El Ribat: institución espiritual y militar

Lorenzo PADILLA MELLADO. Historiador.
7/3/06

El interés histórico que en la actualidad ha alcanzado una de las instituciones musulmanas que aún de ser poco conocida, si son innumerables y relevantes los trabajos de grandes estudiosos del tema que han realizado importantes trabajos sobre la institución del Ribát en el Islam medieval, como G. Marçais, J. Chabbi, J. Asín Palacios, M. Bonner, Mª J. Rubiera, Ch. Picard, Mikel de Epalza, Rafael Azuar, M. Espinar Moreno y muchos tantos que podríamos seguir citando y que quedan enumerados dentro de un cuadro sobresaliente para la historiografía.

El interés histórico que en la actualidad ha alcanzado una de las instituciones musulmanas que aún de ser poco conocida, si son innumerables y relevantes los trabajos de grandes estudiosos del tema que han realizado importantes trabajos sobre la institución del Ribát en el Islam medieval, como G. Marçais, J. Chabbi, J. Asín Palacios, M. Bonner, Mª J. Rubiera, Ch. Picard, Mikel de Epalza, Rafael Azuar, M. Espinar Moreno y muchos tantos que podríamos seguir citando y que quedan enumerados dentro de un cuadro sobresaliente para la historiografía.

Estos trabajos son una muestra de la gran dificultad que entraña poder estudiar e investigar esta institución a causa de la escasez de fuentes y de los múltiples aspectos que ésta recibe en las diferentes regiones específicas y con una evolución finalmente muy mal conocida, aunque en los últimos años y con los descubrimientos arqueológicos de Guardamar estas investigaciones han sido relanzadas por el interés que han surgido tras los hallazgos arqueológicos en Guardamar.
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En el Norte de África los lugares excepcionales son muchos, destacar el de Monastir y Susa, que podíamos decir que son los más emblemáticos y mejor conocidos y que están ligados en el sentido del término a una arquitectura especifica y lejos de otros tipos de edificios que caracterizan el paisaje arquitectónico del mundo musulmán.

Después de muchos años, el estudio de las Rabitas están divididas en tres zonas, atendiendo a la presencia árabe en su expansión: la costa oriental del Mediterráneo, Ifriquiya y Al-Andalus.

El ribát queda definido como un lugar de importancia preferencial pero no exclusivo en las zonas de frontera y para el estado del espíritu del morabito, en relación con la idea de la Yihad. Esto es lo que justifica la distinción para J. Chabbi entre lo que es el lugar del ribát y practicar el Ribát.

La frontera y el ribát están estrechamente ligados, pero muy a menudo, su unión es más espiritual, aunque toma mayor importancia en el combate. La frontera mental hace de un mundo no islamizado, desconocido y que necesita un gran coraje que es la primera cualidad del murabito y la mejor prueba de su piedad. Si que es una realidad que por un extenso periodo la frontera mediterránea fue el mar mismo, lo que nos da la explicación a esta convivencia tan particular entre el ribát y el litoral, pero por esto nos se excluye a la frontera terrestre, en Oriente sobre todo.

En al-Andalus la visión que tenemos anterior al s-XI es algo confuso; la historiografía ha barajado la posibilidad de que existiera un doble funcionamiento, militar y religioso, de esta institución, integrando a las rábitas con el resto de la organización militar. Sobre la función militar de la rábita, si bien es cierto que, en determinados casos como algunas de las rábitas costeras, se estableciera religiosidad piadosa y aspectos militares, lo que favoreció para que Torres Balbás las asemejase al ribát, sin embargo, en ningún caso parece que estas suplieran las deficiencias del sistema defensivo costero.

La funcionalidad militar a juicio de Carmen Martínez Salvador es muy limitada y concreta, centrándose en la vigilancia de las costas, siempre de una forma esporádica y no muy habitual. Este era el sentido en el que las rábitas costeras según M. de Espalza, son retiro espiritual no de monjes, sino de falsos guerreros que en realidad no defendían nada; se limitaban a ser piadosos como musulmanes militarizados que esperaban los premios de los defensores de la frontera islámica.

Es solamente con la llegada de los almorávides y almohades cuando se potencia la fundación de rábitas como elemento especifico de vigilancia y defensa de la costa y que según Azuar Ruiz estas fundaciones estaban movidas por la carencia de una flota militar bien organizada y suficiente para la defensa costera.

