«Es importante completar el estudio del Cementerio de Peregrinos» (Asturias)

Sergio Ríos detalló en las jornadas dedicadas a la Cámara Santa las excavaciones realizadas en el enclave y las que deberían afrontarse para conocer mejor la historia

Las Jornadas la Cámara Santa y su tiempo que organiza la Asociación de Profesionales Independientes de la Arqueología de Asturias (APIAA) llegaron ayer a su segunda jornada. El arqueólogo Sergio Ríos González fue el encargado de presentar en el Museo Arqueológico las excavaciones que se han realizado en ese lugar repleto de historia.

La primera de ellas, la actuación de José Fernández Buelta y Víctor Hevia de los años 1938-42. «No solo intervinieron en la Cámara Santa, sino que sus exploraciones se extendieron por el claustro y lateral meridional de la catedral, así como en el solar del palacio episcopal», explica el arqueólogo, quien detalla cómo los resultados fueron dispares, unos acertados y otros no tanto. «Su estudio adolece de falta de detalle en muchas cuestiones, especialmente las relativas a la estratigrafía excavada, lo que en buena parte se explica por el hecho de que ninguno de los dos era arqueólogo. Esto sin embargo no es reprochable si atendemos al contexto de la época. En ese momento de grandes necesidades y penurias la arqueología importaba a muy pocos, por lo que solo gracias a su interés e iniciativa se pudo recuperar una información que si no se hubiera perdido para siempre», afirma.

La siguiente actuación fue la realizada por César García de Castro en 1998-1999. «Su mayor aporte, además de servir para localizar nuevas estructuras de relevancia, fue precisar el contexto cronoestratigráfico de la trama constructiva altomedieval que se conserva en la zona», relata.

Por último, y aquí el propio Sergio Ríos participó activamente, en los años 2003 y 2004 se excavó en el Cementerio de Peregrinos. El resultado, se documentó la necrópolis existente y se recuperó «interesante información sobre la ocupación de este espacio frontera entre la catedral de San Salvador y el monasterio de San Vicente».

En opinión de Ríos, esos trabajos supusieron un avance notable en el conocimiento del pasado, pero siempre quedan cosas por hacer, aunque no sean estos los mejores momentos para poder afrontarlo. «Sería muy importante completar el estudio arqueológico del Cementerio de Peregrinos», afirma Sergio Ríos. De hecho, se presentó una propuesta este mismo año que no pudo concretarse por falta de efectivo. «Ojalá podamos ejecutarla en un futuro inmediato», reclama. Y pone en el punto de mira algunos otros trabajos de interés: «Poder explorar la capilla de Covadonga y sus aledaños sería asimismo de gran interés, pero esta cuestión, obviamente, queda a expensas de que en el futuro sea necesario realizar alguna obra en la zona».

Para el arqueólogo de APIAA también sería importante asumir otros trabajos arqueológicos que contribuirían a desentrañar el pasado de una zona de Oviedo en la que se respira la historia a cada paso. «Estudiar el solar de la fábrica de armas es una prioridad, dado que se debería conocer su potencial arqueológico antes de decidir su destino», asevera. Añade después que la trascendencia histórica justifica el esfuerzo: «Es aquí donde la Crónica de Alfonso III ubica el palacio de Alfonso II el Casto y no al costado sur de la catedral de San Salvador, como tradicionalmente se ha venido admitiendo», advierte. Y concluye subrayando que «la Vega es un solar clave para conocer el pasado altomedieval de Oviedo».

Quedan trabajos pendientes y siempre está la asignatura no aprobada de colocar la Cámara Santa en el lugar que merece. «A mi juicio el interés de la Cámara Santa se ve injustamente empequeñecido por dos cuestiones: su integración en el complejo de la catedral y la competencia con otros edificios altomedievales de la ciudad tan conocidos como San Miguel de Lillo, Santa María del Naranco y San Julián de los Prados». En todo caso, nadie duda del interés de este edificio prerrománico que une a los valores arquitectónicos otros como «ser la sede del relicario de Oviedo, cuya transcendencia histórica y simbólica es de sobra conocida, y albergar el impresionante apostolado de la capilla de San Miguel, considerado una de las obras cumbres del románico peninsular».