Besalú: una joya medieval poco conocida

29/3/13 .- http://www.aurora-israel.co.il

Los turistas interesados en el pasado judío de Cataluña, suelen visitar el Call o Barrio Judío de Barcelona, y sobre todo el de Gerona, con sus calles angostas empedradas y sus edificios medievales. Muy pocos, por el contrario, se acercan a Besalú, pequeño pueblo, de unos 2200 habitantes, situado a una media hora en auto de Gerona y a unas dos horas de Barcelona.

Esta localidad, es un enclave medieval, con estrechas calles empedradas, algunas de ellas en escalera, que posee varios edificios monumentales, construidos entre los siglos X y XV, como el Monasterio de San Pedro, La Casa Cornellá, el Hospital de San Julián, o la llamada Curia Real, propiedad en tiempos de una familia judía, que la vendió al representante del rey en la población y de ahí su nombre. Pero el monumento más emblemático de la población es su puente de acceso, inicialmente construido en el siglo IX y restaurado en el siglo XIV por el maestro cantero Pere Baró, quien fue contratado para tal fin en el año 1316, según consta documentalmente.
Besalú, situado junto al cauce del rio Fluviá, en un bello paraje de montañas y de bosques, es una población antigua, cuya importancia radica en su historia medieval, en que fue una entidad política independiente, entre los siglos IX y XII, que controlaba un territorio que se extendía al sur y al norte de la cordillera pirenaica, que separa España de Francia. En el siglo XII, la casa condal de Besalú pasó a ser propiedad de los Condes de Barcelona, quienes, mediante guerras y acuerdos matrimoniales entre diferentes señores feudales, consiguieron unificar las tierras de lo que más tarde se llamó Cataluña.
El pueblo de Besalú albergó, entre los siglos X y XV, una comunidad judía, que debió ser relativamente numerosa, por cuanto existe un barrio judío y una sinagoga, excavada entre los años 2002 y 2005, que se sabía que había existido por un documento conservado, datado en el año 1264 y firmado por el rey Jaime I de Aragón y Cataluña, que concedía a la comunidad judía de Besalú el privilegio real para la construcción de una “schola judaeorum” o sinagoga.
Pero el hallazgo arqueológico más importante se produjo por casualidad en el año 1964, cuando uno de los vecinos del pueblo, haciendo unas obras en una vieja casa, descubrió en el piso un orificio que comunicaba con una cavidad subterránea desconocida hasta entonces, que se hallaba llena de escombros. Una vez los arqueólogos hubieron limpiado aquel espacio, situado debajo de lo que se sospechaba
había sido la sinagoga, como demostrarían las excavaciones de 2002-2005, y ante sospechas más que fundadas, solicitaron la valoración de dos rabinos, uno de París y otro de Perpignan, que certificaron, sin ninguna duda, que aquel espacio subterráneo correspondía a una Miqvé de la época medieval, la primera hallada en España y la tercera conocida en Europa Occidental.
A la Miqvé de Besalú se accede por una escalera de piedra de treinta y seis escalones, que alcanza a una sala rectangular, con techo abovedado en “vuelta de cañón”, típico de las construcciones románicas de los siglos X al XII. Todo el recinto está construido con piedra tallada y tiene una pequeña ventana orientada al Este. En el centro de este espacio rectangular existe una pequeña piscina a la que se accede por siete escalones, en el tercero de los cuales existe un agujero que, supuestamente, hacía llegar a la Miqvé el agua procedente de un espacio contiguo (beer) que era el que recibía el aporte de agua del exterior, que se supone procedía del contiguo río Fluviá, situado al otro lado del muro de piedra en que está la ventana.
La Miqvé de Besalú cumple con los requisitos de construcción estipulados en el tratado Miqvaot de la Mishná (sexto tratado del orden Tohorot), y por sus dimensiones puede albergar más de 40 Séah de agua (un séah son aproximadamente 20 litros), con lo cual supera la cantidad mínima de agua necesaria para el baño ritual, estipulada en 762 litros. Además, la Miqvé de Besalú posee un conducto de aporte de agua que cumple con las dimensiones estipuladas (posee 39 centímetros de diámetro) y con la ubicación exacta (a 813 centímetros del fondo).
La comunidad judía de Besalú tuvo su máxima importancia en el siglo XIV, en que el barrio judío se extendía por toda la parte baja de la población, a orillas del rio, y a la izquierda del puente de acceso. La familia del comerciante Astruc David fue la propietaria del edificio más emblemático del barrio, conocido como Curia Real, entre los años 1300 y 1362, y del seno de esa misma judería salió un personaje de suma importancia en la Corte del rey de Aragón y Catalunya Pedro El Ceremonioso: se trata de su médico personal, conocido como Mestre Abraham Des Castlar.
Besalú es un pueblito para pasear, ver, disfrutar y rememorar lo que debió ser aquel pasado en que una próspera comunidad judía vivió en tan bello paraje. Invito a los lectores que visiten Barcelona se acerquen a este precioso lugar.
Dr. José Luis Sánchez
La Roca (Barcelona) España.

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