Castilla y León y Andalucía lideran la Lista Roja del Patrimonio Histórico Español

Castilla y León y Andalucía lideran la Lista Roja del Patrimonio Histórico Español

La Comunidad Autónoma con menos casos de amenaza y deterioro del Patrimonio Histórico es Baleares, con un caso.

La Lista Roja del Patrimonio es una iniciativa de la Asociación Hispania Nostra que incluye aquellos monumentos del Patrimonio Histórico español que se sufren el riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores. La lista se elabora en función de una serie de criterios basados en la importancia histórica y arquitectónica del elemento patrimonial en cuestión, así como el estado en que encuentra y el riesgo que recae sobre él.

Desde su creación en noviembre de 2007 hasta hoy, un 13,4% de los bienes incluidos han sido restaurados y por tanto excluidos de la lista: 99 de un total de 738 en toda España. Sin embargo, no paran de incorporarse monumentos, algunos de los más recientes, por ejemplo: el Monasterio de Santa Fe, situado junto a Cadrete en el término municipal de Zaragoza y que experimenta un “estado de total abandono y alto riesgo de derrumbe”; el Palacio fortificado de los Zúñiga, en Curiel de Duero, Valladolid, cuyo estatus califica como "en ruina progresiva por abandono"; la Torre-Castillo de Freila, en Granada o el acueducto de Albatana, en Albacete, Bien de Interés Cultural y que en la actualidad padece intervenciones inadecuadas.

Por Comunidades Autónomas, encabezan la lista de patrimonio amenazado Castilla y León (239), Andalucía (90) y Aragón (69). Madrid y Cataluña figuran con un total de 21 y 12 registros de elementos patrimoniales en peligro. En Madrid destacan, por ejemplo, las Cocheras de Cuatro Caminos de Metro de Madrid; el Hospital de San Carlos o los Cuarteles de Reales Guardias Walonas y Españolas. En Cataluña, figuran en su mayoría obras de Patrimonio Civil como la Masía Can Ballot-Gallifa, el Castillo Torre Salvana o Palacio del Laberinto de Horta. Baleares ocupa el último puesto, pues sólo posee un registro: Casal de Can Fàbregas, un edificio que en el siglo XV era conocido como Llonjeta del inquisidor Pere Gual (1493-95) y que funcionó como sede del Santo Oficio en Palma de Mallorca. El edificio alojó una intensa actividad inquisitorial, motivada sobre todo por la cuestión de la conversión de los judíos.

Tal y como informa la propia asociación, la Lista Roja del Patrimonio se actualiza periódicamente bajo supervisión de una comisión científica integrada por especialistas en la materia. La información que utiliza Hispania Nostra proviene de fuentes propias y, en su caso, de terceras personas o entidades independientes. Sus responsables aseguran que no debe considerarse como un inventario o un trabajo académico, sino como una llamada a la sociedad civil para que conozca, se sensibilice y actúe sobre los elementos patrimoniales en riesgo incluidos en la misma.

Las fichas de la Lista Roja incluyen una breve descripción de cada elemento patrimonial, de su historia, de su estado actual reflejado también en fotografías, de sus riesgos y de su protección legal si la hay. Los monumentos se distribuyen en función de distintas categorías: Patrimonio Arqueológico (33), Patrimonio Civil (204), Patrimonio Militar (197),Patrimonio Religioso (291) y Patrimonio Natural (13). A juzgar por los casos registrados, es justamente el patrimonio religioso el que más altas tiene. La Asociación Hispania Nostra nació en 1976 con la intención de defender y promover el patrimonio natural y cultural del Estado español. Cuarenta años más tarde, la asociación define su labor como una "conciencia sobre el maltrato y el abandono que frecuentemente se dispensan a tantos pedazos de historia colectiva que siguen en pie".

¿Taladrar una muralla milenaria? Sí, en Almería

Hay casos escalofriantes en lo que a conservación del Patrimonio Histórico respecta. En 2016 saltó a prensa cómo la Muralla de Almería, uno los conjuntos monumentales y arqueológicos árabes más importantes de la Península Ibérica y que declarado Bien de Interés Cultural (BIC), sufrió un verdadero destrozo. Sus murallas fueron taladradas para colocar los andamios para los focos de luz y el sonido para un evento cultural organizado por el Ayuntamiento de la capital y la Junta de Andalucía.

No son pocos los desmanes contra conjuntos y monumentos históricos. El Anfiteatro Romano de Mérida casi se usa como pista de pádel en el año 2015. La idea no llegó a buen puerto, pero estuvo a punto. En marzo de 2015, la Junta de Extremadura autorizó que el torneo World Padel Tour se celebrara en el conjunto histórico del anfiteatro romano de Mérida, un monumento del año 25 A.C declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Los argumentos que utilizaron el gobierno local y regional para dar luz verde se sostenían en dos grandes pilares: el proyecto presentado era "modélico” en lo que a la seguridad de la estructura se trataba -sí, un portento de explotación- y se obtendría a cambio un beneficio de casi un millón de euros tras una inversión de inicial de 70.000 euros. Vamos, ¡un ganar-ganar! La indignación y la movilización fue tal, que los organizadores del torneo, previsto para mayo de ese año, desistieron y buscaron otro lugar.

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