Diseñan un plan director para la ladera del Castillo (Burgos)

Diseñan un plan director para la ladera del Castillo (Burgos)

Localizan la estructura de la Iglesia de San Román cuya nave lateral se perdió al hacer la carretera de ascenso a la fortaleza

En la primera excavación se había dado con su ubicación. Y en la segunda han podido definir las medidas de la Iglesia de San Román. Es el templo más grande del Camino de Santiago en Burgos del que hay constancia de su existencia en el año 1103 y que la tropas de Napoleón hicieron estallar en octubre de 1812, en plena Guerra de Independencia. La excavación, segunda cata realizada en el templo, ha permitido «establecer el sistema de anchuras y al encontrar dos pilares hemos visto la distribución de las tres naves una de ellas estaría al exterior, rota por la construcción de la carretera», destaca la directora de la excavación, Fabiola Monzón.
De esta manera se ha podido definir exactamente la ubicación del templo, se ha constatado que era más fiel a la documentación escrita que a la planimetría francesa que la hacía parecer más pequeña. Se han recuperado restos de diferentes fases de construcción, enterramientos en la capilla, como una mujer de 45 años, y la que probablemente sería la capilla de San Andrés porque se ha localizado un cerramiento con verja y hay constancia que ésta lo tenía.
Tras dos excavaciones sobre esta iglesia, varias catas y la intervención en la judería se busca repensar los datos y el material encontrado para hacer una actuación prolongada en el tiempo. «Ahora se va a estudiar el material extraído para ver en qué situación nos encontramos y determinar las directrices a seguir en los próximos meses y años es necesario encargar un plan director serio con el horizonte de una o dos décadas de trabajo en la ladera que podrían suponer importantes descubrimientos de la historia de nuestra ciudad desde el medievo hasta la guerra de la independencia», señaló al respecto el presidente del Instituto Municipal de Cultura, Fernando Gómez.
Se han localizado restos muy dispares en estos seis meses de excavación. Los propios de la construcción de la iglesia y sus posteriores adaptaciones a los diferentes estilos de cada época. «Encontramos pilares de diferentes estilos y épocas y se puede ver cómo se ha ido transformando la iglesia a lo largo del tiempo hasta su voladura», relataba Gómez en la visita a la excavación.
Además se han localizado enterramientos realizados en el interior de la iglesia. «Hemos constatado enterramientos en la capilla entre pilar y pilar», señala Monzón pero no los cuerpos de los 300 militares aliados que cayeron tras la explosión de las tropas napoleónicas.
También se han recuperado material cerámico aportado por la fase constructiva de un terraplén defensivo aprovechando un pequeño zócalo de la iglesia. «Logran hacer una terrera por completo y hemos encontrado el material de construcción de esos soldados y hasta 160 fragmentos de artillería con lo que la actuación que tuvieron que sufrir allí debió ser bastante dura», relata la directora de la excavación. Tras eliminar 250 metros cúbicos de tierra, definir el fuerte desde el que las tropas francesas se defendían, y restos incluso de su voladura, toca tapar el yacimiento con lámina geotextil. Un templo de 20 metros de ancho y 40 de largo que empieza a contar su historia.