Lo realmente cierto es que se localizan un buen numero de topónimos que hacen alusión a ese tipo de edificaciones en la Península: La Rápìta, en Barcelona; Rebato. Igualmente en la provincia de Barcelona; Rápita en Lleida; San Carles de la Rápita en Tarragona; La Masía de la Rábita en Albarracín; Casa de la Rápita en Valencia; Morra de Roabit en Alicante; Revate en Orihuela; Rábita en Jaén; La Rábita en Alcalá la Real; La Rábita en Alcaudete; La Rábita en Granada; Rábita de Xarfa, Puntal de la Rábita y la Rábita de Albuñol en Granada; Rubite en Granada y Robite en Málaga; Rábita en Antequera; Rábita en Vélez-Málaga; La Rábida en Huelva; la alquería de Rábida en Salamanca y la Rábida en las Islas Baleares; en Portugal, Arrábida en Beja; Arrábida en Lisboa y Oporto.

Orígenes históricos de Rábita, Ribat y Zawiya
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A finales del s-VIII y en los primeros años del s-IX, es donde pone el profesor G. Marçaís las primeras fortificaciones de la costa que, para protegerla, levantaban los aglabies de Kairuan. Sus antecedentes proceden de las fortalezas con que los príncipes bizantinos cubrían las fronteras del litoral en sus puntos más vulnerables: ciudades fortificadas, ciudadelas, reductos y puestos o torres de vigía. Según Ibn Jaldun pasaban de diez mil las fortalezas hechas de cal y canto y provistas de puertas de hierro. Esta cifra es evidente que es un tanto exagerada, debe de comprender los ribáts, como cuerpos de guardia y torres de señales. Ya es a finales del s-XI cuando llaman la atención del geógrafo el-Ya´qubi en el trayecto entre Sfax a Bizerta estos “castillos muy próximos unos a otros donde residen gentes piadosas y morabitos”

Este tipo de construcciones adquieren en África, desde su origen, casi un carácter doble, militar y religioso, que actúa su significación monástica a partir del s-XII y como efecto del movimiento místico nacido en Oriente hacia ese siglo que lo llevan a convertirse en zawiya y a albergar viajeros, estudiantes y hasta mendigos que allí acuden con propósitos exclusivamente religiosos. Pero en ningún momento olvida su carácter militar, y los fieles que allí concurren saben que habrán de cumplir, en primer término, las obligaciones que imponen el yihad o guerra santa.

Los árabes y musulmanes, son los antepasados de todos nosotros, y también muy próximos a nuestra historia y vecinos de ese gran mar Mediterráneo del cual compartimos sus costas, aunque lejanos en la lengua, en la religión y en civilización, pero que cada vez nos aproximamos más a la forma de vida común a todos los hombres replica borse y mujeres del s-XXI y que si indagamos aunque sea superficialmente en el pasado existen muchas huellas en la realidad actual de nuestra vida.

Es una sociedad mediterránea, de características orientales, musulmana y árabeparlante, y que precedió a la sociedad de la cual somos sus herederos más directos, europea occidental, cristiana y romancehablante. La influencia del pensamiento sufí contribuirá sensiblemente al desarrollo de la vida religiosa en comunidad dentro del Islam, transformando profundamente los centros de concentración de piadosos. A la vez, la religiosidad sufí creará nuevos agrupamientos dándoles un sentido exclusivamente de retiro y dedicación a las recitaciones piadosas, la vida ascética y las practicas coránicas, y posteriormente a actividades de carácter social.

También en Al-Andalus, durante el s-X el desarrollo del misticismo y especialmente la llegada del sufismo hace que las tendencias ascéticas anteriores comiencen a encauzarse hacia una mayor organización, ayudadas por las influencias llegadas de Oriente y Norte de África. Las instituciones que encauzan este misticismo son tanto en el Oriente islámico como en el Occidental causa de una compleja denominación. Se podría decir que tekk, janqa, zawiya y rábita son nombres distintos pero con una diferente idea a las que en el ámbito urbano oriental se une a veces la denominación de ribat.

En el Al-Andalus la vida de ribat ya desde el s-IX tiene unas características propias diferenciadores: la ortodoxia, el misticismo y el deseo de Yihad, son las más importantes de este movimiento durante época Omeya, existiendo una fuerte mezcla de ascetismo y militarismo activo en los murabit-s andalusíes. Sin embargo, desde finales del s-X se inicia una transformaron de las actividades de los murabit-s fronterizos; ahora el deseo militar y ascetismo inicial se le añaden la reflexión en comunidad y la transformación de ideas místicas en los propios enclaves utilizados como ribat-s.

