Sorpresas medievales en el Teatro Romano de Cádiz

23/7/11 .- http://www.elpais.com

La excavación arqueológica descubre vestigios del pasado medieval de Cádiz

"En arqueología, muchas veces encontramos cosas que no nos esperamos". El investigador Darío Bernal, de la Universidad de Cádiz, resume con esta frase las enormes sorpresas que está aportando la excavación arqueológica en el Teatro Romano de Cádiz. Además de permitir sacar a la luz nuevas gradas y ahondar en la fecha de construcción y los años de funcionamiento del edificio, considerado el segundo más grande del mundo, los trabajos han permitido destapar restos no conocidos del pasado medieval de la capital gaditana. Hay restos de edificaciones que se presumen eran viviendas. Hay pozos donde estaban depositados sedimentos animales. "Cuando los estudiemos podremos saber qué comían en esa época".

La investigación, financiada por la Consejería de Cultura, la está ejecutando el área de arqueología de la Universidad de Cádiz. Sus responsables han realizado tres sondeos básicos. El primero de ellos es el que ha desvelado las sorpresas porque ha permitido registrar en nueve metros de profundidad las diferentes ocupaciones del edificio, como la existencia de un barrio de época taifa, espacios domésticos almohades y pozos del siglo XVII. En el segundo sondeo ha aparecido un aljibe del siglo XVIII.

El tercero, que busca conectar el teatro con el futuro centro de interpretación que se está culminado en el Pópulo, ha permitido demostrar que el abandono de la función escénica del teatro se tuvo que producir entre el siglo I y II después de Cristo. Según Bernal, el teatro fue construido, por encargo de Balbo, en la segunda o tercera década del siglo I antes de Cristo. Es decir, tiene 2.100 años y pudo estar sirviendo para representaciones durante unos 200 años. "Era algo que aportaban las fuentes literarias, como Cicerón, pero que ahora se demuestra científicamente", señala Alicia Arévalo, otra de las responsables de la investigación.

Se han documentado siete gradas, un pasillo y una barandilla que, según los investigadores, separaba el público noble del resto. "Es uno de los hallazgos más interesantes porque supone descubrir cómo se distinguían las clases que se sentaban en estos espectáculos", destaca Arévalo.

Aunque esta primera fase de las excavaciones está a punto de terminar, queda todavía mucho trabajo. Se han extraído hasta 500 sacos de materiales muebles con miles de cerámicas y trozos de columnas y placas. La mayoría de piezas son de época más tardía a la romana pero han aparecido columnas fabricadas con ónice africano y una cornisa de mármol blanco, que revelan los ornamentos que lucían durante el esplendor del teatro.

Los arqueólogos están entusiasmados con lo ya encontrado y con las enormes posibilidades que supone el proyecto de poder seguir trabajando bajo las viviendas del barrio del Pópulo, que ha diseñado el equipo del arquitecto Emilio Yanes. De momento, los investigadores ya se relamen porque este estudio permitirá explicar mejor el funcionamiento del teatro y también las ocupaciones posteriores en la etapa medieval, más desconocidas. Darío Bernal se abre a la metáfora. "Estamos abriendo nuestra caja de Pandora".

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