inmediato también a la rúa de las Herrerías de gran actividad artesanal. Se establecen en una zona rural y con poco caserío, junto al Carballal o Kalendis, con una importante actividad económica por celebrarse allí la feria mensual y anual, y la de los paños que comenzaba el día de Todos los Santos.
Los frailes menores o franciscanos y los predicadores o dominicos, se establecieron en Lugo a finales del XIII, desconociéndose la fecha exacta. Sabemos que en tiempos del obispo don Miguel (1226 - 1270), no había en la ciudad conventos de religiosos regulares, dado que en su testamento del año 1267, figuran diversas donaciones y limosnas para conventos de las órdenes mendicantes, de franciscanos y dominicos existentes en Galicia, pero no se menciona ninguno de los de Lugo, que serían fundados poco después de 1274.
Aunque lo habitual en lugares poblados es que la ubicación de los conventos fuera de los recintos amurallados, el caso de Lugo es especial debido a dos factores. Por la necesidad de ocupar o urbanizar el enorme espacio deshabitado en el interior. Este fenómeno se observa en algunas ciudades europeas de origen romano con murallas que quedaron deshabitadas y que posteriormente fueron refundadas. Esta preocupación aún persistía en el segundo tercio del XIX cuando en el proceso desamortizador no se derribaron los conventos para evitar la sensación de despoblamiento. Otra cuestión que influye en que los conventos de las órdenes religiosas de mendicantes y predicadores se construyan en lugares habitados es porque no precisan del aislamiento que requieren las de vida contemplativa, sino que por su naturaleza es indispensable estar en donde hay gente, no sólo por depender de las limosnas para subsistir sino por su finalidad. De ahí que el lugar más adecuado sea el de celebración de la feria, en donde el concurso de gran número de personas está garantizado.
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