El termino zawiya con un significado sinónimo al de “ermita de un santo”, tiene su aparición en el Magreb a partir del s-VIII y de aquí pasara a la Península, siendo difícil en el Islam Occidental a partir del s-XIV hacer una distinción clara entre, ribat, zawiya y rábita. En la obra de al-Musnad se distingue y con gran acierto que, zawiya es en Occidente lo mismo que en Oriente aparece designado como ribat y janqa, siendo su función la de alojar a necesitados y viajeros. E. Leví Provençal ve en la distinta denominación una diferencia en el origen de esos centros religiosos: mientras que en el Oriente surgen directamente como un enclave monástico, en Occidente suelen formarse en torno a la tumba o a la vivienda de un sayi, (santón), ampliándose con el tiempo para adquirir una forma arquitectónica e institucional similar a la oriental.

Otra cosa es la cuestión de la rábita en Al-Andalus, que es algo complicado y sin una definición concreta hasta el momento, principalmente porque en ocasiones se confunde con el ribat, incluso en la propia bibliografía moderna donde aún perdura el equivoco y la falta de nitidez entre ambos conceptos.

A este concepto Torres Balbás apuntó que la denominación de rábita se aplicó con más frecuencia a un modelo de edificios que acogían a una serie de instituciones que en si eran semejantes: el ribat y la zawiya. Este autor intenta hacer unas diferenciaciones y asimila la rábita con una ermita en la que ha sido enterrado el santón que vivió en ella, y deja para la zawiya el significado de un edificio o grupo de edificios en torno a un sepulcro y dotado de toda una serie de servicios sociales y religiosos, mientras que el ribat lo concibe como un convento fortificado, en el cual residen devotos dedicados a la guerra y a la plegaria.

El surgimiento y desarrollo de estas comunidades religiosas tienen relación con una figura relevante: el santón, que son aquellos que han alcanzado la gracia de Dios y que son puente para trasmitirla al resto de los hombres; de ahí que la veneración hacia ellos, una vez han muerto, se extienda a toda la sociedad, no solo la islámica; en el Oriente cristiano ésta era una costumbre bastante desarrollada y habitual durante los ss-IV y V, llegando a estar fuertemente arraigada en algunas zonas del desierto en la que la figura del santón llego a desempeñar un importante papel social, coincidiendo con crisis de las instituciones clásicas.

Así es posible que en el Al-Andalus existiesen lugares visitados y venerados por los musulmanes, formados por pequeñas construcciones, que sirvieran de residencia, y frecuentemente usados como sepulturas de los santones por lo que si seria frecuente que en las cercanías de cementerios de muchas ciudades como Valencia, Málaga o Sevilla, como asi esta documentado, existieran una cantidad de pequeñas mezquitas, en las que vivían y eran enterrados algunos de los santones locales.

Sin embrago existen algunos conceptos y términos relativos a la rábita que siguen sin quedar bien definidos.La rábita morfológicamente significa “la que ata, vincula, conecta, obliga, refuerza” La raíz árabe r-b-t como origen de las palabras rabita, ribát y murabit, han dado igualmente lugar a una serie de palabras y significados derivados, que hay que tener en cuenta, para comprender mejor el sentido de estas tres palabras.

El primer sentido es el de atadura, amarrar, fijar, sujetar, con todos los sentidos materiales, pero también con los sentidos espirituales como, controlar, reprimir, confortar, etc. El verbo irtibat, muy utilizado, resume muy bien los sentidos espirituales de la raíz, aplicables a estas palabras rabita, ribát y murabit: vínculo, alianza, unión, obligación dependencia.

Esta raíz árabe ha dado diversas palabras, actualmente algo arcaicas, en catalán, en castellano y en portugués: ravata, rebato, rebate, como acto prematuro, ataque precipitado, o también arrebatado, ronda, patrulla de caballería que ronda la guardia.

