Recordando la “Necrópolis del Campo de las Sepulturas” de Puertollano

31/3/12 .- http://www.oretania.es

José González Ortiz · Recientemente se ha reconstruido en el jardín del Museo Etnológico de Puertollano un enterramiento procedente de la Necrópolis del Campo de las Sepulturas. Para recordar aquel acontecimiento y redundar en algunos datos sobre el mismo, son estas líneas que no tienen otra misión que clarificar algunos conceptos y rememorar aquel inusual hallazgo en el que yo intervine y estudié. En primer lugar hay que dejar claro que se trataba de una pequeña necrópolis –ciudad de los muertos- (se excavó diez enterramientos y quedaron otros diez o más sin excavar).

Inhumaciones que con otras halladas en el entorno nos hace pensar en una treintena de tumbas con posiblemente medio centenar de individuos enterrados. Y era necrópolis por su ritual de enterramiento pagano ya que los enterrados aparecían con una pequeña vasija cerámica al lado del cráneo como práctica funeraria propia de la romanización tardía, con una cronología que podía estar en torno a los siglos IV/V después de Cristo y posible época tardorromana/visigoda. En aquella ocasión, realicé aquella “excavación” –improvisada- de urgencia al ser implicado por el entonces director del Museo Provincial de Ciudad Real, don Rafael García Serrano que al día siguiente intervino (con algunos alumnos del Colegio Universitario de Ciudad Real, entre ellos María Paz Fernández de Larrinoa Berasaluce y el prehistoriador y sacerdote don Antonio Ciudad Serrano) cuando prácticamente el yacimiento ya había sido arrasado debido “a la premeditada urgencias de la obra” (todo ocurrió en dos días) y al trepidante movimiento de máquinas que intervinieron en la definitiva explanación del terreno. Afortunadamente –una vez concluida la actuación- numeré las piedras (lajas) de uno de los enterramientos para desmontarlo y posteriormente reconstruirlo en un futuro museo de Puertollano. Estas piezas (con otras sueltas desplazadas por las máquinas) y bajo mi responsabilidad fueron llevadas en un camión del ayuntamiento a la Casa Municipal de Cultura donde estuvieron durante bastante tiempo en uno de sus patios. En el año 1984 se realizó en Ciudad Real (Parque Gasset) promovida y coordinada por el diputado Manuel Juliá Dorado la “1ª Semana de la Provincia” en la que participaron distintos ayuntamientos y entre ellos el de Puertollano que aportó en un stand (con distintos elementos culturales, carteles…) éste enterramiento – el que ahora se ha reconstruido- y al que yo acondicioné (para dar veracidad) con una de las vasijas halladas y parte de un esqueleto real -de la misma época pero de otro lugar, así cráneo, fémures, tibias… del Museo Provincial de Ciudad Real- que me cedió para la ocasión el que después fue director del mismo don Alfonso Caballero Klink. En aquella ocasión el stand de Puertollano lo diseñó la que era entonces responsable de la Casa Municipal de Cultura de Puertollano doña María Ángeles Rabadán.

La Necrópolis del Campo de las Sepulturas

Yacimiento hoy día sepultado bajo el Complejo Industrial. Fue descubierto casualmente por unos operarios de la empresa Agroman el 16 de marzo de 1978, cuando realizaban trabajos de explanación de terrenos de Enpetrol (próximo a la estación de carga del ferrocarril). Con anterioridad al descubrimiento, la zona era conocida por la aparición de otras tumbas, en aquella ocasión cerca de “Sección de parafinado 2” y “Estación de carga de camiones”. Posteriormente al hallazgo de la Necrópolis del Campo de las Sepulturas, en torno al año 1986 aparecieron otros dos enterramientos más de las mismas características que igualmente yo estudié y que estaban en el Polígono Sepes, próximos al hallazgo de 1978. Por otro lado, el lugar donde se halló (en la necrópolis) la máxima concentración de inhumaciones, ya era conocido en la primera fase de la creación del Complejo Industrial y así constaba en algunos documentos con el topónimo de “Campo de las Sepulturas” y “Camino Viejo de las Sepulturas” nombres que ya hacían referencias al descubrimiento de 1978. En aquella ocasión como ya indiqué, se excavaron diez enterramientos –los que por la premura se pudo atender- y, quedando algunos más sin excavar y hoy día bajo una planta de fabricación de asfaltos. Las tumbas(los receptáculos y las tapas) estaban realizadas toscamente con lajas planas de cuarcita de origen gelifracto procedentes de la sierra próxima (Sierra de Calatrava) y otras lajas del tipo pizarra sedimentarias metamórficas del valle del Ojailen. Los enterramientos estaban practicados sobre el terreno a una profundidad de 35/50 cmts, en fila, alienados, juntos unos con otros y todos orientados Oeste-Este –occidente/oriente-(los pies salida del sol y la cabecera puesta de sol). Algunos de ellos se trataban de enterramientos colectivos (hasta cinco cadáveres) posiblemente miembros de una misma familia y otros individuales. Se recuperaron cinco vasijas completas, así como fragmentos de otras tantas (recordamos que sobre algunos de los enterramientos habían pasado máquinas excavadoras). Igualmente otras vasijas se perdieron en manos de particulares (un hervidero de trabajadores del Complejo Industrial que acudieron allí) que transitaron por la zona durante la intervención. Igualmente se recuperaron varios anillos en plata, hierro y cobre y otras piezas más pequeñas de hierro irreconocibles por la corrosión. Todo éste material más un esqueleto completo (que se guardó en una bolsa de plástico) lo deposité en el Museo Provincial de Ciudad Real. Por otro lado también referir como en Puertollano, en lo que fuera el desaparecido “Cine Calatrava terraza de verano” en su patio de sillas, hoy sede de la “Delegación de Hacienda”, apareció debido a unas obras sobre el año 1960, otros enterramientos igualmente romanos en terrenos que en época medieval habían pertenecido a un Convento franciscano. El estudio de estos enterramientos lo hizo el que fuera director del Instituto Fray Andrés, don Tomás García de la Santa, interviniendo el médico forense (que me proporcionó la información) don Rafael Marín que hizo la exhumación al creerse que los enterrados eran de la pasada guerra de 1936. Los enterramientos estaban igualmente realizados con lajas planas de piedra y los esqueletos tenían una vasija de barro al lado del cráneo y entre los dientes una moneda de cobre. Con anterioridad a 1978 y cerca de la Necrópolis, próximo al rio Ojailen, en varias prospecciones detecté restos de un hábitat tardorromano con tegulae, sigillata hispánica tardía, cerámica común romana, materiales de construcción… y en “Cerro Orusco” igualmente próximo al rio Ojailen y no muy lejos del barrio minero de Asdrúbal, hallé restos de una vilae rustique con el mismo tipo de cerámica…, restos de lucernas, molinos de piedra fragmentados, ladrillos decorados y una moneda de Teodosio I El Grande del siglo IV después de Cristo. Curiosamente de la necrópolis a la que algunos la sitúan en el siglo VI y época visigoda todavía no se ha hallado ningún poblado ni resto de hábitat.

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