Una plaza pública con vistas al siglo XI. Excavaciones en Almería

21/10/14 .- http://www.elalmeria.es/

Una plaza pública con vistas al siglo XI. Excavaciones en Almería

Las excavaciones en la plaza Manuel Pérez dejan al descubierto parte de arcos de los antiguos aljibes árabes Aparece en el subsuelo del solar una llamativa vivienda del siglo XVIII con tinajas y pesebres


La ampliación de la plaza Manuel Pérez, donde se encuentra el pabellón de entrada a los Refugios de la Guerra Civil, ha destapado pedazos de la historia de Almería. Las excavaciones arqueológicas que en la actualidad están siendo realizadas han dejado al descubierto restos de arcos de los antiguos aljibes árabes, construidos por Jairán en el siglo XI, así como parte de una de las paredes originales de este sistema de almacenamiento de agua con el que se abastecía la población en la época de Taifa. El hallazgo está pendiente de que finalice la investigación con la que se determinará su importancia.

El equipo dirigido por la arqueóloga Carmen Mellado trabaja desde el 11 de agosto en este punto de la ciudad. No hay previsto una obra de nueva construcción que obligue a remover el subsuelo -no en la totalidad del solar-, pero el proyecto del Ayuntamiento de Almería para la ampliación de la plaza se encuentra en una zona muy sensible desde el punto de vista histórico, equiparable, si de un cuerpo humano se tratase, de una zona erógena. La plaza Manuel Pérez está situada junto a la Puerta Purchena, un entorno con un nivel de protección arqueológico muy elevado.

De hecho, el espacio que la Gerencia de Urbanismo, a través de la empresa municipal Almería XXI, quiere añadir a la actual plazoleta como solución a la sufrida masificación de elementos -dos quioscos de hostelería y los Refugios que apenas dejan espacio libre al viandante-, linda al Este con el acceso al antiguo barrio de la Musalla (Puerta Purchena, Bad-Bayyana); al Sur, con los aljibes árabes; al Oeste, con la Iglesia de Santiago; y al Norte, con el eje comercial de la calle de Las Tiendas, que se mantiene desde principios del siglo XI hasta nuestros días.

Con tales límites no es de extrañar que la opción por la que se ha decantado Urbanismo y Cultura sea la de una excavación en extensión que afecta al 95% del solar. Oculto por muros y una puerta de garaje, apenas queda en la parcela espacio salvo unos estrechos pasillos sobre los que caminar por encima para acceder a los grandes huecos abiertos en el subsuelo que, tras semanas de excavaciones, presenta ahora una imagen similar a la de un gran almacén de vestigios de otros tiempos.

"Hay una importante secuencia cronoestructural que viene caracterizada -explica Mellado- por la reutilización de las estructuras desde principios del siglo XI hasta nuestro días, destacando una fase de mayor desarrollo, el urbanismo del siglo XVIII al que pertenecen los restos de muros y suelos localizados, los cuales definen un gran complejo estructural".

La arqueóloga señala con un gesto una casa desenterrada de muros de piedra, en la que perfectamente se identifican habitaciones y hasta pesebres para los caballos. Es lo que más llama la atención a profanos en la materia, pero el siglo XVIII, para los arqueólogos, es "nuevo" y, por tanto, carente de interés.

La evolución ha hecho que se superpongan en los restos encontrados diferentes épocas, aprovechando la población lo que ya existía con anterioridad. "Se encuentran muy afectados por el urbanismo de los siglos XIX y XX y, a su vez, ha provocado profundas alteraciones sobre las preexistentes de la época medieval".

Es una mezcolanza de tiempos pasados que han estado conviviendo bajo nuestros pies. Rampas para acceder a la vivienda, grandes tinajas de barro o pozos negros de principios del siglo XX utilizados hasta la llegada de la red de alcantarillado e incluso baldosas que bien podrían ser empleadas aún en el suelo de una casa actual.

Entre este batiburillo de historia, que permite documentar la evolución experimentada desde la época medieval hasta la fecha, sobresale los citados arcos de los aljibes. Se encuentran al fondo del solar y han merecido una ampliación de la investigación arqueológica al objeto de disponer de una mayor información que determine o descarte la decisión última de conservarlos mediante medidas correctoras y su integración al proyecto municipal como atractivo añadido.

No hay, de hecho, ninguno diseño para la plaza pública. Su dibujo y elementos están pendientes de definición en función de las conclusiones de las excavaciones emprendidas que, no obstante, podrían afectar al pequeño edificio que la actuación contempla.

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