La palabra religiosa ribat, esta muy ligada con rábita es “estar atado, perseverar en una cosa, establecerse en un lugar, ocupar posiciones, acantonarse. En la lengua árabe moderna significa, “atadura, lazo, vinculo, y como edificio es “fortaleza, posta, hospicio, venta del camino, generalmente fortificada”.
Rábita y ribat han tenido unas relaciones internas muy ligadas, según la Dra. Maria Jesús Rubiera, la rábita tiene un significado de lugar, edificio religioso, sin las fortificaciones que tiene un ribat, y que este tiene además de un significado arquitectónico de fortificación, un significado abstracto de “ejercer la espiritualidad de la guerra religiosa”.El ribat en este sentido arquitectónico o urbanístico seria una ciudad o conjunto militar y que una rábita seria una pequeña mezquita o celda religiosa, como cada una de las pequeñas mezquitas halladas en las dunas de Guardamar.

En el sentido religioso y militar que es en el que más queremos profundizar, las palabras ribat y rábita se hallan semánticamente muy enlazadas con el concepto islámico de yihad, “guerra patriótico-religiosa” y “esfuerzo virtuoso”, “en el camino de Dios” (Corán, 4,95)

Una palabra también muy ligada con este concepto es la de murabit, hombre piadoso, que hace el ribat como ejercicio religioso y militar y que vive en una rábita, en castellano el término a derivado a morabito, para designar a un hombre santo musulmán o el edificio de su mansión o de su tumba. De la misma forma también designaría a todo lo referente a la dinastía magrebí de los “almorávides” (ss-XI, XII), movimiento espiritual y guerrero, que fundaron un imperio reformista religioso muy importante en el Magreb y en Al-Andalus.

De todos estos términos podemos analizar que son conceptos religiosos, que unen el retiro espiritual y la guerra religiosa, este equilibrio o dosificación entre estos dos elementos principales es el problema científico y todavía por resolver adecuadamente, pos distintas razones y que con el progresivo avance de las investigaciones deberán ser estudiados convenientemente.

Sentido religioso y social de la Rábita

Es significativo la problematica que hay en la relación entre la espiritualidad y guerra religiosa en el Islam y es particularmente fundamental en la rábita y imprescindible para comprender el Islam como religión. La religión musulmana, ya desde sus inicios va acompañada de esa espiritualidad militar y política, que no es siempre fácil de comprender desde nuestra perspectiva de religiosidad cristiana occidental, basada en otras relaciones entre el mensaje divino y las realidades políticas y militares. Así, el estudio de las rábitas, pide pues, un particular esfuerzo de perspectiva y de compromiso, desde esa lógica y estructura interna del Islam..

Es el aspecto militar el que más domina desde los inicios de la religión de Mahoma, y por tanto el tema que mas ha predominado en los trabajos publicados por historiadores, centrando los estudios sobre este aspecto, intrínsicamente bastante coherente con la espiritualidad religiosa militar del Islam y con las necesidades de defensa costera de estos musulmanes .

Es por eso que los estudios sobre las rabitas en Al-Andalus, que al carecer de esos soportes monumentales conservados, están obligados a estudiar más el aspecto de lugar de retiro espiritual que de estrategia militar. El ribat no es solo un edificio militar, sino también una institución u obligación religiosa relacionada con la vida militar de los musulmanes como así lo recuerdan los manuales de derecho musulmán que lo mencionan en el capitulo de la “guerra religiosa”, hay que situar la institución-obligación en su contexto islámico, como en la conciencia musulmana de “frontera” (thagr) o “regiones limítrofes” que hay que defender.

El fin primordial o la base fundamental de la espiritualidad del ribat y de las finalidades estructurales de la rábitas es evidente, ya que el Corán es la base de todas las creencias e instituciones islámicas. Del Corán se extrajo la única mención de la palabra “ribat” (Q. 8.60), interpretada y traducida como “mercado de caballos” y considerado como una realidad concreta de la ciudad de Yathrib (La Madina). Aunque se pueden sacar más si se examinan el conjunto de los cinco versículos del Corán donde aparecen palabras derivadas de la raíz araba r-b-t.

De estos cinco versículos y de sus contextos surgen el marco general y la realidad concreta donde se inserta la institución-obligación musulmana del ribat, y se enmarca la actividad de las rabitas y de los ribats. En ellos se refiere a los principales preceptos para obtener la salvación dentro del Islam. Los especialistas en comentar el Corán interpretan de una forma concreta la palabra ribat, como si fuera un mercado de la ciudad del Profeta; esta exhortación se dirigiría a la gente de Yathrib para que movilizaran las monturas de que disponían para la guerra. Aunque también puede interpretarse de un modo más abstracto, aunque refiriéndose a los gastos guerreros que supone la utilización de estas monturas, en lugar de su habitual utilización para el comercio.

