Las obras sacan a la luz en un año un rico patrimonio arqueológico

19/7/10 .- http://www.lavozdegalicia.es

En este tiempo se ha trabajado sobre media docena de calles y en la rehabilitación del Banco de España. Han aparecido restos de dos murallas, de la antigua cárcel y vestigios de canalizaciones de distintas épocas


El subsuelo del casco histórico se ha convertido en los últimos meses en un importante campo de trabajo para quienes se dedican a estudiar los tiempos pretéritos y a rescatar la memoria de la ciudad a través de los restos que perduran bajo las losas de Compostela. Parte de esa riqueza arqueológica ha aflorado en el último año con las obras reurbanizadoras de media docena de rúas. En todas ellas han aparecido restos. Nunca en tan poco tiempo, en el último año, habían aflorado tantos hallazgos, pero tampoco nunca en un período tan corto se había actuado tanto sobre este ámbito, y en zonas muy próximas, en algún caso, al Obradoiro.
A escasos metros de esa plaza aparecieron precisamente restos del foso de la muralla del IX y de la que se levantó también en el XI. La primera se localizó en el sótano del Banco de España, cuando se comenzó la restauración del edificio. Fue toda una sorpresa, pues se creía que la construcción de la sede bancaria habría arrasado con cualquier posible vestigio. Pero no fue así del todo y los trabajos permitieron sacar a la luz el foso de la cerca y las estructuras posteriores de pivotes de madera contruidas encima de un foso lleno de agua.
La plaza de Raxoi, al lado del palacio municipal, se ha revelado como otro importante foco de interés arqueológico. Allí apareció parte del foso y los cimientos de una torre de la muralla del siglo XI, que cruza frente a las viviendas de la parte baja. «La sorpresa fue que se conservaran», dice la arqueóloga municipal, Dolores Cerqueiro, y tan bien. De la lectura de los planos de la ciudad de los siglos XVIII y XIX parecía desprenderse que ahí no quedaba ya nada, pero sí apareció un tramo con una altura máxima de 2,5 metros, aunque muy enterrado.
Un relleno precario
Afectados por las obras de saneamiento realizadas a mediados del XX, con la última urbanización de la calle, ambos elementos permitieron a los arqueólogos estudiar en detalle aspectos de la cerca de la ciudad, de cuyas características se tenían referencias sobre todo a través de los comentarios de muchos visitantes del siglo XV, que hablaban de una muralla de dimensiones «impresionantes», por su altura y sus muchos torreones, pero tosca por «una conservación pésima», porque tenía mucha piedra pequeña y un relleno precario. El hallazgo permitió «verlo por pimera vez» y se constató que la piedra sí era pequeña y que había mucha tierra de relleno, «aunque la torre era otra cosa, tenía cantería buena», dice Cerqueiro.
Pero la remoción del subsuelo de este ámbito ha dado más de sí. Hacia las escaleras del Obradoiro aparecieron restos de la antigua cárcel, de la época medieval, que se sabía que había estado en parte del solar que hoy ocupa el Pazo de Raxoi, así como restos medievales de los niveles de tierra por detrás de la muralla. También afloró la antigua alineación de las casas de esta plazuela, que estaba más echada hacia las escaleras. La actual es de los siglos XVIII y XIX.

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