Las humanidades se quedan sin su centro de investigación

7/2/13 .- http://esmateria.com

El flamante Centro de Ciencias Humanas y Sociales pierde su categoría cuatro años después de inaugurarse y con el plan que lo rige todavía en marcha. El CSIC reclama que se mantengan las sinergias aunque no conserven una dirección común

Un único director para gobernar los siete institutos de humanidades y ciencias sociales del CSIC. Un centro de investigación que llevara a estas disciplinas a competir con las ciencias puras en competitividad, producción y calidad. Un motivo de orgullo institucional que, hace cuatro años, inauguraba la ministra de Ciencia, Cristina Garmendia con estas palabras: “A partir de ahora, a cada persona que me interpele sobre el ocaso de las humanidades, le invitaré a visitar este centro. Será el mejor testimonio y la mejor respuesta a sus preocupaciones”.

El Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS) ha dejado de ser un centro de investigación. De aquel flamante proyecto solo queda un gigantesco edificio en el que conviven los siete institutos. Pero ya no tendrán un mando único que trate de sacarle rendimiento común a los 372 investigadores de plantilla y 679 personas contratadas con que contaba el centro, según la Memoria del CSIC de 2011. Fuentes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas confirman que el pasado 18 de septiembre los propios responsables del centro votaron a favor de cambiar su reglamento: 9 votos contra 3.

Cuando todavía estaba vigente su primer plan de actuación para los años 2010 a 2013, se ha optado por volver a la situación previa. Cada uno de los institutos de humanidades del CSIC regirá su propio destino de forma independiente. Desde el CSIC hablan de “eficiencia” y de que una mayoría de los investigadores estaban a favor de dejar de ser un centro de investigación. En la sede del consejo se recibieron dos cartas: una defendía la continuidad y contaba con el apoyo de 53 firmas; la otra reclamaba poner fin a este proyecto con el respaldo de 104 abajofirmantes.

La aventura científica ideada por el entonces secretario de Estado de Investigación, Carlos Martínez, no ha funcionado. El proyecto implicaba mucho más que la ocupación de un nuevo edificio con más metros cuadrados que el Monasterio de El Escorial que se construyó para albergar la Lotería Nacional y que costó 30 millones de euros reconvertir en el núcleo de la investigación española en ciencias sociales. El centro supuso la creación de un nuevo modelo que potenciara la investigación en humanidades: “Es un centro concebido para concentrar masa crítica, promover la interdisciplinariedad, maximizar las sinergias y renovar la agenda de prioridades y temáticas científicas. Para facilitar esta labor, el CCHS fue concebido con una dirección científica unificada que se superpone a los institutos previamente existentes”, explicaba el CSIC en 2008.

El creación del centro de investigación obligó a los institutos a redefinir su proyecto científico basándolo en “la producción de conocimiento científico sobre el medio humano y social, basándose en modelos teóricos robustos e informado por evidencias empíricas rigurosas”. “La actuación más importante que ha realizado el CSIC a lo largo de su historia en el área de Humanidades y Ciencias Sociales”, se puede leer todavía en la web del Consejo. Todo eso se acabó: ya no es un centro de investigación sino uno de servicios. Seguirá siendo un contenedor común, pero no un proyecto común que les lleve de nuevo a las puertas de convertirse en un centro de excelencia Severo Ochoa, como ocurrió en 2011. Ese año, el CCHS consiguió 3,7 millones de euros para la financiación de los distintos programas de investigación del centro. Desde el CSIC se reclama a los distintos institutos que mantengan los logros y sinergias en el futuro reglamento que rija su organización.

“El modelo anterior no tiene ningún futuro”

“Era una apuesta arriesgada e innovadora”, explica el director del CCHS durante estos años, el medievalista Eduardo Manzano. “Creíamos necesario cambiar dinámicas que venían de tiempo atrás, romper con ciertas maneras de funcionar. Se ha dado marcha atrás por una decisión del presidente del CSIC [Eduardo Lora-Tamayo]“, asegura Manzano, cuya dirección era discutida por muchos dentro del centro. Y sentencia: “El modelo anterior no tiene ningún futuro”.

Según Manzano, que recibió su carta de cese hace unos meses, los institutos perderán visibilidad, relevancia y lo tendrán más difícil para acceder a financiación al recuperar su vieja independencia. “La producción había aumentado en calidad y cantidad. Por eso no creo que esta apuesta haya sido un fracaso. Eso sí, ahora estamos perdiendo mucho: es una lástima tirar por la borda estos seis años de trabajo”, lamenta Manzano. A partir de ahora, la dirección del centro rotará anualmente entre los directores de los distintos institutos, pero su única misión será la de gestionar el funcionamiento del edificio y de sus recursos comunes.


Más sobre este tema en la Web del Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS): http://www.cchs.csic.es/

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