La promesa de premio a los que aportan dinero, en esta vida seria la base religiosa de las inversiones económicas para la fundación y para el mantenimiento de las rabitas, dentro del sistema islámico de los awqaf o fundaciones piadosas. De esto podemos resumir que los principios espirituales de la institución religiosa de la rábita podían ser:

- Es ponerse en disposición para recibir la ayuda divina
- Que es auxilio en situaciones militares difíciles
- Sobre todo ayuda para ser un “creyente de verdad”
- En todas las circunstancias de la vida
- Esta disposición se obtiene cumpliendo las obligaciones islámicas:

o Especialmente los ritos de la plegaria musulmana
o La invocación del nombre de Dios repetidamente
o Dando limosna
o Ayudando económicamente a la guerra en defensa del Islam

Lógicamente hay que pensar que estos principios regirían la vida interior de todas las rábitas, con las específicas peculiaridades de organización de cada centro, podía libremente adoptar dentro de este marco de espiritualidad. Se trataría por tanto, de una practica religiosa con tres puntos fundamentales:

• 1.- Espiritualidad de defensa del Islam (lugar de frontera, exaltación del peligro, generosidad y bravura bélicas, trabajos de fortificación y ejercicios militares, rememoración de los premios prometidos a los que mueren en el combate islámico)
• 2.- Espiritualidad de plegaria, de los “creyentes de verdad” (las cinco plegarias obligatorias diarias, jaculatorias con el nombre de Dios, otras plegarias y la recitación del Corán).
• 3.- Espiritualidad de generosidad económica (limosnas a los pobres, financiación de la rábita, solidaridad entre morabitos, pago de los gastos militares…)

Al menos esto es lo que se puede deducir de los principios coránicos del ribat islámico. Pero es, sobre todo, un sustitutivo de la guerra religiosa musulmana.

La Yihád o guerra religiosa islámica

La Yihad, es el esfuerzo virtuoso en el camino de Dios, más conocido fuera del mundo islámico como “guerra santa” y es un precepto muy importante dentro de la comunidad islámica. Es la actividad militar según las necesidades de la comunidad o colectivo musulmán. Es el equivalente a un “servicio militar obligatorio”, con justificación de patriotismo religioso de los intereses defensivos de la comunidad islámica”.

Dentro de los cinco preceptos básicos que todo creyente ha de cumplir para poder ser considerado un buen musulmán es la de hacer la Yihad. Es el culmen de la perfección en la práctica musulmana, de manera que morir en ese cumplimiento es el camino más directo para llegar al paraíso. También esta cualificado como el mejor servicio que se puede hacer por la comunidad de creyentes y hay que resaltar la doble implicación de salvación personal y patriotismo que supone tal precepto.

En los primeros tiempos del Islam la guerra santa fue una guerra expansiva, pero muy pronto los musulmanes tendrán que dedicarse a consolidar las fronteras desarrollándose una manera muy peculiar de hacer el Yihad: hacer el Ribát y que según Oliver Asín etimológicamente significa:”profesar en una institución musulmana implantada para defender y vigilar la frontera contra los infieles”.Entonces el Ribat consistía en acudir a las fortalezas de la frontera a ofrecer un servicio militar. Hay una extensa literatura piadosa que se hace remontar a los tiempos del Profeta, donde se exhorta a los musulmanes a participar en la guerra santa, como uno de los preceptos fundamentales del Islam.

Como esta obligación militar es lógicamente penosa, es exaltada con toda clase de argumentos en el Corán y en el discurso político-religioso musulmán. Además se atribuye a este “esfuerzo virtuoso en el camino de Dios” toda clase de premios en esta vida y el paraíso celestial asegurado para los que mueren “mártires” dando testimonios de la fe en la guerra.

Este punto es fundamental para comprender la espiritualidad del ribat y de las rabitas. El musulmán piadoso, que quiere cumplir con todos los preceptos de la religión y que quiere tener así el máximo de seguridad de obtener el paraíso después de la muerte, querrá cumplir también con este deber de la guerra religiosa, tan importante entre los preceptos del Islam, y tan eficaz para ir directamente al cielo de la bienaventuranza islámica. Pero no es nada fácil cumplir con este precepto.

