Piden a Patrimonio que promueva la «búsqueda y reposición» de piezas del Palacio de las Leyes

18/10/06 .- La Opinión. El Correo de Zamora

Navarro denuncia que la constructora de los apartamentos anejos no reubicó el dintel gótico de una de las puertas, pese al compromiso adquirido en el proyecto


El comisionado de Patrimonio, José Navarro Talegón, ha remitido un informe a la Comisión Territorial en el que le insta a que solicite «a las autoridades competentes la búsqueda y la reposición en su lugar de origen» de «valiosos» elementos arquitectónicos desaparecidos de los restos del Palacio de las Leyes con motivo de un proyecto urbanístico promovido en la zona en el año 1977, por lo que, según hace constar en el escrito, cree que «ya ha llegado el momento» de hacer tal reclamación.

Según señala en el informe, el «enorme solar» sobre el que se ubicó el palacio, del que ahora se puede contemplar la bella portada principal, fue objeto en esos años de «una anodina propuesta de ordenación» que, al parecer, contó con las licencias preceptivas, supuso movimientos de tierras y la destrucción de cimentaciones sin prospección arqueológica previa ni vigilancia alguna» y de la cual fue promotora la firma Diher S.L. En la segunda y última fase de ejecución, según explica Navarro, «sólo dejaron en pie la portada principal, derribaron incluso la mitad inferior de la fachada, que había sido donada al Ayuntamiento de Toro por los marqueses de Santa Cruz de Aguirre para que fuera conservada como testimonio del pasado glorioso de la ciudad», y desmontaron «el precioso cerramiento superior en cantería de la puerta que comunicaba el zaguán con el tránsito bajo del naciente del patio central», un elemento constructivo «de excepcional interés», según ha sido calificado por el comisionado, que estaba conformado por un dintel adovelado, o lo que es lo mismo, un "arco en regla" , según lo denominan los expertos. El proyecto promovido por la sociedad citada, que fue redactado por el arquitecto Adolfo Bobo de la Vega, implicaba la construcción de cuatro apartamentos, oficina y local en una parcela próxima a la puerta principal del palacio, y contemplaba la «reubicación de las piezas góticas» desmontadas en la entrada de esos apartamentos.

El 28 de junio del año 77 Navarro Talegón, como Consejero de Bellas Artes en Toro, remitió al Director General de Patrimonio Artístico y Cultural un informe desfavorable al proyecto promovido por la constructora Diher, pero finalmente «ni se reformó ni se redactó nuevo proyecto ni se ejecutó la propuesta inicial», de manera que los relieves góticos fueron depositados en un sótano de la nueva urbanización "Palacio de las Leyes". Navarro explica en el informe que él mismo pudo verlos en este lugar «con las rejas góticas de la planta baja de la fachada principal» que «años mas tarde» identificó en las dependencias de un anticuario de la ciudad. El comisionado logró averiguar el nombre de la mujer que vendió las rejas al anticuario, pero no así el del comprador de las mismas. Navarro asegura que «de inmediato» informó al alcalde de entonces de lo sucedido, obteniendo «resultados desazonantes». Posteriormente asegura que en la entonces Caja Zamora, entidad sobre la que por embargo recayeron las posesiones de las constructora, le aseguraron que aquellas «hermosas piedras góticas continuaban guardadas en el mismo sótano».

Aunque Navarro asegura que no logró «conocer ni el anteproyecto de ordenación del solar del antiguo palacio ni la aprobación del proyecto definitivo», sin embargo está seguro de que la constructora «nunca solicitó ni obtuvo la previa autorización del Ministerio de Educación Nacional», vigente aún, imponía para cambiar de lugar cualquier escudo de más de cien años de antigüedad», en relación al escudo de armas de la familia Ulloa-Pereira, a quien perteneció el inmueble, que aparecen en el cerramiento desmontado.

Tres joyas de un mismo autor

La decoración floral del dintel cuya recuperación reclama ahora Navarro Talegón, viene a demostrar que esta pieza forma parte de un «sobresaliente» grupo de obras realizadas en Toro en las décadas de 1430 y 1440, lo que delata la presencia de «un respetable escultor representante del estilo gótico internacional». Así, el cerramiento del palacio de las Leyes hermana con los trabajos ornamentales del sepulcro del oidor de la Audiencia Real Juan Fernández, perteneciente a la iglesia de San Lorenzo el Real, que va a ser restaurado precisamente este curso por la Escuela Superior de Restauración y Recuperación de Bienes Culturales de Madrid, así como con el magnífico sepulcro en alabastro de la reina Beatríz de Portugal, situado en el coro del monasterio del Sancti Spíritus.

De casa real, donada por Juan I a Vasco Alvares, a residencia de los Ulloa-Pereira

Esta «gran casa señorial», la «más valorada y añorada por la ciudadanía» de cuanto a «muchas y apreciables muestras de arquitectura doméstica» hay en Toro, según ha señalado el propio Navarro, fue palacio Real hasta que Juan I de Castilla, el derrotado en la batalla de Aljubarrota, lo donara al portugués don Vasco Alvares Pereira como compensación por haber luchado al lado de la reina Beatriz de Portugal. Don Vasco fue uno de los nobles lusitanos exiliados a Castilla tras haber perdido todas sus posesiones en la citada batalla.

Tiempo después, en torno a 1440, los Pereira entroncaron con los Ulloa de Toro cuando don Diego de Ulloa y Sosa contrajo matrimonio con doña Isabel Pereira, la heredera del noble lusitano. Lar armas del toresano aparecen precisamente en la puerta del zaguán de la que fueron desmontadas las piezas góticas que ahora se reclaman, así como en la puerta principal del palacio y en la «sobresaliente armadura mudéjar del llamado salón de las Leyes, lo que ha permitido averiguar que estos elementos fueron promovidos por este matrimonio y que no formaron parte del primitivo palacio real, aunque los cónyuges hicieron poner en el centro de la nueva portada exterior las armas de Castilla y León para «rememorar el honorable origen de la casa». Se desconoce, por otro lado, si algunos elementos de la antigua casa real quedaron integrados en el palacio de las Leyes, conocido así por albergar en enero de 1505 las sesiones en las que se proclamó reina a Juana de Castilla y se promulgaron las 83 leyes o leyes de Toro. El inmueble quedó en propiedad de la familia Ulloa-Pereira hasta que el 15 de agosto de 1923 fue devastado por un incendio originado por un rayo. Tras éste «todos los muros fueron rebajados o totalmente demolidos para evitar riesgos derivados de posibles hundimientos, con el propósito de reutilizar algunos materiales y de explotar el suelo como huerto».

Noticias relacionadas

Comenta la noticia desde Facebook

Comentarios

No hay comentarios.