Encuentran dos sarcófagos en la excavación del atrio de San Isidoro

8/4/11 .- http://www.diariodeleon.es

Hallan también un muro que podría ser de la capilla gótica que derribó el arquitecto Torbado en 1910

El atrio de San Isidoro ocultaba dos sarcófagos. Son los primeros hallazgos de la excavación que está llevando a cabo la empresa Decolesa en la joya del románico. También ha aparecido un muro que podría ser de la capilla funeraria del noble leonés Juan Caballo, del siglo XIV, derribada por orden del arquitecto Juan Crisóstomo Torbado en torno al año 1910.

Las obras para rebajar el atrio en 38 centímetros y dejarlo al nivel de la plaza, dentro de la magna restauración del edificio que sufraga la Junta, han permitido excavar en una de las zonas más deseadas por arqueólogos e historiadores, que esperan encontrar aquí respuestas a algunos enigmas; entre ellos, si bajo el actual edificio hay restos de un templo dedicado al dios Mercurio o de otra construcción romana y cómo era el palacio real que se asentó en este solar en la Edad Media.

La expectación es lógica si se tiene en cuenta que es la primera excavación que se hace en San Isidoro este siglo -"la última fue la del profesor John Williams en 1971-". Sin embargo, únicamente está previsto perforar hasta ochenta centímetros. «Poco calado», según muchos expertos, que confían en que haya sondeos más profundos si descubren restos importantes. El historiador leonés Gerardo Boto, profesor en la Universidad de Gerona, ya vaticinó que aparecería la capilla gótica de Juan Caballo. Torbado ordenó desmontar esta capilla a principios del siglo XX porque restaba visibilidad a San Isidoro. El interés de esta cámara replique montre funeraria es «excepcional», según Boto, porque sería la primera que aparecería en León. «En otras ciudades era habitual enterrar a los nobles en las catedrales y en los templos más importantes. En León, no». Sólo los Quiñones pudieron convertir en panteón la antigua sala capitular de San Isidoro. «Resulta extraño que con el poder y los palacios que tenían los Guzmanes o los Quiñones no levantasen una capilla funeraria». La puerta del Dado en la Catedral tiene escudos de los Pimentel, pero no están asociados a tumbas, sino que estos duques promocionarían esta parte del templo gótico, explica Boto. La capilla de San Juan de la Catedral, que fue baptisterio, se intentó utilizar también como enterramiento, pero no fructificó. Igualmente, en la puerta oeste del templo gótico hay escudos nobiliarios. «Si hay alguna tumba, no tendría capilla», aclara Boto, para fundamentar por qué «en un paisaje de ausencia de capillas funerarias» es tan importante localizar la de Juan Caballo. Boto cree que es prematuro saber si los restos de los sepulcros que han aparecido tienen relación con la capilla de Juan Caballo o bien pertenecen a un cementerio contiguo a la iglesia.

Habrá que esperar a que la excavación que dirige Ignacio Murillo se traslade al lado opuesto del atrio para localizar elementos que podrían desvelar cómo eran los palacios reales. León ha contado con cuatro: el de Ordoño (construido sobre las termas romanas y hoy bajo la Catedral), el de Palat del Rey, el de San Isidoro y el de Enrique II de Trastámara.

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