Pero muy pronto desaparecerá la posibilidad practica de acudir a la guerra santa en el sentido estricto, bien porque las autoridades legales encargadas de organizarlas se desentienden, bien porque las fronteras quedaban lejos o porque la guerra religiosa islámica es una obligación social es decir, no la puede hacer una persona por su cuenta, esta tiene unas reglas para que se pueda llevar a cabo y se considere valida. Son condiciones tanto más difíciles de darse, ya desde principios del Islam, por el hecho de las disputas y guerras entre musulmanes, invocando la religión y motivos religiosos.

Para poder seguir cumpliendo este precepto fundamental surgirán las rábitas. Estas reúnen las condiciones para poder realizar la obligación del Yihad, que originalmente estarán situadas en la frontera (thagr), terrestres o marinas, zonas expuestas en teoría a toda clase de ataques. Al mismo tiempo esta institución organizaba la enseñanza de la mística de la defensa patriótica del territorio musulmán y el cumplimiento de los otros preceptos islámicos.

Esta organización nos llevaría a confusiones ya que hablar del ribat es hablar de “monjes” o de “conventos”, y no se pueden comparar los miembros de las rabitas con los integrantes de instituciones monásticas cristianas, no se trata de monjes musulmanes, ya que la rábita es una formula puramente islámica que reúne una actividad religiosa trascendente, espiritual y política, patriótica y militar, y porque en ocasiones los que allí acuden lo hacen con sus familias.

Las relaciones que se establecen entre Rábitas y ciudades

Hay un problema crucial a la hora de encontrar topónimos relacionados con lugares en donde unen al nombre la palabra rábita, tiene mucha importancia y con varias vertientes: la de estudiar las relaciones generales que se establecían entre las rábitas y las ciudades, por una parte, y por otra la de orientar las búsquedas arqueológicas sobre estos asentamientos.

La ciudad o madina es el elemento político fundamental de la sociedad musulmana y el que con más atención mencionan todas las fuentes cronísticas y geográficas de Al-Andalus. En muchos casos las rábitas están alejadas de las ciudades, pese a una gran dependencia social seguramente multiforme de los centros religiosos en relación con las ciudades y otros asentamientos de la región, que serian sus proveedores de personal y de recursos materiales.

Las razones de este alejamiento geográfico pero no social, son de tipo religioso y militar, entremezclados. Hay en verdad un cierto deseo de retiro espiritual, pero sobre todo, existe una situación de estrategia militar de defensa del territorio del Islam. Las ciudades y sus alrededores tenían ya evidentemente unas defensas propias, eficaces, monumentales y antiguas. Si los almorábitos querían instalarse en un lugar militar que tuviera una situación estratégica, lo tenían que hacer en lugares “vacíos” de los espacios estratégicos islámicos de siempre, es decir, en lugares donde las autoridades musulmanas de siempre no habían pensado en colocar sus estructuras defensivas. Las rábitas se situaban, pues, en pequeñas montañas y en meandros de llanos de agua forzosamente alejados de los sistemas defensivos de las ciudades.

Éstos eran también un lugar que servia de protección en el aislamiento en que se hallaban, por las posibilidades de sufrir ataques de bandas rurales de toda clase.

Este aislamiento explica de igual forma la situación de algunas de las rábitas más antiguas, las califales o taifales de San Carles, (Tortosa) la de Vallfogona (Balaguer), de Benissa (Orihuela) o de Guardamar (Murcia). En cambio los mismos peligros de aislamiento acercaron las rábitas de época posterior a las ciudades: la de Tortosa, la de Elche, la de Denia, las de Valencia, Xativa, Alzira, etc. Las cuales se hallan a poca distancia de la ciudad, pero siempre aisladas, en un montículo o a la orilla del mar o de un río, en un lugar presuntamente estratégico.

En época califal estas rábitas algo alejadas de las fortalezas urbanas, se encontraban en lugares tranquilos de la jurisdicción directa o hawwaz de las ciudades musulmanas (alfoz). La inseguridad de las zonas rurales en la época postcalifal, devastadas por los ejércitos que no respetarían tampoco los establecimientos religiosos como las rábitas, fue seguramente la causa principal de la desaparición de las importantes rábitas comárcales de época califal y del establecimiento de rábitas, seguramente más pequeñas, en las cercanías de las ciudades, como podemos apreciar en las rábitas del s-XIII, las anteriores a la conquista cristiana.

Quizás también las autoridades políticas de la región transformarían las piadosas rábitas, dedicadas sobre todo a la devoción y poco a la tarea militar, en ribáts, fortalezas para militares profesionales, como así paso en la costa del Zagreb oriental en el cambio de régimen político de los Fatimíes de los inicios del s-X y como así lo indican en algunos textos de Al-Andalus, estudiados por Dolors Baramon.

