El papel de Navarra en la Gascuña medieval, objeto de una tesis

4/1/11 .- http://www.diariodenavarra.es

El panorama nobiliario de finales del siglo XII es el tema que analizó la historiadora Susana Aparicio en su trabajo

El complejo panorama nobiliario de finales del siglo XII en el territorio comprendido entre los Pirineos y el río Adour, es el escenario elegido por la historiadora Susana Aparicio para su tesis doctoral, en la que analiza además la influencia de Navarra en Gascuña.

Así lo señala la Universidad Pública de Navarra en una nota, en la que explica que Aparicio, miembro del grupo de investigación José María Lacarra en la UPNA, ha estudiado las relaciones de la nobleza gascona y ultraportana desde la implantación del poder navarro en Ultrapuertos, a finales del siglo XII, hasta la llegada de los Evreux al trono navarro en 1328, "preludio de un enfrentamiento tan importante para esta zona como la Guerra de los Cien Años".

Su investigación, "Navarra en la política de Gascuña. Análisis del complejo panorama nobiliario. Sus métodos de pervivencia y adaptación", pretende esclarecer los mecanismos de mantenimiento y adaptación de los representantes de la nobleza en un territorio de gran relevancia geoestratégica, donde confluían los intereses enfrentados de los reyes de Inglaterra y Francia, los monarcas navarros y las aspiraciones de castellanos y bearneses.

Así, en cabeza de los grupos nobiliarios se encontraban las familias de la alta nobleza, cuya especial relevancia fue tenida en cuenta por las cancillerías de cada reino, independientemente de su adscripción política.

"Los monarcas negociaron y buscaron repetidamente establecer alianzas duraderas con estas familias, como ocurrió en el caso de los monarcas navarros al asentarse en Ultrapuertos o en el de Alfonso X con Gastón de Béarn", según la autora de la investigación, que advierte de que, a su vez, estos nobles aprovecharon su posición para cambiar de fidelidades a su voluntad.

Los vizcondes de Béarn y Comminges, los condes de Armagnac y los señores de Albret y Foix se encontraban entre este grupo que, aunque no muy extenso, manifestaba su poder sobre el territorio a través de su patrimonio y con su influencia suprarregional y la importancia de sus redes relacionales.

Un segundo bloque era el de la pequeña y mediana nobleza, de carácter netamente militar, localizada en zonas muy concretas en las que "el territorio estalla y se subdivide en pequeños señoríos, muy inestables y difíciles de controlar para las administraciones inglesa y Navarra, como prueban las constantes referencias a emisarios, arbitrajes, expropiaciones reales y concordias".

Sin embargo, a pesar de contar con redes familiares limitadas y una relevancia de índole más local, Aparicio señala que estos grupos se revelaron como el motor del control ejercido por la administración navarra e inglesa por su orientación generalizada hacia la carrera militar y por su paulatino ascenso en cargos de importancia variable dentro de la estructura administrativa real.

Dentro de este grupo estarían personajes como los señores de Mauleón, los Sault de Hasparren o los señores de Agramont, que contaban con una relevancia notable, pero también lo más modestos señores de Ezpeleta, Tardets o Belzunce.

Como conclusiones, Aparicio destaca varias ideas, como la de que los comportamientos y redes tejidas por los grupos nobiliarios "están profundamente mediatizadas por su compleja situación política, a caballo entre las principales coronas de la Cristiandad", de forma que se definen como un grupo social cohesionado sólo en momentos puntuales como las amenazas externas o exigencias de los monarcas, como las recaudatorias.

Además, cuidaban sus redes de políticas matrimoniales y alianzas, de forma que no existen lazos familiares entre los grupos nobiliarios de Ultrapuertos y la nobleza navarra, aunque no dudan en emparentar con familias de los territorios labourdinos adyacentes, de adscripción política distinta pero que responden más a su modelo de redes relacionales e intereses territoriales.

Además, la autora señala como punto de inflexión para estos cargos la llegada de la Casa de Champaña (comienzos del siglo XIII) y sobre todo la guerra de la Navarrería (1276), que "marca el ascenso progresivo de las familias al otro lado de los Pirineos en Navarra. De ese modo, adquirieron cada vez más importancia dentro de los cuadros navarros de decisión, siendo artífices de una cierta renovación nobiliaria en la Navarra peninsular".

Noticias relacionadas

Comenta la noticia desde Facebook

Comentarios

No hay comentarios.

Para escribir un comentario es necesario entrar (si ya es usuario registrado) o registrarse