Estas consideraciones no quieren equiparar el aislamiento geográfico, la instalación de las rabitas lejos de las ciudades, con el distanciamiento o aislamiento social. La rábita es una emanación de la sociedad urbana musulmana y depende muy intrínsicamente de ella.


Las estructuras militares o espiritualidad militar

Los análisis constatados sobre el conocimiento de las rábitas, y muy especialmente de los datos que ha dado la rábita de Guardamar, permite plantear la cuestión fundamental que se ha querido mostrar en este estudio sobre el carácter militar de las rábitas y almonastires en al-Andalus, y permite precisar y matizar un poco más este trabajo militar, dentro de la rica y compleja variedad de sentidos que tiene la religiosidad islámica y que da el tema militar.

Las rábitas tienen, evidentemente, unas estructuras militares, son por evidencia arqueológica, unas murallas y una situación estratégica. Aunque siguiendo con el ejemplo de Guardamar, y es curioso que aun no se hallan encontrado en esta ningún arma ni ningún trozo de elemento militar noble. Por otra parte, las murallas de la rábita de Guardamar, pueden ser simplemente las de un recinto defensivo normal, para una población aislada, con espíritu militar y con tiempo y medios para hacer obras importantes. Pueden atribuirse sobre todo a la conciencia religiosa de los almurábitos o moradores de la rábita, que acudían allí para una acción militar islámica y a un lugar de peligro en las fronteras de los territorios musulmanes.

Parece que era más importante la espiritualidad religiosa del ribát o de la guerra religiosa yihad, que la realidad militar de las rábitas.

La importancia estratégica del lugar de instalación de las rábitas, como lugares de defensa o, al menos, de vigilancia, debía ser más bien teórica. La red militar islámica y muy particularmente el de la costa mediterránea, se hacia por el sistema de los themas preislamicos, de vías de comunicación, ciudades fortalezas y torres de vigilancia e información, como así lo ha demostrado M.J. Rubiera. Cuando se instalan las rábitas o almonesteris la red fundamental ya esta establecida, a cargo de las autoridades políticas y militares del “Estado” islámico. Las rábitas, como se ha dicho, sólo se pueden instalar en los “vacíos”. Su debilidad, desde el punto de vista militar, no permite que se les confíe una responsabilidad defensiva decisiva.

Es así, el personal de las rábitas es por definición, de voluntarios, y depende de la devoción y de otras posibilidades de la gente. Su estructura financiera también depende de las donaciones voluntarias de los fieles. Las estancias de los almurábitos son también muy variables, pero a menudo parece que eran bastante cortas. Por lo que podemos deducir es que había ribáts habitados y no habitados, es decir con una población irregular y otros donde la gente acudía allí regularmente, como por temporadas. Por lo que esta irregularidad era también una debilidad de las rábitas, desde el punto de vista militar. Aunque existían igualmente otras debilidades.

Con seguridad la edad de los almurábitos era muy avanzada, el deseo de morir en la guerra religiosa del yihad se sabe que afectaba primordialmente a los viejos: se alistaban en los ejércitos de los que luchaban “en el camino de Dios”, mas para morir que para luchar, contribuyendo a menudo a la debilidad y quizás a la derrota de los ejércitos musulmanes. Lo mismo podía pasar en las rábitas. Por otra parte, los gastos de la vida en las rábitas son más fáciles de cubrir por los ricos con poca esperanza de vida y gran deseo de paraíso.

Finalmente la vida de los militares profesionales, nada escrupulosos con los preceptos religiosos del Islam, no parece mismamente compatible con la ortodoxia seguramente muy escrupulosa de los piadosos almorábitos que se instruían para ser “creyentes de verdad” y morir para ir al paraíso, en el retiro de las rábitas.

Toda esta acumulación de precisiones sobre el carácter militar de las rábitas, obliga a hacer matizaciones sobre las afirmaciones de su estructura, quitando importancia a su función estrictamente militar. Tenían seguramente una espiritualidad “militarista” muy elevada, basada en el Alcorán y en las glorias militares del Islam, pero hacían pocos ejercicios estrictamente militares, dirigidos por técnicos militares. Y, lógicamente la bondad de sus piadosos deseos no se correspondía con la confianza que los militares y las autoridades les tenían, en el terreno de la eficacia bélica.

El ribat en al-Andalus como enclave militar y centro de transmisión mística

Como anteriormente ya se ha dicho y a pesar de ser riterativo, no tenemos que olvidar que muy unido a la expansión y difusión del Islam aparecen dos conceptos, desde los primeros momentos, los cuales toman una importancia entre los musulmanes: Yihad y ribát:

- El primero de ellos es la yihad, como el esfuerzo que cada musulmán ha de realizar para alcanzar algo –que en este caso es defender y extender su religión-.
- Y el segundo, ribát, que hace referencia en un sentido mas puro a una fortaleza en que se reúne el ejercito para salir en expedición contra un territori

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Comentarios

1 Hola
Comentario realizado por Francisco Javier. 27/4/06 6:15h
2

no me sitvio la visita


no encontre nada de lo que necesitaba esto es una perdida de tiempo
Comentario realizado por hellen. 28/7/06 22:30h
3

Un poquito de más seriedad en los comentarios.


Con esta clase de comentarios menuda aportación hacen. Yo creía q las cosas se rebatían de forma objetiva.
Comentario realizado por Valente. 23/8/06 9:23h
4

un poquito de respeto


soy musulmana y los comentarios anteriores me ofendieron pork para no respetar las demas religiones mejor no digas nada o no visites estos sitios.
Comentario realizado por saray. 19/12/06 14:39h
5

Este artículo es muy malo!!!


Me parece malísimo este artículo, además ¿dónde está la bibliografía?. O es que es de creación propia todo. Un poco de seriedad, estamos en una página de Arqueología.
Comentario realizado por Elías. 29/1/07 15:17h
6

malos ariculos


estaba buscando lo que ses el ribat musulman pero no me dice nda la proxima vez haced los articulos mas completos
Comentario realizado por wiliam. 1/2/07 15:13h
7

no sirve pa casi na


no me a servido pro bueno despues lo e encontrao n otro sitio
Comentario realizado por david. 20/2/07 13:03h
8 ...cuanto listo
Comentario realizado por soisimbéciles. 28/3/07 5:57h
9

Lo felicito por el artículo


El artículo está muy bien presentado como trabajo de divulgación de divulgación media, no de alta divulgación para lectores especializados o eruditos, lo que justificaría el uso de notas a pie de página y anotaciones bibliográficas primarias y secundarias, que el autor ha de manejar bastante bien a juzgar por el manejo de terminología técnica y conceptos. Debe apreciarse el esfuerzo de quienes tratan de ser claros y pedagógicos en su propósito de difusión de temas históricos. Lo único para lamentar, seriamente, es comprobar que algunos de los lectores ya no pertenecen siquiera al nivel de divulgación media por el triste pauperismo cultural y la mentalidad rayana en la comprensión fronteriza que está por debajo de los niveles intelectuales normales, eso, claro está, a juzgar por la baja y deficiente calidad de sus comentarios que habrían hecho un gran servicio a otros lectores si hubieran tenido la generosidad y la probidad intelectual de ahorrárselos. No aportan nada por su manifiesta ignorancia y no sirven por lo vulgar de sus expresiones.
Comentario realizado por nelson gutiérrez. 1/4/07 22:55h
10 He visto un par de artículos en ésta web, y observo que no están completos. ¿A qué es debido?

Por otro lado, me llama la atención que siempre saltan los enterados de turno criticando la calidad de los artículos, pero sin aportar nada. Por cierto, los mentados listillos deberían dar clases particulares de ortografía. Es curioso que critiquen tanto quienes no saben siquiera escribir.
Comentario realizado por maestre de campo. 4/12/07 2:21h
11

¿Qué raro?


Un trabajo sin bibliografía, ¡qué extraño! ¿Es que todo es aportación nueva del autor?
Comentario realizado por El ArRebato. 19/12/07 9:24h
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Rabitas en Otura (Granada)


Me gustaria que alguien entendido en el tema me informara (si fuera posible) de las dos rabitas que según algún estudio existieron en mi pueblo.
Mi e-mail es fernandomanuelruizmillan@yahoo.es
Gracias
Comentario realizado por Fernando Ruiz. 17/9/08 0:36h
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Rabitas en Otura (Granada)


Me gustaria que alguien entendido en el tema me informara (si fuera posible) de las dos rabitas que según algún estudio existieron en mi pueblo.
Mi e-mail es fernandomanuelruizmillan@yahoo.es
Gracias
Comentario realizado por Fernando Ruiz. 17/9/08 0:39h

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